Esta es la historia de un proyecto para convertir los residuos en energía, que comenzó hace un par de años y se ha topado con la oposición de vecinos de dos municipios y ha generado alguna diferencia entre dos alcaldes del mismo partido: el que dará licencia al proyecto -privado-, el de Colmenar Viejo; y el vecino con cuyo término municipal linda la futura planta de biogás, el de Tres Cantos. La plataforma vecinal en contra ya marchó hace dos semanas para alertar sobre los peligros que ven en el proyecto, mientras que la empresa asegura que cumple con toda la normativa, como prueba que haya sido aprobada por Medio Ambiente y recibido subvención de la Unión Europea.El proyecto Smart Farm Biogás, que promueven Enagas Renovable y Prezero, consiste en una planta de tratamiento de biorresiduos que proporcionará, calculan, energía verde para casi 30.000 personas. Es un «proyecto de economía circular y energía limpia avalado por la Unión Europea, que lo ha financiado con fondos Next Generation, y por el Gobierno de España, que tramita las subvenciones», explican.La planta podrá generar hasta 60 gigavatios de energía verde al año, «suficientes para abastecer la calefacción y agua caliente a 11.700 hogares, unas 30.000 personas». El proyecto, afirman, generará más de 100 empleos directos e indirectos, y supondrá una inversión de 30 millones de euros.Noticia Relacionada estandar Si Carpetazo al proyecto de la planta de biogás de Cubas de la Sagra Helena CortésA día de hoy, ya tiene informe de impacto ambiental y autorización ambiental integrada, otorgadas ambas por la Comunidad de Madrid. Sus responsables cuantifican la cantidad de residuos que entrarán en la planta: el primer año, 25.000 toneladas, y su capacidad máxima será 75.000.Unas cifras que generan dudas entre los vecinos opuestos a la iniciativa: «No tenemos problemas con las plantas de biogás, pero esta va a tratar muchos más desperdicios de los que reúnen Colmenar Viejo y Tres Cantos: no llegamos a 12.000 toneladas, y ellos hablan de 75.000». No les convence tampoco la ubicación: «Está a un kilómetro de un instituto público, muy cerca de residencias de ancianos, pegada a una gasolinera, y a menos de dos kilómetros de las primeras viviendas de Colmenar Viejo, y a tres de las de Tres Cantos».En la actualidad, el proyecto, que el ayuntamiento colmenareño declaró de utilidad pública hace ahora un año , sigue su curso. Los vecinos temen sus efectos medioambientales y hablan de «purines, micropartículas, y del paso de entre 30 y 50 camiones de gran tonelaje con basura al día». La plataforma que se está movilizando contra esta planta, que apoyan ya más de 2.000 personas, maneja informes técnicos que señalan la insalubridad potencial de los residuos y temen malos olores.En las últimas semanas, a sus reivindicaciones les ha dado alas un movimiento del alcalde de Tres Cantos, el popular Jesús Moreno (PP), que reclamó a las empresas que promueven la iniciativa una nueva ubicación para la planta, alejada de núcleos residenciales de ambas localidades. Portavoces de Prezero, una de las promotoras de la planta, recuerda que el lugar «no es fruto del azar; se ha definido tras un riguroso análisis de criterios técnicos, sociales y medioambientales», y por eso «no se contempla un cambio».Ni vertido ni oloresEn defensa de su iniciativa, recuerda que para generar el biometano utilizarán «digestores anaerobios, herméticamente cerrados y sin presencia de oxígeno, por lo que no se vierte agua ni se producen emisiones». Tampoco habrá olores, dicen.A las inquietudes vecinales responden aclarando que «la subvención concedida por Europa impide que en la planta se traten residuos de origen animal. Es decir, no empleará en ningún caso purines». Y «contará con la tecnología más puntera del mercado, probada en más de 1.500 instalaciones europeas». El proyecto sigue a la espera de la licencia municipal: «Seguimos en diálogo constante con la administración local para completar todos los trámites, principalmente la Calificación Urbanística y licencia de obras».Desde los ayuntamientos afectados no quieren ahondar en la herida; en Tres Cantos recuerdan que «el movimiento de protesta se gesta en Colmenar y arrastra a este municipio», e insisten en que «es una iniciativa privada sobre suelo privado, y que es de otro ayuntamiento». En ese otro municipio, Colmenar Viejo, también acuden a la titularidad de la iniciativa privada. La licencia no se ha entregado aún, explican, porque se están recabando informes.

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