Del predicador al guardián de la puerta: el reducido grupo de cardenales que tienen una misión clave en el cónclave

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Del predicador al guardián de la puerta: el reducido grupo de cardenales que tienen una misión clave en el cónclave

El cónclave es un mecanismo perfecto diseñado como un reloj para asegurar tanto la legitimidad de la elección papal como para evitar intromisiones ilegítimas en las reuniones de cardenales. Los elementos fundamentales se repiten desde que el Papa Gregorio X lo diseñó hace más de 750 años , en 1274. La regla de la necesidad de recibir dos tercios de los votos para ser elegido es de un siglo antes, pero él establece que las votaciones sean a puerta cerrada para evitar intromisiones y que no puedan salir hasta que no lo hayan elegido.Entre los 133 cardenales electores que desde el 7 de mayo no podrán salir de los Muros Vaticanos, hay algunos que tendrán que cumplir una misión específica del cónclave para asegurar su engranaje, y que pondrán rostro a este momento crucial de la Iglesia católica.Parolin: el cardenal que guiará el cónclave Como tanto el cardenal decano, Giovanni Battista Re, como y el cardenal vice decano, Leonardo Sandri, tienen más de 80 años y no pueden entrar en la Capilla Sixtina, para decidir quién preside el cónclave toca guiarse por la tercera opción que prevé la ley vaticana, que remite a la jerarquía de precedencia de los purpurados, según el orden al que pertenezcan y el momento de nombramiento de cardenal. En este caso, el senior de la ‘orden de obispos’ presidirá las reuniones. Se trata del cardenal Pietro Parolin, a quien el Papa Francisco puso en esta posición. Tendrá la última palabra en caso de situaciones espinosas. Por ejemplo, cuando en el cónclave de 2013 en el quinto escrutinio, por error un cardenal introdujo dos papeletas, el entonces presidente del cónclave, Giovanni Battista Re, debió tomar la decisión de si volver a votar inmediatamente o regresar a Santa Marta y dar más tiempo para las reflexiones. Dar más tiempo hubiera sido útil para que los detractores de Bergoglio convencieran a los indecisos de no votarlo y podría haber tenido consecuencias en la marcha de la elección. Giovanni Battista Re, decidió que se votara inmediatamente y fue elegido Francisco.Como presidente, Parolin deberá preguntar a aquel que obtenga al menos 89 votos si acepta su elección como Papa y con qué nombre quiere llamarse.Fernando Filoni: el segundo de a bordo El italiano Fernando Filoni, de 79 años, gran maestre de la Orden del Santo Sepulcro es el segundo cardenal en el orden de precedencia y sustituiría a Parolin si éste no pudiera cumplir sus funciones. Por ejemplo, en el caso de que el hasta ahora secretario de Estado fuera elegido Papa, él será quien le pregunte si acepta y qué nombre querría tener.Diego Ravelli: Mister Extra Omnes El maestro de ceremonias pontificias Diego Ravelli será el encargado de invitar a quienes no sean cardenales a abandonar la Sixtina, para que los cardenales puedan votar. Él supervisará la distribución de papeletas , pero abandonará la Capilla antes de que empiecen a rellenarlas. Una vez que sea elegido el Papa, actuará como ‘notario’ y deberá presenciar la aceptación formal y firmar el acta oficial.George Koovakad: el guardián de la puerta Es el último cardenal nombrado por el Papa Francisco. Su función es cerrar la Capilla Sixtina por dentro para poder votar a solas y abrirla cuando es necesario. Tiene que cerrar y dejar la llave en su mesa, a la vista de todos.Rainiero Cantalamessa: el predicador El purpurado capuchino de 89 años es el último que se dirigirá a los cardenales para avisarles de la enorme responsabilidad que les incumbe y proponerles las características del próximo Papa. Lo hará con una meditación justo después del ‘Extra omnes’ e inmediatamente antes de que empiecen a votar. Su misión es ayudarles a considerar que deben tomar la decisión pensando en el bien de la Iglesia y del mundo actual, y no en sus intereses particulares.Dominique Mamberti: Mister ‘Habemos Papam’El cardenal sardo Dominique Mamberti, de 73 años, saldrá al balcón central de la basílica de San Pedro aproximadamente una hora después de la fumata blanca para anunciar al mundo el nombramiento del Papa. Usará esta fórmula:«Annuntio vobis gaudium magnum: habemus papam! Eminentissimum ac reverendissimum Dominum, Dominum (pronuncia su nombre de pila), Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem (pronuncia el apellido del cardenal elegido). Qui sibi Nnomen imposuit (anuncia el nombre que tendrá como Papa)». Esta es la traducción: «Os anuncio una gran alegría: ya tenemos Papa. Es su eminencia y reverencia, el señor (Nombre de pila del cardenal elegido) Cardenal de la Santa Iglesia Romana (Apellido del cardenal) que se ha dado el nombre de (Nombre del nuevo pontífice)».Kevin Farell: el garante El cardenal camarlengo es el responsable de que nadie se acerque a los cardenales en sus desplazamientos desde Santa Marta a la Sixtina; de que los técnicos hayan bonificado la Capilla Sixtina para eliminar micrófono s; y de que esté preparada Casa Santa Marta para acoger a los electores. Debe tomar nota de los votos para el acta oficial, y supervisar que se queman las papeletas y los apuntes que hayan tomado los purpurados en la Capilla Sixtina.Si alguien necesita hablar con el exterior, debe pedir permiso al cardenal Farrell y él tiene la potestad de prohibírselo o autorizarlo.Edgar Peña Parra: el contacto con el exterior Es, después del camarlengo, el funcionario vaticano de mayor rango alto que ha conservado el cargo. Es el i nterlocutor del cardenal camarlengo y del cardenal Pietro Parolin en cuanto presidente del cónclave para las cuestiones relacionadas con la marcha de la elección. Por ejemplo, en el caso de que elijan Papa a una persona que no está en la Capilla Sixtina, deberá ir a buscarlo y llevarlo ante los cardenales para que le pregunten si acepta la elección. Christoph Graf y Gianluca Gauzzi Broccoletti: los ángeles de la guarda El comandante de la Guardia Suiza y el comandante general de Gendarmería vaticana coordinarán personalmente a un g rupo de agentes y guardias dentro del Palacio Apostólico y en Casa Santa Marta para evitar intromisiones ilegítimas y asegurar que la votación se celebra de modo sereno. Además, escoltarán al Papa en cuanto sea elegido.

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