Lo dijo San Isidoro de Sevilla, también cronista, allá por el siglo VII al referirse al pueblo que cambió la historia de Europa: «La interpretación de su nombre en nuestra lengua es la de ‘techo’, que significa fortaleza; y con toda razón, pues no hubo en el orbe ningún pueblo que tanto haya hostigado a los romanos». Los godos pasaron por Germania y la Galia antes de llegar a nuestra península ibérica en el V. Sin embargo, fue aquí donde sentaron sus reales y, tras beber de una potencia cultural tan colosal como era Bizancio, forjaron un reino, el de Toledo, que se transformó en el motor del viejo continente. Su majestuosidad e importancia fue tal que, hasta hace bien poco, tocaba a los alumnos recitar cual letanía la lista de reyes godos.Daniel Gómez Aragonés lo sabe bien. Aunque el miembro de Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo lleva dos décadas dedicado a divulgar nuestro pasado godo, siempre había tenido una tarea pendiente: dedicar un ensayo a la importancia de la mujer en todo este entramado pretérito. Y por fin, de una vez por todas, la ha cumplido con la publicación de ‘ Reinas godas. Las mujeres que pusieron la semilla de España ‘ (La Esfera). Un ensayo que, según desvela a ABC, no pretende convertirse en «una suerte de catálogo de pequeñas biografías», sino desentrañar la historia de este pueblo a través de sus figuras femeninas. De Gala Placidia a Egilo, pasando por las monarcas ostrogodas.Noticia Relacionada estandar Si El enigma de los visigodos sepultados en la cueva cántabra de La Garma Mónica Arrizabalaga Hallan nuevos depósitos funerarios con un rico ajuar y un broche de cinturón con simbología cristianaAdemás de este reto, el también historiador se ha zambullido en aspectos tan obviados como el día a día de las damas –siervas o nobles– en la sociedad goda. Y entre todos ellos se halla el de la sexualidad. Según desvela Gómez Aragonés en declaraciones a ABC, esta «debía reducirse al matrimonio con fines tan solo reproductivos»; algo lógico ya que, «desde el punto de vista de la patrística hispanogoda, el pecado bíblico de Eva estaba presente en la mujer». En las relaciones carnales, ellas debían «ser sumisas a sus maridos y no tener nunca un papel activo». Esta mentalidad, sostiene, afectaba a todos los ámbitos de la intimidad: «Un dato curioso es que se insistía en que la postura correcta para realizar el acto carnal era lo que hoy denominamos ‘el misionero’. Esto se adaptaba a los preceptos de sumisión femeninos».Oferta ABC Aprovecha esta oportunidad única para llevarte ‘Reinas Godas’ dedicado personalmente por Daniel Gómez Aragonés y un año de suscripción ABC Cultural Premium. Haz clic aquí–¿Qué importancia han tenido para la historia las mujeres godas?, ¿han sido pasadas por alto?Si hablamos de la famosa lista de reyes godos, a todos nos suenan más o menos la mayoría. Salvo a mí, que soy un friki y te la recito entera encantado [Ríe]. La clave es que debemos añadirle también a las reinas. Y eso es lo que he intentado en este libro. No hacer una suerte de catálogo de pequeñas biografías, porque eso sería absurdo, sino seguir la historia de los godos, desde sus orígenes en el norte de Europa hasta la caída del reino de Toledo, a través de sus mujeres más destacadas. Quiero que el lector se zambulla en el desarrollo histórico a través de ellas, que son las que articulan el texto. Además, la obra no analiza solo sus figuras, sino que también trata aspectos específicos y propios del género femenino en la época, así como el matrimonio o la vida cotidiana. Nobles, siervas, religiosas, doncellas libres… Todo eso, como es menester, es lo que se encontrará quién compre este ensayo.–Arranca con un personaje tan destacado como Gala Pacidia, hija y hermana de emperadores que terminó casada con Ataúlfo tras ser raptada por los godosSin ella, este libro adelgazaría muchísimo. Es una figura de la cual, gracias a Dios, tenemos una gran cantidad de información. A cambio, hay muchas reinas godas de las que no conocemos ni su nombre. Gala Placidia es una de las figuras femeninas más importantes del siglo V, e incluso de toda la historia de la Roma monárquica, republicana e imperial. Fue hija de emperador (Teodosio), medio hermana de emperadores (Honorio y Arcadio), esposa de emperador (Flavio Constancio) y madre de emperador (Valentino III). A pesar de todo ello, pasó a la historia por méritos propios, y es que contrajo matrimonio con el primer rey godo que pisó suelo hispano, Ataúlfo, después de ser raptada en Roma.