El final bronco del Pleno extraordinario del Ayuntamiento de Madrid celebrado esta mañana en Cibeles casi eclipsa la importancia del único punto del orden del día, el debate y posterior aprobación del Plan Reside, la receta del gobierno de Almeida para poner coto al fenómeno de las viviendas turísticas. Esta nueva ordenanza, que sustituye al Plan de Hospedaje de 2019, se aprobó finalmente con los votos a favor del PP, la abstención de Vox y la oposición frontal de Más Madrid y el PSOE. La nueva ordenanza aprobada, que aún tiene que recibir la autorización de la Comunidad de Madrid antes de entrar en vigor, previsiblemente en agosto, dividirá la ciudad en dos zonas: el centro histórico (el ámbito APE 0.01) y el área que queda fuera de este. En la almendra central, se prohibirán las viviendas de uso turístico diseminadas en comunidades de vecinos.; así que solo se podrán situar en bloques enteros. En el caso de uso residencial solo hay una excepción a esta norma: si el edificio está catalogado (con protección), obsoleto y en mal estado y ubicado en calles no comerciales podrá funcionar como alquiler vacacional durante 15 años, con una licencia directa ligada a la rehabilitación y restauración del inmueble. Posteriormente, volverá a tener uso residencial. Dentro del centro histórico también se prohíbe la transformación de los locales en pisos turísticos. Eso sí, en edificios que no sean de uso residencial se admitirán los pisos turísticos sin limitación.Noticia Relacionada De Sol al Barrio de las Letras estandar Si El centro de Madrid, ‘vacío’ por los pisos turísticos Helena CortésEn el anillo exterior, el Ayuntamiento de Madrid permitirá la implantación de VUT bajo las condiciones actuales tanto en edificios completos como en viviendas dispersas que convivan con uso residencial. En el periodo de información pública se añadió otra limitación: estos deben disponer de acceso independiente en primera planta y planta baja. De los 59 escritos de alegaciones recibidos de ciudadanos y organizaciones (tres fuera de plazo), se han estimado totalmente dos alegaciones y parcialmente 30. En cuanto a los locales comerciales, se prohíbe convertirlos en pisos turísticos si están en ejes comerciales como Bravo Murillo, Marcelo Usera, Alcalá, Sepúlveda, López de Hoyos, Paseo de Extremadura…Borja Carabante, delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, defendió en su intervención en el Pleno que uno de cada tres turistas se alojan en estos establecimientos y que son « imprescindibles «. Eso sí, argumentó, esa existencia debe hacerse »sin perjudicar la convivencia« y »sin expulsar a los vecinos«, como ha sucedido en otros lugares. »Esta es la oportunidad que tiene la ciudad de Madrid para acertar y ordenar definitivamente esta actividad«, zanjó.La crisis de la vivienda Para evitar esa expulsión e incentivar la transformación de inmuebles con otros usos en viviendas, el Plan Reside también permite convertir dentro del centro histórico edificios dotacionales de uso privado obsoletos (como una equipación deportiva o un ámbito privado) en viviendas siempre que sean de carácter asequible o tipo ‘coliving’. También permitirán transformar parcelas de uso terciario o comerical en viviendas con un incremento de la edificabilidad para hacerlo más atractivo.Las medidas de este Plan Reside solo afectarán a las nuevas autorizaciones: las viviendas de uso turístico que operen en el centro y ya cuenten con licencia podrán mantener su actividad. En Madrid, el 92,7% de los establecimientos turísticos son VUT (16.100). Sólo el 7,45 % son legales (1.200). Para atajar este problema, en abril de 2024 el consistorio suspendió la concesión de nuevas licencias, reforzó las teareas de inspección y endureció las penas para los alojamientos ilegales, que ahora pueden alcanzar los 100.000 euros. Desde entonces, se han impuesto 89 multas coercitivas (de entre 1.000 y 3.000 euros) y 92 sanciones (89 de 30.001 euros y tres de 60.001 euros, por reincidencia).Y es precisamente en la disciplina (o más bien la «falta» de la misma) donde pusieron el foco Más Madrid y el PSOE. La líder de los verdes, Rita Maestre, que dedicó los primeros minutos de su ponencia a defender la causa palestina, afirmó que en el «Plan Expulsa», como lo han rebautizado, no hay motivo para pensar que se vayan a cerrar las viviendas turísticas ilegales. «La realidad es que a los 15.000 pisos turísticos ilegales que funcionan y van a seguir funcionando se van a añadir decenas sino centenares de pisos turísticos más», apuntó la líder de la oposición, que también criticó que estas medidas «enriquecen a los que se lucran con la crisis de la vivienda». Efecto frontera«Nuestro modelo es el cese de la ilegalidad y luego hablamos de ver cómo ordenamos las viviendas de uso turístico», defendió Giraldo en nombre de los socialistas. El edil aseguró que, a partir de hoy, el centro histórico de la capital «va a ver cómo perder uno a uno sus edificios completos en favor de las VUT», pues más de 11.000 inmuebles, «el 67% de los más de 16.400 construidos que hay en el centro (quitando los inmuebles de la administración pública) se van a poder transformar en pisos turísticos». Y peor será el efectos frontera, vaticinó. Esta distinción en zonas, junto con la falta de una mano tendida hacia la oposición, defendió Ignacio Ansaldo en nombre de Vox, es lo que decantó el voto de su grupo por la abstención: «Sabemos que la ciudad de Madrid es diferente y heterogénea en sus 21 distritos, es más, en sus 131 barrios, son diferentes entre sí, pero ustedes confunden las diferencias entre distritos y barrios para hacer diferencia entre los madrileños», apuntaló. Una queja similar manifestó la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) en un comunicado. Las entidades vecinales pedian extender las restricciones de la APE 0.01 al conjunto del municipio con «el fin de preservar el parque residencial».

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