Fumata blanca, y verde, en Florencia

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Fumata blanca, y verde, en Florencia

Sevilla ya tiene dos equipos finalistas de competiciones europeas. El Betis, a la sombra de su vecino durante tantos años, luchará por la Conference League el próximo 28 de mayo en Breslavia, con el Chelsea como rival. El 2-2 en el Artemio Franchi , consumado en la prórroga con un gol de Abde a asistencia de Antony, selló una clasificación histórica que, por momentos, estuvo en peligro.Y es que hay veces que el fútbol va por un lado y el balón parado por otro. En la primera mitad, mientras el Betis ponía el juego y las acciones por las que se pagan una entrada, la Fiorentina aprovechaba los saques de esquina para emparejar un partido donde el talento no era suficiente.De Gea sostenía a los italianos y la Fiorentina ya daba su primer aviso en un córner que, primero Sabaly , y después Bartra, sacaron en la raya de gol. Fue justo antes de que el portero español alargara la mano para evitar el 0-1 de Antony en un disparo ajustado del brasileño. A la segunda, el atacante no perdonó.En el 30, una falta provocada por Lo Celso , a 25 metros de la portería de De Gea, la puso Antony en el palo izquierdo, y a la red. De Gea decidió dar un paso hacia el centro de la portería en lugar de hacerlo hacia su palo en el momento del lanzamiento de Antony, y como castigo su estirada, esta vez, no tenía más plastilina. Reaccionó la Fiorentina con el 1-1 solo tres minutos después. Córner cabeceado por Gosens , sin marca ninguna. Como tampoco la tuvo Cardoso en el 40, en un disparo al larguero tras una combinación entre Fornals e Isco por banda izquierda. Un casi 1-2 que precedió al 2-1. Otro saque de esquina, esta vez desde banda izquierda, y otro remate de Gosens, de nuevo sin oposición rival. De la nada, la Fiorentina había remontado y empatado la eliminatoria. Del vestuario salieron los dos equipos con más precauciones que ideas y, en el caso de los italianos, con una indicación clara. Para frenar al Betis había que desquiciar a Antony, con Luca Ranieri comandando las operaciones. El brasileño estuvo listo. El ojo por ojo deja ciego a todo el mundo. Juego sucio viola que solo permitió dos ocasiones, ambas en el tramo final. En el 86, una falta lateral de Mandragora se paseó por el área del Betis sin remate local, en otra mala defensa verdiblanca. En el 89, De Gea se puso otra vez la capa de superhéroe y sacó dos manos consecutivas a Antony y Abde. En el tiempo extra, el Betis tenía más piernas, y más imaginación, En el 97, Ruibal controló un balón largo, esperó el desmarque en ruptura de Antony, le puso un caramelo y el brasileño le quitó el envoltorio para que se lo comiera Abde. Fumata blanca, y verde, en Florencia.

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