Las agustinas de Sotillo íntimas de ‘Robert’: «Hablamos con él el martes»

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Las agustinas de Sotillo íntimas de ‘Robert’: «Hablamos con él el martes»

La oración de la tarde en el monasterio de la Conversión, en Sotillo de la Adrada (Ávila) , cobró el viernes un sentido especial. Padre Nuestro y Ave María se rezan con la mano en el corazón y el alma llena de júbilo. ‘Habemus Papam’ y, para estas casi 40 monjas agustinas, el cardenal escogido el jueves tras el cónclave no es un desconocido. Para ellas, quien ocupará la silla de San Pedro en el Vaticano es Robert.«Nos emocionaba pensar que nuestro querido hermano Robert podría estar entre los ‘papables’», cuenta madre Prado a ABC tras abrir las puertas de la casa de huéspedes de su monasterio. Es la presidenta de la federación de la Conversión de San Agustín, una comunidad que cumple 25 años y que fue levantada con la misión de la evangelización, además de la vida contemplativa. Algunas de las religiosas en una oración por el nuevo Papa JOSÉ RAMÓN LADRAA los tres años de andadura de esta vida monástica, las ocho mujeres que formaban parte de la comunidad en ese momento recibieron una visita en Becerril de Campos de León XIV, cuando todavía era padre general de la Orden de los Agustinos. «Nos avisó una mañana de que estaba en España y de que quería vernos. Pensábamos que venía a hablarnos y se dedicó a conocernos una a una y nos preguntó las razones por las que empezábamos esta nueva vida en la orden», recuerda esta religiosa. «Nos ratificó, nos reconoció y nos dijo: ‘Adelante, os ayudaré’. Y así ha sido estos 22 años restantes». Fue el inicio de una relación que se mantiene hasta hoy.Es tan estrecho el vínculo que la comunicación entre estas monjas y el nuevo obispo de Roma es completamente fluida. El último contacto se produjo, cuentan, el pasado martes. « Recibí un artículo que me impresionó un montón . Lo leí y pensé: ‘Esto es él’. En ese momento tuve conciencia de que Robert Prevost podría ser Papa y me estremeció muchísimo», cuenta Carmen, la Prior del monasterio que tienen en Lima (Perú).«Un hombre de comunión»Fue la sensación que le dejaron las palabras de este texto lo que llevaron a esta mujer a enviarle un mensaje: «He leído esto y hoy la Iglesia necesita un hombre de comunión. Es lo que le estoy pidiendo al Espíritu Santo, una persona que una en medio de tanta división». A lo que Prevost respondió: «Estamos en manos de Dios. Reza mucho». «Cuando en el balcón el decano comenzó a decir ‘Robert Fran…’ Ya no se oyó más en esta casa. No habíamos escuchado ni cómo se iba a llamar»La priora, Carmen, vivió con su comunidad madre, la asentada en el municipio abulense, la fumata blanca del jueves. Como la costumbre marca, vivieron juntas y atentas el momento. «Cuando en el balcón el decano comenzó a decir ‘Robert Fran…’ Ya no se oyó más en esta casa. Inmediatamente salió un grito de alegría. No habíamos escuchado ni cómo se iba a llamar», cuenta la madre Prado a este periódico. El brote de los recuerdos de las hermanas que más le conocían también fue contagiado a las más jóvenes del monasterio que no han tenido la oportunidad de conocerlo hasta el momento. «Como padre general ha viajado por todo el mundo, conoce todas las realidades eclesiales y no se separa de uno de los pilares de la vida religiosa que es la pobreza y la sencillez. Esto nos inspira a nosotras también», apunta, con timidez, una de las hermanas más jóvenes.Esta emoción también fue transmitida a los huéspedes que se encontraban alojados en este monasterio. «Llegamos precisamente el jueves por la tarde. Y no veas la alegría», señala un matrimonio que pasará el fin de semana de retiro en las silenciosas instalaciones agustinas rodeadas por los frondosos bosques de la comarca del Valle