Lo que islamistas, ortodoxos y anglicanos esperan: «Podría venir un profundo cambio de época»

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Lo que islamistas, ortodoxos y anglicanos esperan: «Podría venir un profundo cambio de época»

Después de siglos de lucha y desencuentros, en lugar de criticar la botella semivacía, Francisco invocó desde el principio las ventajas de la botella a medio llenar en pos de «una humanidad con igualdad de derechos, deberes y dignidad, para vivir juntos como hermanos y hermanas». Así reza la encíclica ‘ Fratelli Tutti ‘ (‘Hermanos todos’), en la que el Papa propone un mundo ideal de fraternidad en el que todos los países pueden formar parte de una «familia humana más amplia». Además, Bergoglio se la dedicó al Gran Imán de la mezquita de Al Azar, la personalidad suní más reconocida en el mundo, y cuyo encuentro histórico inspiró el escrito.El acercamiento de Francisco al islam tuvo como contexto un incidente con el Papa anterior. En 2006, el Papa Benedicto XVI provocó una reacción de cólera en los medios del islam al citar en un discurso universitario una frase del emperador bizantino Manuel II en el siglo XIV: «Muéstrame qué de nuevo ha traído Mahoma y encontrarás solo cosas malas e inhumanas, como su mandamiento de difundir con la espada la fe que predicaba». Con posterioridad Benedicto XVI dijo que la frase no recogía su opinión, y pidió excusas al mundo del islam .Francisco fue el primer Pontífice romano en pisar la tierra sagrada del islam. En 2019 se reunió en Abu Dabi con la mayor autoridad del islam suní (corriente mayoritaria entre los musulmanes) para impulsar junto al Gran Imán de Al Azar, Ahmed al Tayeb, un Documento sobre la Fraternidad Humana. El punto común del encuentro interreligioso es la certeza de que «Dios creó a todas las criaturas humanas con igualdad de derechos, deberes y dignidad, y las llamó a vivir juntos como hermanos y hermanas». Es un consenso de mínimos, porque el concepto cristiano de la Paternidad divina va mucho más lejos que el musulmán.El anterior Papa también viajó a Irak, pese a las restricciones del Covid. En Bagdad se encontró con la máxima autoridad chií iraqí, el ayatolá Al Sistani, para impulsar otro documento de mínimos sobre las virtudes morales.Uno de los mensajes más repetidos por el Papa -el llamamiento a generar una «Iglesia en salida a las periferias»- lo encarnó él personalmente con sus viajes a puntos recónditos del planeta, con frecuencia con muy pequeñas comunidades cristianas. Francisco eludió de modo intencional los viajes a los grandes países de tradición católica (para empezar su propia tierra natal, Argentina), por lo que sus peregrinaciones a países musulmanes crearon desconcierto dentro de la Iglesia. En 2024 el Papa Francisco llegó a viajar incluso al país con más musulmanes del mundo, Indonesia, donde impulsó un documento en favor de la Armonía Religiosas, con alusiones al cambio climático.«Queremos destacar su sabiduría, su humildad y su compromiso con valores humanos universales», señala a ABC el responsable de la mezquita de la M 30 de Madrid, el imán Siddiq Khoja. Para el portavoz en España de la Liga del Mundo Islámico, imán Adil Hachmi, el Pontificado de Francisco ha servido para combatir «la errónea asociación entre islam y violencia».El nuevo Papa, el judaísmo y el polvorín en Oriente medioEl nuevo Sumo Pontífice, León XIV, tendrá que lidiar con el conflicto Israel-Palestina, con el que Francisco se mostró crítico: denunció respuestas «desproporcionadas» por parte de Israel y. «No he entendido como han ido las cosas, pero la defensa siempre tiene que ser proporcionada al ataque y cuando hay algo desproporcionado se ve una tendencia dominadora que va más allá de la moralidad», dijo Francisco sobre los ataques israelíes en el Líbano.Pese a que Francisco siempre mantuvo buenas relaciones con el judaísmo, también se mostró crítico con la posición de Israel en el conflicto con Palestina, denunciando respuestas «desproporcionadas» y pidiendo enérgicamente la paz de los pueblos de la zona . El nuevo Sumo Pontífice tendrá que seguir lidiando con una situación que tiene visos de mantenerse en el tiempo. «En estos momentos en los que ha resurgido ferozmente la enfermedad del alma que es el antisemitismo, esperamos que el próximo Papa ayude a combatir con firmeza lo que ‘Nostra Aetate’ definió como ‘todo odio, persecución y manifestación contra los judíos en cualquier momento y desde cualquier fuente’», señala David Obadia, presidente de la Federación de Comunidades Judías, haciendo alusión a la declaración ‘Nostra Aetate’ (‘Nuestro tiempo’), un documento del Concilio Vaticano II cuyo contenido trata sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas (con especial énfasis en el judaísmo) y donde la Iglesia Católica declaró el antisemitismo como «un pecado contra Dios». «Del próximo Papa esperamos que continúe reforzando la senda del diálogo, el respeto y la cooperación entre las distintas confesiones que se emprendió tras la promulgación de esta histórica declaración».Obadia transmite la «total cooperación» del pueblo judío, un «apostolado fructífero» y «nuestros corazones y sinagogas abiertas para fortalecer lo que nos une, que es mucho y muy poderoso».La Iglesia Ortodoxa rusa espera la unidad de los cristianosPor su parte, el patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa, Kirill, afirma que el fallecimiento del Papa Francisco y la llegada de un nuevo Pontífice «podría llevar consigo un profundo cambio de época», a su juicio, no sólo en lo religioso, sino también desde el punto de vista «geopolítico». Kirill espera que tales transformaciones sirvan para mejorar la relación de su Iglesia con los católicos y lograr la unidad de los cristianos.Pese a las alabanzas hacia Francisco el día del anuncio de su muerte, tanto por parte de la Iglesia Ortodoxa rusa como del Kremlin, la interacción entre Moscú y Bergoglio no fue mucho mejor que la habitada con Benedicto XVI o Juan Pablo II. Los desencuentros han sido numerosos, aunque es cierto que Francisco ha sido el único jefe de la Iglesia Católica que pudo reunirse, en febrero de 2016 en La Habana, con un patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa desde el cisma de 1054.Más tarde, en marzo de 2022, mantuvo una conversación por zoom recién comenzada la invasión rusa de Ucrania, que acabó en polémica mes y medio después. En una entrevista al Corriere della Sera publicada a comienzos de mayo de aquel mismo año, Francisco declaró que Kirill, que ha dado su bendición y apoyo a la guerra, «no puede convertirse en el monaguillo de Putin».Le dijo al patriarca ruso que «no somos clérigos del Estado sino de Jesús y Dios es paz». Aquellas manifestaciones causaron estupor en Moscú. El Patriarcado difundió un comunicado deplorando «el tono equivocado para transmitir el contenido de la conversación que mantuvo con Kirill» y advirtiendo que «es poco probable que tales declaraciones contribuyan a establecer un diálogo constructivo entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa Rusa, que es particularmente necesario en este momento en el camino hacia la unidad de los cristianos».Aquella desavenencia frustró el encuentro, por decisión de la Santa Sede, que los dos líderes espirituales habían previsto mantener en Jerusalén en junio de 2022, que hubiera sido la segunda reunión cara a cara tras la llevada a cabo en Cuba. Tampoco cuajó el nuevo intento de hacer coincidir a Francisco y Kirill durante una Conferencia de Religiones Mundiales en Kazajistán, en septiembre de 2022.El patriarca ruso terminó no acudiendo y el Pontífice romano reprochó de nuevo a los ortodoxos «la justificación de la fuerza y la violencia para resolver conflictos». Francisco tuvo que conformarse con mantener una breve conversación con la metropolitana de Volokolamsk, Antoni Sevriuk, el encargado de las relaciones exteriores del Patriarcado, a quien había recibido en el Vaticano por primera vez mes y medio antes. El metropolita Antoni acudió de nuevo a Roma a ver al Santo Padre a principios de mayo de 2023 y también en julio del año pasado. Este sábado estuvo presente en el entierro como enviado de Kirill.Presumiblemente, el metropolita Antoni se reunirá en cuanto sea posible con el nuevo Papa, pero parece complicado que algo mejore mientras la Iglesia Ortodoxa rusa siga dando continuo apoyo a la campaña del Kremlin en Ucrania. Sigue también pendiente la visita a Rusia de un Pontífice romano, que nunca llegó a producirse por las acusaciones de «proselitismo» lanzadas por el Patriarcado ruso contra la Iglesia católica.Los anglicanos esperan «comunión»Martin Warner, obispo de Chichester, Inglaterra, ha sido una figura clave en el diálogo