Solo hay un tema más indigesto que el Balón de Oro de Vinícius : la Bota de Oro de Mbappé. Nada tan anticlimático como consolarse el último día con premios individuales cuando no se ha conseguido nada como equipo. Su gol número treinta en Liga llegó en un penalti mal lanzado, tras una mano dudosa, en un partido sin alma, ante el portero suplente de la Real Sociedad. Lo falló, pero el rechace le cayó encima y ya sí que no perdonó. Tenemos Bota de Oro, supongo. La Cibeles estará acordonada . Buen epítome a esta temporada en la que ha reinado el «sí, pero no».Sí, ha hecho buenos números Mbappé, pero no ha completado una gran temporada (las estadísticas lo maquillan todo). Sí, por Vinícius pasa el futuro del Madrid, pero las encuestas dicen que una buena parte de la afición lo vendería mañana mismo. Sí, Ancelotti ha cometido errores, pero eso no lo convierte en el principal responsable de este mal curso. Sí, Modric tiene 40 años, pero ha sido el único jugador de la plantilla que no se ha lesionado en todo el año ni un solo día. Sí, Bellingham es fundamental para el Madrid, pero ahora no tiene un puesto definido sobre el campo. Sí, Tchouaméni ha acabado muy bien, pero su primer tramo fue terrorífico. Sí, toda etapa tiene su fin, pero antes de cerrar, conviene dejarlo todo preparado para abrir al día siguiente a primera hora. El Bernabéu, que siempre ha sido algo frío en ciertos adioses, se permitió emocionarse con las despedidas de Ancelotti y Modric, dos tipos elegantes y ganadores que, sin ser de Madrid, entendieron mejor que nadie qué significa el Real Madrid. Nunca se dieron la menor importancia, demostrando una máxima infalible para la vida: «Si crees que todo esto es tan sencillo, ¿por qué nadie puede hacer lo mismo?».Noticias relacionadas estandar No Y Florentino lloró de emoción en el palco del Bernabéu A. L. Menéndez estandar No Modric: «Mi mayor trofeo es el amor y el cariño del madridismo» Rubén CañizaresSe abre ahora un momento interesante para el club, por lo insólito de las circunstancias, con este Mundial de Clubes a la vuelta de la esquina en el que se mezclarán las entradas con las salidas. En el Metro esto es algo que ya se probó muchas veces, y nunca con éxito. Pero tampoco se ha caracterizado el Real Madrid por alcanzar sus metas más ambiciosas transitando el camino obvio. Se echará de menos a Modric, Carletto y Lucas Vázquez . Pero así es el Madrid: ese lugar donde el anterior siempre deja escrito en lápiz «yo estuve aquí», esperando que el próximo supere la marca.

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