El pasado mes de febrero los aficionados del Santos explotaron de felicidad. Después de 12 años lejos del equipo en el que se hizo un nombre en el fútbol y desde el que saltó al Barcelona, Neymar regresaba a su casa para impulsar a un club en horas bajas y de paso ponerse a tono tras las lesiones para facilitar un regreso a su selección. La alegría fue tal que el internacional brasileño fue recibido por los hinchas con una multitudinaria fiesta bautizada como «Ney-Day».Sin embargo, lo que hace tres meses parecía la anhelada vuelta del hijo pródigo, se ha tornado pesadilla. El futbolista, de 33 años, apenas sale de la enfermería, mientras que el Santos no logra sacar la cabeza de los puestos de descenso. Y por si eso fuera poco Neymar no deja de protagonizar episodios polémicos .El último tiene que ver con su aparición en la Kings League de Brasil , en la que el equipo del que es presidente, bautizado como ‘Furia’, se proclamó campeón este domingo al superar en los penaltis a Dendele FC tras un empate 5-5 durante el tiempo reglamentario. Neymar, presente en el Allianz Parque de la ciudad de Sao Paulo, no dudó en saltar al campo para celebrar el título , dejando una imagen que no gustó a muchos aficionados del Santos que sufren con el porvenir de su equipo. Casi de inmediato las críticas al delantero en las redes sociales se multiplicaron, afeando que estuviese volcado con su equipo de la Kings League en lugar de en ayudar al Santos a salir del descenso. Noticia Relacionada fútbol estandar Si Pepe Reina anuncia su retirada: «Ya no puedo ofrecerle más al fútbol desde esta posición» PABLO PIZARRO El guardameta madrileño cuelga los guantes a sus 42 añosEn realidad poco puede hacer Neymar, de nuevo lesionado, pero su trayectoria desde que regresó al Santos tiene de uñas a su hinchada , que considera que la estrella está descuidando su carrera prestando atención a otras facetas de su vida como la Kings League. Tras aterrizar procedente del Al-Hilal, Neymar se lesionó primero durante el campeonato estadual y a mediados de abril, en su estreno de titular en el Brasileirao, sufrió un nuevo problema muscular tras apenas 34 minutos de juego y abandonó el césped entre lágrimas. En total solo ha disputado nueve partidos : siete en el campeonato estadual y dos de los ocho posibles en la liga. Y en las escasas ocasiones en las que estuvo sobre el césped, salvo un espectacular gol olímpico a un rival de cuarta división, no ha rendido al nivel esperado.Una decepción a la que se suman las apariciones del goleador en el carnaval de Río de Janeiro y en varios partidos de la Kings League durante el periodo de recuperación de su primera lesión tampoco sentaron bien en la afición. O también la influencia que supuestamente ejerce su padre, Neymar Santos, en el club, que ha sido duramente criticada. Neymar trató de impedir la divulgación de un podcast biográfico que presentaba a su progenitor como un empresario «voraz y temido en el mundo del fútbol», pero el juez falló en su contra y lo acusó de intentar una «odiosa censura previa».Bajo la atenta mirada de la selecciónAjeno al ruido, el futbolista se recupera de su última lesión con el objetivo de regresar a los terrenos de juego a finales de este mes, poco antes de que acabe el breve contrato que firmó al llegar, hasta el 30 de junio. Un proceso al que mira con atención la selección brasileña, inmersa en las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de 2026 , ahora bajo el mando de Carlo Ancelotti , y en la cita en Estados Unidos, México y Canadá. La próxima convocatoria, ya con el todavía entrenador del Real Madrid al mando, será el próximo 26 de mayo , de cara a los compromisos contra Ecuador en Quito y Paraguay en Sao Paulo, los día 5 y 10 de junio respectivamente.También está atento el propio Santos, en el que la prensa brasileña sitúa a Neymar hasta el Mundial pese a las polémicas y que tendría que mediar una renovación. «Lo normal sería que renovara el contrato. Porque apostar por él hoy es arriesgado para un equipo europeo, y el Santos es un caso particular, hay más paciencia», señalan.
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