La mala fortuna ha querido que el mismo día se haya cruzado el nombre de dos fotógrafos, fotorreporteros con alma, profesionales de la imagen en blanco y negro, tocados por la varita mágica del Premio Princesa de Asturias de las Artes: de un lado, Graciela Uturbide, reconocida hoy mismo con este galardón. De otro, el brasileño Sebastiao Salgado, quien lo recibió en 1998, cuando el premio tenía todavía nombre de varón, del que hoy toca despedirse. Y es que, según informa la Academia de Bellas Artes francesa, el afamado fotógrafo, uno de los más populares entre el gran público, ha fallecido hoy a la edad de 81 años. Salgado destacaba principalmente por sus fotos en blanco y negro de gran formato, en producciones impecables, sobre grandes conflictos y por su canto de amor al planeta en general y a la selva amazónica en particular. De hecho , ‘Amazonía’ fue la última exposición que lo trajo a España hace un par de años (Centro Cultural de la Villa, 2023, comisariado por su mujer, Leila Wanick Salgado), su último gran proyecto desarrollado entre 2013 y 2019, que adoptó la forma de concierto en el Liceo barcelonés en 2024. Un autor que se mide en kilómetros e injusticiasNacido en 1944 en Minas Gerais, Sebastião Salgado se convirtió en el fotógrafo que probablemente más kilómetros haya caminado y más desigualdades haya visibilizado con su inseparable Leica: visitó más de cien países y realidades sociales. Con su cámara denunció las grandes injusticias del planeta y se adelantó al clamor ecologista para salvaguardar el planeta cuando la cuestión no era ni una mínima línea de las agendas de los grandes mandatarios. Sin embargo, su formación fue como economista, aunque las posibilidades de la fotografía le sedujeron desde los 29 años y a ella se entregó de forma autodidacta. Así, y después de trabajar para las agencias Sygma y Gamma, en 1979 se incorporó a la prestigiosa Magnum Photos, donde permaneció hasta 1994, año el que creó, junto con Wanick Salgado, Amazonas Images, una firma dedicada exclusivamente a su obra.Ningún ámbito de marginalidad o abuso fue esquivado por su lente. En la introducción a ‘Éxodos’ (2000) escribió: « Más que nunca, siento que solo hay una raza humana. Más allá de las diferencias de color, de lenguaje, de cultura y posibilidades, los sentimientos y reacciones de cada individuo son idénticos». Eso no evitó que, a lo largo de su vida, también recibiera críticas –por ejemplo, de la mismísima Susan Sontag – por sacar rédito comercial de la miseria humana.Formó parte de Magnum, aunque en 1994 creó junto a su esposa, Leila Wanick Salgado, Amazonas Images, firma dedicada en exclusiva a su obra Su primer gran proyecto, ‘Workers’ le condujo a recoger con su cámara durante seis años y en los ochenta, imágenes de trabajadores de todo el mundo, cuyo resultado se plasmó en 1993 en un libro homónimo. Ya en los noventa realizó una amplia investigación fotográfica sobre los movimientos migratorios en el planeta, ilustrando la situación de millones de desplazados, que huyen de la guerra, la opresión política o el hambre, también de aquellos que abandonan la pobreza de las zonas rurales. Esta obra ha sido publicada en los libros ‘Migraciones’ y ‘Retratos’. En 2004, inició el proyecto ‘Genesis’, una serie de retratos de paisajes físicos y humanos repartidos por todo el orbe planetario, su carta de amor a la Naturaleza. También adoptó el formato de fotolibro.Su obra se ha exhibido en los grandes museos de todo el mundo. En junio de 2007 se celebró en Madrid una gran antológica sobre su trabajo, dentro de la programación de PHotoEspaña, festival con el que regresó para ocupar las salas expositivas del Palacio Real en 2022. Miembro honorífico de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias y Comendador de la Orden de Río Branco, fue doctor honoris causa por la Universidad de Evora (Portugal), la New School University (Nueva York), el Art Institute of Boston y la Universidad de Nottingham (Reino Unido). Recibió numerosos reconocimientos, entre ellos, el Eugene Smith de Fotografía Humanitaria (1982) y el Premio internacional de la Fundación Hasselblad (1989). En 2001 fue nombrado embajador especial de UNICEF.En su última entrevista a ABC, el artista declaraba: «La fotografía miente, porque no es objetiva, es subjetiva. La fotografía que hago es mi punto de vista. Es mi ideología, toda la herencia que he tenido en mi vida, que ha creado una forma estética y una forma política. No puedo decir que sea objetiva, es profundamente subjetiva. Así es la fotografía». Hoy, este legado firma su página más amarga.

Leave a Reply