del Tiésar, al sur de la Sierra de Gredos. Noticia Relacionada estandar No De su posición sobre las parejas gais a la ordenación de mujeres Beatriz L. EchazarretaLas más mayores de esta comunidad son las más cercanas a Robert Prevost. Tanto, que se atreven a decir cómo es. «Es una persona aparentemente formal, es sereno, es tranquilo, es muy espiritual, muy buen religioso, es una persona bien preparada. Es muy abierto a la ayuda al mas necesitado, al emigrante, a una persona con discapacidad…», destacan. A su vez, es un hombre con alegría contagiosa, según comentan. «Hemos tenido la oportunidad de verle en todas sus facetas. Es alguien que en una recreación se arranca por música mariachi, hispanoamericana, ‘country’… Estábamos reunidos un grupo de agustinos y agustinas y llevaba el ritmo con el pie hasta casi ponerse a bailar», describen sonrientes. Eso sí, lo suyo no es la espontaneidad. Será «difícil que el padre Robert improvise o que diga una cosa ambigua porque lo habrá pensado mucho antes». Corazón misionero Pero lo que estas hermanas agustinas más reconocen es su corazón de misionero. La madre Carmen admite estar aún «sobrecogida». Se trata de un Papa muy unido a su comunidad al otro lado del charco, en Lima, donde tienen otro monasterio. Antes de que Francisco le llevara al Vaticano en 2023, Prevost era vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Perú. «El momento social es de mucha polarización, y esto no es ajeno a nuestra Iglesia. En este país había división interna, pero he oído decir a más de un obispo: ‘Este agustino nos une’. Prevost hace una misión muy fuerte de comunicación a pequeño nivel y ojalá este sea un papel que tenga hoy», cuenta.Una imagen de la visita de Prevost a las agustinas josé ramón ladraEs su humildad lo que le convirtió en una persona muy querida en Perú, donde residió durante décadas como obispo de la costera ciudad de Chiclayo. Las anécdotas, historias e imágenes que vivieron junto al Papa aparecen constantemente en las mentes de las hermanas que más le conocen. Desde las más alegres hasta las catástrofes que han azotado este país durante los últimos años. «Ha estado en medio del mayor caos ayudando a la gente». Entre estas, se encuentra la fotografía que ya ha dado la vuelta al mundo: subido en un caballo para acceder a las zonas rurales ante la falta de autopistas en este país.Esta comunidad de la orden de San Agustín también cuenta con monasterio en Chicago, precisamente porque León XIV les pidió instalarse y ayudar a otra congregación que estaba a punto de desaparecer. «Las cuatro hermanas mayores de ahí le tienen como un nieto, le conocen desde muy pequeño», cuenta Prado. Eso sí, la noticia ha llegado con mucha alegría, pero también con preocupación: «Los que le conocemos sentimos que hay que rezar mucho porque es muy grave ser Papa . No es un poder, no se tiene como una medalla. Es un servicio que le tiene que llevar a la santidad y eso es consumirse en la vida y en el servicio».Ninguna de las hermanas duda en que su papado será un tiempo de comunión y las palabras que dio el Sumo Pontífice en el balón central de la basílica de San Pedro comienzan a confirmarlo. «Sera un hombre mediador en conflictos, es una persona muy cercana al mas débil. Y sensible con el tema de la inmigración, que lleva consigo», asegura la madre Prado.Cabe recordar que su nombre real es Roberto Francisco, pues la familia de su madre, Mildred Fernández, era española y su padre tenía orígenes franceses. Nació en Chicago, pero tiene nacionalidad peruana. «Su abanico cultural y étnico es muy grande , con características muy positivas para el Papa de hoy. Además de la escucha, su talante humano y la vida que ha llevado, el ADN que lleva, que es amplio, de emigrantes en América».

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