El congreso nacional del Partido Popular (PP) será el primer fin de semana de julio en Madrid, antes de empezar oficialmente el parón del verano y cuando el curso parlamentario haya terminado. El último cónclave de los populares fue en 2017 y desde entonces han pasado demasiadas cosas dentro y fuera de la organización. Alberto Núñez Feijóo pretende acometer una renovación de los equipos y abrirá, finalmente, la ponencia política. También habrá una reforma estatutaria. Aunque el líder del PP insistió en que deben estar listos ante un posible adelanto electoral de generales, la convocatoria busca tensionar al partido, activarlo ante las elecciones en Castilla y León y Andalucía (previstas para 2026) y, también, reforzar por completo el liderazgo de Feijóo.El revulsivo del PP que tantos reclamaban y que el dirigente gallego ha ido aplazando hasta este verano. El partido contaba con que más pronto que tarde se tenía que producir una remodelación de la cúpula. La sensación es que el comité de dirección que Feijóo amplió en noviembre de 2023 no ha dado los resultados esperados . Tampoco para el jefe de filas que los decidió. Muchos dirigentes coinciden en que aquellos cambios fueron, sobre todo, «cosméticos». Y que ahora, después de tres años al frente del partido y consciente de que debe ser el movimiento definitivo para llegar a la Moncloa, «hará su verdadero Comité de Dirección».De ahí que se esperen cambios de calado que afectarán a Génova y a los grupos parlamentarios en el Congreso y el Senado. Las quinielas están disparadas, pero la frase que más se repite es la de que los cambios «solo los conoce él». Según confirman varios dirigentes presentes en el comité ejecutivo nacional a ABC fue así como lo trasladó él mismo a puerta cerrada: no los compartirá antes y los comunicará al final a los afectados. «Así funciona Feijóo», apostillan, mirando toda su trayectoria en Galicia y también este tiempo en Madrid.Noticia Relacionada estandar Si El peso del PP de Ayuso en Génova será uno de los focos del cónclave Emilio V. Escudero La figura de la secretaría general y los relevos en alguna de las portavocías, otras tareas pendientesDesde hace meses Feijóo ha recibido recados cada poco tiempo sobre los cambios que tenía que llevar a cabo – «falta equipo y faltan referentes»– y, sobre todo, ha escuchado «muchas lecciones» sobre cómo hacerle oposición a Pedro Sánchez. La situación que atraviesa el líder de la oposición es bastante inédita. Ganó las elecciones, pero no pudo gobernar. Y, sin embargo, la inmensa mayoría de comunidades autónomas están gobernadas por el PP. Sus barones autonómicos tienen mucho más poder institucional que él.En este contexto, el congreso de julio -que se decidió en marzo cuando Génova reservó el espacio de Ifema, según ha confirmado ABC- también servirá para un cierre de filas en torno a su liderazgo, que nunca ha estado cuestionado, pero que muchas veces soporta «demasiado ruido», se quejan en el entorno de Feijóo. Precisamente, en el comité ejecutivo nacional el primero en tomar la palabra fue el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno , que quiso abrir el camino a ese respaldo sin matices al líder y a las decisiones que tome en estos próximos meses. «A ti no tengo que decirte nada», se dirigió a Feijóo, con el que justo había compartido un fin de semana en Sevilla.Lo de Moreno, como leyeron otros de los cargos presentes, también fue una advertencia interna: lo que toca en este momento es unidad y un apoyo sin fisuras a Feijóo. También la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso , que no asistió a la reunión, lanzó un mensaje público en la misma línea. «Feijóo es el cambio imprescindible para España», escribió en sus redes sociales.Consulta previaPara decidir la fecha del congreso el líder del PP consultó con los presidentes de Castilla y León y Andalucía, Alfonso Fernández Mañueco y Moreno respectivamente, para asegurarse de que no interfería en sus procesos electorales. El primero tiene previsto apurar los plazos hasta marzo de 2026, mientras que las andaluzas deberían celebrarse en junio de ese año. El PP necesita grandes resultados en ambas citas para calentar el nuevo ciclo electoral y exhibir un nuevo éxito en las urnas frente a Sánchez. De ahí que Feijóo también haya querido optar por hacer el congreso antes de verano y que todos los cargos se vayan de vacaciones con los deberes apuntados: a partir de septiembre empieza la batalla definitiva y todos tendrán que dar el máximo. Así lo trasladó también este lunes en su discurso.Los congresos nacionales se convocan para exhibir unidad y éste pretende exactamente eso, en comparación, recalcan fuentes del PP, con la situación que ataviesa el PSOE. En la cúpula conservadora recuerdan el congreso que los socialistas organizaron el pasado noviembre en pleno caso Lobato desvelado por este periódico (la salida del líder de Madrid tras haber acudido al notario por la información que recibió de Moncloa sobre los datos del novio de Díaz Ayuso) y con varios barones territoriales de salida. A eso añaden, toda la presión que sufre el Gobierno a día de hoy, por los escándalos judiciales del entorno más cercano a Sánchez, la incapacidad de sacar adelante por ahora unos Presupuestos, el debate sobre el gasto en defensa que divide a la coalición y todas las dificultades de los socios parlamentarios casi semanalmente. «Vamos a enseñar una alternativa en todos los sentidos», insisten en el PP, recalcando las debilidades que comprometen al Ejecutivo día a día.Más programa que debateEn el equipo de Feijóo siempre habían repetido que el congreso se haría cuando tocaba, es decir, el año que viene. Algunos sectores como el PP de Madrid llevaban tiempo reclamándolo, pensando en que el partido necesita dar la batalla de las ideas y fijar su posición en los grandes asuntos políticos.La otra gran novedad de que se celebre este congreso (será extraordinario por los tiempos pero, a todos los efectos, ordinario) es precisamente que tras muchos años, el partido debatirá una ponencia política marco. Está por ver la profundidad que tendrá finalmente el debate porque lo que planteó ayer Feijóo ante la plana mayor fue «diseñar una alternativa sólida» a Pedro Sánchez. Sus colaboradores más estrechos y presidentes autonómicos consultados por ABC piensan que la ponencia política se enfocará más en esa línea –la de un programa completamente distinto al del PSOE– y no en la de abrir debates de fondo que enfrenten las distintas sensibilidades que hay en el partido y que siempre causan problemas cuando afloran. Algo que, con toda seguridad, causará algunas decepciones.

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