Alberto González Amador, pareja de la presidenta madrileña, Isabel Diaz Ayuso , ha asegurado este viernes en el Tribunal Supremo que el abogado Carlos Neira envió por su cuenta al fiscal Julián Salto el correo electrónico cuya filtración se investiga: en el que reconocía que su cliente había cometido dos delitos fiscales en aras de llegar a un acuerdo de conformidad. La única indicación que, según ha dicho, González Amador había dado al letrado es que escogiera la opción que hiciera «menos ruido» para no perjudicar a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Sobre el reconocimiento del delito que ese mail contenía, González Amador se ha desvinculado y ha mantenido que «no hay facturas falsas, ni fraude ni sociedad interpuesta» ni ninguna conducta irregular. No obstante, a una pregunta del magistrado, ha sostenido que mantiene su confianza en Neira.Siempre según fuentes presentes en su declaración (ha comparecido como testigo a petición del fiscal general), González Amador ha relatado ante el juez el perjuicio «personal y profesional» que la filtración de este correo, de carácter confidencial y por la que está imputado Álvaro García Ortiz, le ha causado. Que desde el Gobierno y otros ámbitos se le llamara «defraudador confeso» le ha hecho perder contratos y cursos que llevaba impartiendo desde hace diez años. Muchas de las preguntas relacionadas con Neira han sido vetadas por el juez, ya que el abogado está citado como testigo a petición de García Ortiz y las partes tendrán la oportunidad de escuchar su testimonio el próximo 27 de mayo. En la línea de la estrategia de defensa del fiscal general, la teniente fiscal del Supremo ha puesto el foco en el jefe de Gabinete de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, como filtrador. Así, se le ha preguntado por si consintió la noticia que publicó ‘El Mundo’ la noche del 12 de marzo que sostenía que el Ministerio Público había tratado de llegar a un pacto con él (había sido al revés). González Amador ha asegurado que él sólo le dijo a Rodríguez «haz lo que veas». A su vez, Miguel Ángel Rodríguez sostuvo ante el juez que él tenía en su poder el correo de González Amador desde las nueve de la mañana del 12 de marzo, es decir, un día antes de que se produjera el episodio de la filtración a la prensa de ese y otros mails relacionados con el procedimiento fiscal abierto a Alberto González Amador. Sin embargo, según dijo, no difundió este mail hasta 35 horas después de que se lo enviara el abogado de González Amador, y una vez que su contenido había sido publicado ya en otros medios. Lo hizo, explicó en su momento, con la intención de «aclarar» una noticia de la web de la Sexta en la que se desmentía lo publicado una hora antes por El Mundo: que la Fiscalía le había ofrecido un pacto al novio de Ayuso para no ir a juicio cuando en realidad había sido al revés.En ese momento Rodríguez pensaba que era El Mundo el que estaba en lo cierto porque la información de la que él disponía era parcial: le faltaba un correo anterior en el que el abogado de González Amador abría la puerta a esa conformidad con el reconocimiento de dos delitos. De ahí que, según Rodríguez, no se le pueda achacar la difusión de un bulo, que es lo que se mantiene desde la Fiscalía General y desde el propio Gobierno, sino el ánimo de «aclarar» ante un grupo de medio centenar de periodistas una información de cuya falsedad estaba convencido. Lo hizo después de que empezara a conocerse el contenido de los correos de cuya filtración Rodríguez se desvinculó.

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