La actual incertidumbre geopolítica, marcada por el giro aislacionista de la nueva Casa Blanca, la guerra comercial -enfriada por los acuerdos de EE.UU. con China y la UE- y el pesimismo para con la evolución de la economía de la eurozona -Bruselas acaba de rebajar al 0,9% la perspectiva de crecimiento de los países de la moneda común para 2025-, ha aumentado la morosidad de las relaciones comerciales entre las empresas de nuestro país. Según se desprende del último Barómetro de Prácticas de Pago elaborado por Crédito y Caución, el porcentaje de facturas que no se pagan puntualmente ha escalado hasta el 51% este año, nueve puntos por encima del dato de 2024. Hay que matizar que el estudio se refiere al crédito comercial; es decir, a esos acuerdos que rubrican las compañías entre ellas y en virtud de los cuales se prestan servicios sin necesidad de un pago inmediato. Es una práctica fundamental en el sector privado, un pulmón para la economía, pero uno que necesita de la confianza para operar. Noticia Relacionada junta de accionistas estandar No «La economía española está menos expuesta que otras a los aranceles», según Tomás Muniesa, presidente de Caixabank María Jesús PérezPues bien, el 63% de las empresas encuestadas no ven mejoría en los patrones de pago de las facturas B2B (entre empresas), y la razón es la misma en la mayoría de los casos: la falta de flujo de caja. De estas facturas, además, un 7% resultan impagadas. El escenario que dibuja el informe no es halagüeño, pues un 80% de los encuestados esperan que los proveedores acorten los plazos de pago, circunstancia que «incrementará la presión sobre las empresas que ya experimentan problemas de liquidez», se lee en el documento elaborado por Crédito y Caución. El estudio desglosa los datos de algunos sectores clave y en todos los casos se atestigua un leve empeoramiento. Entre las empresas agrícolas, grupo en el que el crédito comercial está presente en dos terceras partes de las transacciones, se registran retrasos en el 42% de los intercambios y las facturas impagadas ascienden al 6%. En la construcción, donde el 63% de las ventas entre empresas se hacen a crédito, se dan retrasos en el 45% de los casos e impagos en el 6%. Y la peor parte se la lleva la industria del metal y el acero, que depende del crédito para un 60% de sus intercambios. En este sector, especialmente vulnerable a fluctuaciones económicas, disrupciones de los flujos comerciales e incrementos en el coste de los insumos (todo lo que el nuevo escenario geopolítico ha puesto en riesgo), hasta dos terceras partes de las facturas se pagan tarde y las impagadas se elevan hasta el 10%. Lógicamente, para anticiparse a un posible aumento de los impagos, el 75% de las empresas españolas utilizarán «probablemente o con seguridad» -se lee en el informe- algún tipo de seguro de crédito en los próximos meses. Como ya se ha avanzado, las compras a crédito entre empresas son fundamentales para que las empresas puedan gestionar el dinero del que disponen y evitar que una insolvencia puntual afecte al negocio. Aproximadamente la mitad de las transacciones en nuestro país se financian de este modo (55%), y la otra mitad a través de instituciones financieras.

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