La inteligencia artificial generativa se ha colado con sigilo —y velocidad— en el día a día de millones de trabajadores. Lo que parecía ciencia ficción hace apenas dos años se ha convertido en una herramienta cotidiana. Así lo confirma un nuevo estudio académico que mide por primera vez con datos representativos cuántas personas están usando esta tecnología en el trabajo. El informe, titulado ‘ The Rapid Adoption of Generative AI’, lo firman investigadores de la Reserva Federal de St. Louis, la Universidad de Vanderbilt y Harvard. Su principal conclusión: a finales de 2024, un 23% de los trabajadores estadounidenses ya había usado inteligencia artificial generativa en su empleo durante la semana anterior. Un 9% la utilizaba a diario. En total, el 40% de la población adulta en edad laboral ya había probado herramientas como ChatGPT, Midjourney o GitHub Copilot.Los datos revelan un fenómeno sin precedentes en términos de velocidad de adopción tecnológica. Como señaló Erik Brynjolfsson, profesor de la Universidad de Stanford y coautor del estudio, en una entrevista para MIT Technology Review en marzo de 2024: «La adopción de la inteligencia artificial generativa ha superado incluso nuestras expectativas más optimistas. Estamos viendo un patrón de adopción que normalmente lleva una década comprimido en apenas dos años». Los investigadores sitúan esta adopción a la altura de las grandes revoluciones tecnológicas del último medio siglo. Según las encuestas analizadas —más de 10.000 respuestas—, entre el 1% y el 5% del total de horas trabajadas ya está asistido por IA generativa. Y ese uso se traduce, de media, en un ahorro de tiempo equivalente a 1,4% de las horas totales de trabajo. Puede parecer poco, pero si se extrapola a toda la economía, implica un gran paso hacia un incremento real de la productividad. Según Andrew McAfee, codirector de la Iniciativa sobre Economía Digital del MIT: «La verdadera ganancia de productividad llegará cuando rediseñemos los procesos de trabajo alrededor de la inteligencia artificial, no cuando simplemente la superpongamos a los flujos existentes». Los sectores donde el ahorro de tiempo es más notable son precisamente aquellos intensivos en procesamiento de información: servicios profesionales, medios de comunicación, marketing y desarrollo de software. En estos ámbitos, el estudio detecta ganancias que llegan al 3-4% del tiempo total. Pero, como ocurrió con el PC, la adopción de la IA generativa es desigual. La abrazan antes quienes tienen más estudios, trabajan en sectores intensivos en conocimiento y ya están habituados a herramientas digitales. Entre las ocupaciones más avanzadas figuran programadores, analistas de datos, redactores y directivos. Melanie Mitchell, investigadora del Instituto Santa Fe, manifestó en su blog: «La división no es simplemente entre quienes tienen acceso y quienes no, sino entre quienes poseen las habilidades metacognitivas para dirigir eficazmente estas herramientas y quienes las perciben como impenetrables o amenazantes».Los sectores con menor penetración siguen siendo aquellos con trabajos principalmente manuales o de atención presencial: construcción, hostelería, comercio minorista y agricultura. Sin embargo, incluso en estos ámbitos empiezan a verse casos de uso interesantes en tareas administrativas.La adopción de la IA generativa es desigual: la abrazan antes quienes tienen más estudios y habituados a lo digitalEl estudio también revela que el modelo de adopción está siendo principalmente «de abajo hacia arriba»: son los empleados individuales quienes descubren estas herramientas y las introducen en su flujo de trabajo, a menudo sin directrices corporativas claras. Solo el 14% de los encuestados afirma que su empresa tiene políticas específicas sobre el uso de IA generativa, destaca el informe. Dario Amodei, consejero delegado de Anthropic, destacó esta problemática durante su participación en el Foro Económico Mundial de 2024: «Las organizaciones están experimentando una adopción de abajo hacia arriba que raramente habíamos visto con otras tecnologías. El desafío para los líderes es establecer guardarrailes sin sofocar la innovación que está surgiendo espontáneamente».Las organizaciones más avanzadas están empezando a implementar programas formales de capacitación y guías de uso, conscientes de que estas tecnologías pueden transformar modelos de negocio completos. Aunque las cifras son estadounidenses, el patrón es extrapolable. En Europa, los ritmos son algo más lentos, pero la tendencia es idéntica: incorporación silenciosa, uso puntual que se vuelve hábito, y adaptación desigual. Para empresas y trabajadores, el reto no es ya decidir si explorar la inteligencia artificial generativa, sino cómo hacerlo con criterio. Sam Altman, consejero delegado de OpenAI, observó en su discurso ante la Comisión de Comercio del Senado estadounidense: «La ventaja competitiva que estas herramientas proporcionan a quienes las dominan está creando una divergencia de productividad sin precedentes entre organizaciones aparentemente similares». Los expertos coinciden en que estamos apenas en la primera fase de esta revolución. La próxima etapa incluirá sistemas más especializados por sectores, mayor integración con el software existente, y capacidades cada vez más sofisticadas.

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