entre católicos y anglicanos en el Reino Unido. Como delegado de la Iglesia de Inglaterra en los sínodos de obispos celebrados en Roma en 2023 y 2024, y copresidente del Comité Anglicano-Católico Inglés-Galés, Warner ha vivido desde dentro las conversaciones más recientes sobre la unidad cristiana. En conversación con ABC, comparte sus esperanzas para León XIV, defiende la sinodalidad como eje de la vida eclesial y subraya el valor insustituible del ministerio petrino: «No hay otro Pedro que reúna a los apóstoles».Desde el inicio de la entrevista, Warner deja claro que su perspectiva está marcada por un deseo profundo de comunión. Si tuviera un momento a solas con el nuevo Papa, «lo primero que le diría es: rezamos por usted, por favor, rece por nosotros» y «lo segundo que le diría es: usted tiene la oportunidad de ayudarnos a regocijarnos, porque cuando los cristianos se reúnen, cuando aquellas cosas que nos han dividido en el pasado son superadas, sobrepasadas por el amor, esto trae una profunda alegría en un mundo caracterizado por el ruido y la desarmonía». Y es que Warner es un fiel defensor de «la alegría de la que hablaba la primera carta que escribió el Papa Francisco», ‘Evangelii Gaudium’, donde el Pontífice proclama desde la primera línea que «la alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús». Preguntado por los desafíos más urgentes que enfrentará León XIV, Warner establece un paralelismo con su propia Iglesia: «Creo que las prioridades de un nuevo Papa probablemente serán muy similares, aunque no en la misma escala, que las prioridades para un nuevo arzobispo de Canterbury, que también estamos en proceso de nombrar en este momento».Uno de los temas centrales es la gestión de la diversidad dentro de las comunidades cristianas: «Una prioridad importante será reconocer que una Iglesia universal, la Iglesia global, la Iglesia católica, y la mucho más pequeña Comunión anglicana, enfrentan el desafío de una creciente diversidad, tanto de experiencia, cultura, idioma, como también de recepción del Magisterio, de la enseñanza de la Iglesia. Así que la diversidad con la que todo esto se experimenta ahora, ejerce presión sobre quienes permanecen como el foco de unidad viviendo con esas tensiones, y viéndolas como parte de la creatividad de la obra del Espíritu Santo. Estas no son cosas malas, pero lograr vivir bien juntos con esta diversidad creo que es un desafío para todos nosotros».Warner estuvo presente en la Asamblea del Sínodo de los Obispos en octubre de 2023. Allí, un documento titulado ‘El Obispo de Roma’, publicado por el Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, recogió años de conversación sobre cómo se percibe el ministerio del Papa desde otras comunidades cristianas. «Sería mi ferviente esperanza que quien sea elegido ahora como Papa responda a ese documento de discusión en las formas fructíferas que en él se plantean», dice. Para Warner, el papado puede y debe ser «una fuente de unidad, un servicio de amor, un signo y sello de fidelidad». Su esperanza es clara: «Espero ver cómo algunas de esas propuestas toman forma, forma concreta, en el ministerio petrino. Sería una declaración maravillosa para la Iglesia en el mundo de hoy».Sobre la importancia de ese liderazgo único, el obispo habla sin ambigüedad: «Creo que en la gracia y los buenos consejos de Dios, el don del ministerio petrino es precisamente lo que la Iglesia necesita en esta etapa. Y creo que lo vimos muy, muy claramente en el encuentro en Roma para el funeral del Papa Francisco. Lo que eso demostró es que no hay otro líder central. Nadie más es Pedro, quien reúne a los apóstoles, y la influencia y la respuesta del mundo, de los líderes mundiales, a la voz de Pedro, es muy clara». Ese papel adquiere más peso aún, dice, en el contexto actual: «En un momento en que el mundo está dividido, cuando hay una falta de sentido de responsabilidad, cuando la atención a la verdad y la justicia, cuando el conflicto y la división y la guerra y el mal uso de nuestro hogar común, la tierra, la voz cristiana, que claramente logra captar cierta atención del mundo, es la voz de Pedro. Y creo que es esencial, por tanto, que por el bien de todos nosotros, reconozcamos colectivamente que el ministerio petrino nos sirve a todos de diferentes maneras».

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