El próximo 28 de mayo se cumplirá un año desde que el Gobierno de Pedro Sánchez decidió de manera unilateral que España reconociera el Estado de Palestina . Desde el Palacio de la Moncloa entienden que la única forma de terminar con el conflicto en la Franja de Gaza pasa por la solución de los dos Estados y, en esta senda, el presidente –junto a su leal ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares – ha ido abanderando una causa que ha posicionado a España como uno de los países a nivel internacional que más influencia está ejerciendo dentro de la Unión Europea para poner fin a un conflicto que lleva enquistado desde hace décadas y que desde el 7 de octubre de 2023 se ha recrudecido tras los atentados de Hamás contra Israel.Cuando Sánchez realizó aquella declaración institucional en las escaleras de La Moncloa, a la iniciativa española solo se habían sumado Irlanda y Noruega . Que Israel no se tomó bien que Sánchez abanderase la causa palestina ya se vio cuando en señal de protesta llamó a consultas a su embajadora; pero es complicado que la tensión en las relaciones diplomáticas escale hasta llegar a un punto de no retorno. La llamada a consultas es un paso muy inicial y suele ser una acción recurrente entre países cuando quieren expresar su enfado ante alguna iniciativa del Gobierno donde tienen una embajada, pero romper las relaciones diplomáticas supone una escalada que no interesa a ninguno de los dos países . Aunque todo puede ocurrir, a Israel no le conviene y España ni se lo ha planteado porque el Gobierno no considera que el reconocimiento del Estado de Palestina sea algo malo. De hecho, la embajadora en Tel Aviv, Ana Salomon , continúa allí y desde Exteriores no aplicaron reciprocidad cuando Israel retiró a su embajadora en Madrid, Rodica Radian-Gordon. España todavía puede vivir de la histórica influencia que siempre ha tenido en la UE y en Iberoamérica, por mucho que en los últimos tiempos y tras las decisiones del Gobierno actual haya perdido peso. De ahí que a Israel no le convenga romper relaciones con un país como España y particularmente en estos momentos, cuando España no está aislada en sus posturas respecto a Palestina y, desde el 28 de mayo de 2024, otros países como Eslovenia, Francia o Países Bajos se han sumado a este reconocimiento. Esta situación, por otro lado, llena de razón al Gobierno toma decisiones para frenar lo que ocurre en Gaza que, a su parecer, es un genocidio.Noticia Relacionada estandar Si Albares reclama ante Washington el fin del bloqueo en Gaza David Alandete El ministro de Exteriores, en su primera reunión con Rubio, exige a Israel una investigación «transparente» sobre el ataque a diplomáticos«Las relaciones entre España e Israel han sido históricamente buenas desde el reconocimiento de España al Estado de Israel», explica a ABC José Vericat, investigador principal para Oriente Medio y Norte de África en el Real Instituto Elcano . Cuenta Vericat que la relación con Israel desde el reconocimiento del Estado de Palestina «está, sin duda, en un momento tenso», pero «no solo con España», también «con las principales potencias occidentales y la relación con la Unión Europea», que se han tensionado todavía más esta última semana, cuando 17 países de los Veintisiete votaron a favor de una revisión del Acuerdo de Asociación de la UE con Israel . En este contexto, Vericat ve comprensibles las tensiones, sobre todo cuando «desde hace 19 meses hay una brutal ofensiva por parte de Israel contra la Franja de Gaza, que está avanzando y que en la última semana se ha recrudecido con el comienzo de una operación con la que el Gobierno de Netanyahu pretende arrasar con todo». «En las últimas semanas se ha visto un cambio sustancial en la postura de la comunidad internacional. Hay un absoluto hartazgo porque la situación es insostenible, lo que ocurre en Gaza no solo es una masacre, es una auténtica carnicería», afirma Vericat, al tiempo que añade que la comunidad internacional «está harta de ver bebés y niños que pasan hambre o que aparecen despedazados a diario en televisión» . Advierte de que «la campaña de exterminio está en su punto más álgido», que «Israel está fuera de control» y que «si la comunidad internacional no toma medidas» la situación en Gaza «solo va a continuar y se va a intensificar una de las mayores catástrofes de nuestros tiempos». Tras la toma de conciencia por parte de la comunidad internacional, Vericat no cree que España esté «en un punto de ruptura de relaciones» con Israel. Tampoco considera que la tensión en las relaciones se vaya a palpar «particularmente»: «Afecta en ciertos ámbitos de defensa, pero no creo que en ningún momento suponga una pérdida de recursos irreemplazable para España». Según este analista, «Israel no es un aliado estratégico español». «Es un país aliado y lo ha sido para la UE y el resto de Europa y, aunque ahora no reemplace a su embajadora, mantiene el nivel de representación en España», concluye.Existe la posibilidad, aún así, de que Israel tensione aún más las relaciones con España y declare a Ana Salomon persona «non grata» o a algunos miembros de la jefatura de misión en Tel Aviv, como establece el artículo 9 de la Convención de Viena de 1961 . Pero, en este caso, el Gobierno de Netanyahu no solo tendría que hacerlo con España, también con los otros 17 países de la UE que han pedido revisar el Acuerdo de Asociación con Israel ante «la situación inhumana e insostenible» de Gaza y con el resto de países miembros de la ONU que ya reconocen el Estado de Palestina, que suman, en todo el mundo, 147.Una cortina de humoEn el ámbito de la defensa, según explica otra fuente consultada por ABC, «nuestras fuerzas de seguridad tienen una alta dependencia de la tecnología israelí, respecto a la munición de las pistolas de la Guardia Civil o las radios que utiliza el Ejército». En este sentido, considera que la postura del Gobierno de Sánchez sobre el bloqueo a Israel va más allá de un asunto meramente humanitario : «A Israel no le exportamos demasiadas cosas y es verdad que no es un socio estratégico en este sentido, por lo que el único motivo que le encuentro a esta iniciativa desde La Moncloa tiene que ver con una medida más electoral que otra cosa, pero también es verdad que desde el ámbito de defensa, España sale perdiendo».En un momento, además, en el que Sánchez tiene tantos frentes abiertos a nivel interno –como el procesamiento de su hermano, la investigación a su mujer, el caso Ábalos, la gestión de catástrofe de la dana, los problemas en los trenes o el apagón que sufrió España hace unas semanas–, que «meterse en este lío de Israel» también persigue «el efecto cortina de humo» . «Cualquier cosa que haga Sánchez tiene un efecto cortina de humo y es para tapar un escándalo anterior», añade esta fuente, quien ve como «una soberana gilipollez» hasta el boicot en Eurovisión , lo que persigue, una vez más, el efecto globo sonda y refleja el «doble rasero» del presidente. «Al Gobierno le conviene liderar el boicot a Israel porque es una causa muy sensible», dice esta misma fuente. Mientras consigue el apoyo de la comunidad internacional al abanderar una causa humanitaria, «saca rédito político» y distrae el foco sobre lo que ocurre en España.

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