A Juan Ayuso no le duele la rodilla malherida en la azotea de la salida en Lucca, la patria chica de Mario Cipollini. Es un tipo joven (22 años) pero de enorme determinación que se ha propuesto ganar el Giro de Italia, su primer salto al vacío como máximo aspirante en una grande. En la cita nuclear de la contrarreloj, 28 kilómetros y lluvia solo para los favoritos que salen al final, el español ofrece una versión magnífica. Es sólido en el agua, no duda y, aunque pierde paso en el último tramo, aplica una dentellada al líder, su compañero Isaac del Toro, a quien le viene grande su primera gran contrarreloj, 21 años el mexicano.Frente a la torre inclinada de Pisa, Ayuso recoge beneficios. Se queda a 25 segundos de la ‘maglia’ rosa después de amenazar a Del Toro en cada punto cronometrado con una empresa mayor. Empezó el día a 1 minuto, 13 segundos y está ahora a un mordisco, bonificación o similares.Primoz Roglic, el gigante hundido en las arenas blancas de la comarca de Siena, se niega a claudicar. Resurge de una posición muy comprometida hasta ingresar de nuevo en la nómina de los aspirantes. La experiencia y el talento nunca caducan. El esloveno comenzó la jornada décimo, a 2:25 y se sitúa ahora quinto, a 1:18.Noticias relacionadas estandar Si giro de italia Con Pogacar o sin él, el ‘dream team’ del ciclismo José Carlos Carabias estandar Si ganador del Tour 2012 El desplome de Wiggins, drogas, divorcio y ruina: «Fui adicto a la cocaína» José Carlos CarabiasLa contrarreloj es el tamiz más determinante en el ciclismo, más que los extensos puertos que causan admiración y provocan magnetismo sin igual, más que las cimas imposibles, paredes de hormigón en el nuevo ciclismo y más que cualquier superficie causante de pavor o dicha, el adoquín, los caminos de tierra tan de moda.Ya no existen contrarrelojes de 60 kilómetros que rompían carreras y destrozaban sueños. Esas interminables palizas de más de una hora que catapultaban a los especialistas, pulmones al máximo rendimiento. Ahora se considera larga una contrarreloj de 28 kilómetros que, como la de este martes entre Lucca y Pisa, requiere algo más de media hora de esfuerzo.Roglic recuerda antes de tomar la salida, a la hora del aperitivo, que es un ciclista condenado por la mala suerte. Tiene un imán especial para la fatalidad. Se cae durante el proceso de reconocimiento de la contrarreloj porque, ya advirtió en plan despreocupado, no ha revisado ninguna etapa del Giro que lo puede coronar por segunda vez.Hoole, vencedorEl esloveno ejecuta una contrarreloj modélica en una superficie irritante. La lluvia obliga a los corredores a extremar la precaución, a no apurar en las curvas, a no cruzar la rueda por las líneas blancas de los pasos de cebra…Nadie puede acercarse a los tiempos del vencedor de la etapa, el tallo holandés Daan Hoole (1,98 metros) que ha salido en la fase inicial del día, sin lluvia. Hay ganador desde las tres de la tarde. La lucha entre los aspirantes decreta una prestación soberbia de Roglic y un rendimiento óptimo de Ayuso, tan bueno subiendo como en la modalidad contra el reloj. Los dos pasos intermedios del español alimentan su esperanza de capturar al mexicano en la general: 26 segundos en Ponteletto y 43 en Asciano, a ocho del final.Según esa progresión, Ayuso podía arrimarse a la ‘maglia’ rosa o incluso atraparla, pero algún mecanismo se desactiva en el matrimonio con la Colnago y el español pierde 30 segundos con Roglic en ocho kilómetros. La ventaja con Del Toro decrece en el avance. Son 48 segundos en la meta, buen botín, aunque el asunto prometía más.Pero el cuerpo humano y el ciclismo no son matemáticas, por mucho que los estetas del dato y el registro de watios puedan considerar lo contrario. Del Toro no está descontento. Es un nuevo adulto en el planeta del deporte profesional. «Sabía que se sería muy duro, pero quería seguir un día más de rosa. No quería coger riesgos y tuve que levantar el pie».

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