«Esto es un gran consuelo», sonreía este domingo, reconfortado, el sobrino nieto de Claudio Pérez Flores, que pasó por varios campos de refugiados en Francia antes de ser capturado por la Gestapo y enviado a morir al campo adyacente a Mauthausen , Gusen (Austria). Durante muchas décadas, nadie hablaba en la familia del tío Claudio y pensaban que había fallecido durante la Guerra Civil. El confinamiento de la pandemia le proporcionó tiempo libre para investigar y pudo atar cabos gracias a Amical, una asociación de supervivientes del nacionalsocialismo que ha acudido con unos 250 familiares de víctimas al acto conmemorativo del 80 aniversario de la liberación del campo. Unos 40 países participaban en el homenaje. Para España es especialmente significativo porque fue en este campo donde murió el mayor número de españoles, con más de 5.000 fallecidos entre republicanos exiliados, combatientes de la línea Maginot o refugiados que habían huido de la pobreza de una España devastada por la Guerra Civil. Y a la cabeza de la delegación española, han desfilado los Reyes, que han depositado varias coronas de flores para honrar la memoria de todas las víctimas.Ya antes de entrar al complejo fortificado, han saludado a la hija de Josep Pont, un soldado del Ejército de la República natural de Granollers (Barcelona), exiliado y que terminó muriendo en Mauthausen. Dolors Pont ha agradecido a los Reyes su presencia, que, según ha explicado más tarde, «significa mucho» para ella porque durante «mucho tiempo fue como si no hubiese existido todo aquello». Noticia Relacionada novedad literaria estandar Si Agustín Martínez: «Los grandes monstruos de la historia son gente normal a la que se le ha permitido todo» Andrés González-Barba El integrante de Carmen Mola presenta ‘El esplendor’ (Planeta), un thriller en el que el protagonista viaja a una isla con un pasado naziEl Estado español lleva desde 1978 realizando puntualmente actos de reconocimiento a estas víctimas, empezando por una placa instalada ese año durante un viaje de los Reyes a Linz (Austria). Desde entonces, sobre el denominado muro de las lamentaciones en el que los presos eran despojados de todo lo que poseían a su llegada al campo, cuelga la inscripción: «España, a sus hijos caídos en Mauthausen». Con nombres y apellidosLos Reyes Felipe y Letizia habían participado anteriormente en homenajes a destacados republicanos, como Clara Campoamor o León Felipe, pero esta visita a Mauthausen supone un hito en ese proceso de reconocimiento, al máximo nivel de la representación estatal y que los descendientes de las víctimas agradecieron particularmente.La delegación española que encabezaban los Reyes iba presidida por la bandera constitucional, portada por un orgulloso Pedro Carmona. Natural de Andalucía y residente en Austria, trabaja como guía del memorial de Mauthausen y sería después el encargado de mostrar a los Reyes los barracones, las cámaras de gas y los crematorios, además de la abundante documentación sobre trabajos forzados y asesinatos en la que constan nombres y apellidos españoles. Un niño pide una fotografía al Rey Felipe VI al lado de la Reina Letizia EfeMás atrás y formando parte de la misma delegación, ondeaba la también española bandera tricolor, republicana, y la imagen de conjunto ha dado el tono de un homenaje desde la reconciliación. No todo el acto, sin embargo, ha estado exento de riesgo. Cuando los Reyes se encaminaban al monumento en honor de los españoles republicanos fallecidos en Mauthausen, en la parte exterior del recinto, allí esperaban numerosas banderas republicanas cuyos portadores habían expresado con sinceridad su desconfianza e incluso disconformidad con la presencia de los Reyes. Tras depositar la correspondiente corona de flores, Felipe VI y la Reina Letizia se han vuelto y han comenzado a saludar e interesarse por las historias familiares de todos ellos. «Gracias por este gesto que tiene usted de calmar el dolor que tenemos», le ha dicho a Don Felipe la nieta de José Díaz Cano, hijo de un republicano muerto en Mauthausen, y todos alrededor han estallado en un sonoro aplauso.Una bandera de la Segunda República ondea a escasos metros de los Reyes, durante la conmemoración del octogésimo aniversario de la liberación del campo de concentración de Mauthausen ReutersA estas alturas de la conmemoración, la relación entre la Corona y los descendientes de aquellos exiliados españoles republicanos, víctimas del nacionalsocialismo, había dado ya un giro. Juan Manuel Calvo Gascón, presidente de Amical Mauthausen, admitía que este reconocimiento a las víctimas las devolvía al país «que un día les dio la espalda». Se refería al hecho de que, tras la liberación del campo, los alrededor de 2.000 supervivientes quedaron abandonados. Los historiadores no han terminado de aclarar hasta qué punto fue la España franquista la que no los reclamó como nacionales o fueron ellos los que no quisieron saber nada de regresar a su país gobernado por Franco. Lo cierto es que a fecha de hoy sigue existiendo una Asociación de Memoria de Españoles Republicanos en Austria, que también ha participado en la multitudinaria ofrenda floral. 20.000 asistentesAmical ha entregado a los Reyes un dosier con documentación sobre los prisioneros españoles que contenía el triángulo con la letra ‘S’ en el centro, con el que eran identificados por las SS, responsables del campo de Mauthausen. Doña Letizia, espontáneamente, ha querido llevar en sus manos ese pañuelo con la identificación durante el desfile hasta el cenotafio, presenciado por los alrededor de 20.000 participantes, según los datos proporcionados por el Comité Internacional de Mauthausen.Cabe señalar que este Comité Internacional es el que guarda la memoria de Mauthausen desde el primer día. Cuando las SS abandonaron el campo, el 5 de mayo de 1945, debido a la victoria de las tropas aliadas, los presos se organizaron para defenderse de la orden de eliminar todas las pruebas de los crímenes, entre las que se encontraban sus propias personas. Una vez que los soldados americanos garantizaron su seguridad, los españoles se quedaron incluso con las llaves del campo, que quedaron en manos de Manuel García. Sus Majestades saludan a descendientes de los españoles víctimas del nazismo EpEl 16 de mayo de 1945, once días después de su liberación, los supervivientes de Mauthausen se comprometieron a contar lo que había sucedido entre aquellos muros, así como a luchar contra la injusticia y por la solidaridad internacional. Es lo que ha terminado llamándose el juramento de Mauthausen. «Participamos con respeto y emoción en el homenaje y sentido recuerdo a todas las víctimas aquí asesinadas o que sufrieron violencia y crueldad», han escrito este domingo los Reyes antes de estampar su firma en el libro de honor. «De un modo especial, recordamos a los miles de españoles republicanos que lucharon contra el nazismo y por la libertad –añadían–. Que la memoria de los crímenes aquí cometidos y el recuerdo de nuestros compatriotas permanezcan intactos para preservar su dignidad y para no olvidar nunca el horror».

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