–El debate sigue abierto: ¿había amor en ese matrimonio?El matrimonio fue una jugada política para presionar al gobierno imperial de Rávena, pero, para mí, hubo amor. Aunque también te digo que soy un romanticón al que le encantan las películas de Jennifer Aniston [Ríe]. Lo que tenemos claro es que hubo una gran influencia de Gala Placidia sobre Ataúlfo . Según las fuentes, le condicionaba para bien y hacía las veces de su consejera. Él, por su parte, no se mostraba ante su pueblo como un líder germano al uso. Aparecía como un gran aristócrata romano, como un gran personaje. Eso me parece muy simbólico: se sentía muy cerca del imperio. El ejemplo más claro es que el hijo que ambos tuvieron no se llamó Alarico, Ataúlfo o Teodorico. Le pusieron Teodosio, como el padre de ella. Eso no fue al azar. Y más, cuando el chico podía optar al trono gracias a su madre. Si no hubiera muerto, se habría generado un escenario geopolítico muy interesante en Occidente. ¡Y todo, gracias a Gala Placidia!Daniel Gómez Aragonés, en Toledo óSCAR Huertas–Vamos a revisar algunas otras figuras femeninas de la época visigoda. Habla de Ragnahilda, esposa de Eurico, como una mujer clave del Reino Visigodo de TolosaSí. Ragnahilda, un nombre que me encanta, por cierto, procedía con toda probabilidad de la corte real de los burgundinos. Fue la esposa de Eurico, el cimentador del Reino Visigodo de Tolosa, y la madre de Alarico II, el último de sus monarcas. Sabemos que fue una reina con mucho peso y a la que muchos aristócratas buscaban acceder para que les abriera las puertas de su marido.–Gosvinta, Egilo… Son muchas las reinas que trata. Pero sorprende que dedica un capítulo a las ostrogodas, otras grandes olvidadas.Sí. De ese capítulo exaltaría y ensalzaría a Amalasunta, la hija de Teodorico el Grande. Tras él, fue la figura política más importante del Reino Ostrogodo de Italia y una de las monarcas clave de la antigüedad tardía y la primera etapa de la Alta Edad Media . Muy pocas reinas tuvieron el peso, la influencia y las dotes de gobierno que ella demostró como regente.–También dedica una parte a la sexualidad dentro del mundo godo. ¿Cómo era el papel de la mujer?Venía marcada por el contexto religioso y cultural de la época. Y es algo en lo que quiero hacer hincapié: no podemos caer en el presentismo ni analizar la sexualidad de entonces desde la perspectiva del siglo XXI. En la práctica, el papel de la mujer estaba subyugado al hombre en lo público; él era quién hacía y quién disponía. A cambio, en lo privado, de puertas para adentro, ellas adquirían más poder. A pesar de ello, la mujer no disponía de su cuerpo –la prostitución estaba prohibida y penada– y, si cometía un delito de índole sexual, sus castigos eran más severos que los masculinos. El aborto era un tema que preocupaba, y lo sabemos porque se legislaba contra ello o sobre ello. Eso implica que no era una cuestión baladí. También se hablaba de las violaciones , el infanticidio… La homosexualidad no estaba permitida, como tampoco lo estaba la zoofilia, que se perseguía. –Habla de un castigo bastante brutal a las nobles que mantenían relaciones sexuales con esclavos de otro señorSuena a un castigo de película: cien latigazos. Era un delito que estaba penado de forma severa, y no era el único. Una mujer libre que mantuviese relaciones sexuales con un liberto o esclavo, aunque fuese de su propiedad, podía ser condenada a morir en la hoguera. A cambio, ellos sí podían tener sexo con sus esclavas. Esto demuestra también la distancia social que existía.Noticias relacionadas estandar Si «La Monarquía hispánica creía en la libertad» Manuel P. Villatoro estandar Si 240 aniversario Nuevos datos sobre el origen de la bandera española Manuel P. Villatoro–¿Qué opina de la llamada ‘historia de género’?Huyo de términos como patriarcado, igualdad o cuestión de género. ¿Por qué? Porque solo quiero hacer historia, historia e historia. Y la quiero hacer de una manera clara, equilibrada y rigurosa, sin mezclarla con conceptos actuales. No podemos dejar nuestra mentalidad y nuestra cosmovisión del siglo XXI en hechos de los siglos VI, VII y VIII. En ese caso, se condiciona al lector. Y yo no me considero un filtro, sino una correa de transmisión. Bajo mi humilde opinión, no es lo correcto. Yo simplemente he querido hablar de estas mujeres y hacer historia de los godos a través de ellas. Lo hago porque fueron fundamentales en nuestro pasado, y este no se podría entender sin ellas.

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