Siempre hay una primera vez. El Betis ha esperado más de cien años para llegar. Pero aquí está. En Breslavia . Ante el Chelsea . No da igual lo que suceda pero campeón sólo puede ser uno. Y los de Pellegrini han venido para ganar. Esa ambición ha sido la gasolina durante toda la temporada, la que ha llevado a competir en 59 partidos oficiales . Y con ganas de darlo todo en el último. Porque si miran a las gradas, los Isco, Antony, Cardoso y compañía verán en los ojos de los béticos que es la final de sus vidas. Gente que viene de sufrir en Llagostera , de llorar en Salamanca , de lamentarse en Málaga , de maldecir en Ponferrada , de rezar en una ciudad deportiva ante un filial… De todo aquello nace este Betis que quiere ser campeón continental. Tres años después de la última final de Copa, ahí es nada. Ese espíritu de 2022 en la Cartuja se traslada a 3.000 kilómetros para hacer que el Betis se vuelva a sentir como en casa y apretando para que sea Isco el que alce al cielo de Breslavia la copa con la que se tiñen los sueños de verde, blanco y verde.Pellegrini es el guía de esta nave que siempre atraca en buen puerto. Acostumbrado a derribar techos en un lustro de recorrido que no deja de escribir páginas brillantes ahora toca esta con música de Chopin y visión de Copérnico. En el juego preferido de todos en las previas, pasarle la patata caliente la condición de favorito de uno a otro, es el Chelsea el que debe asumir esa vitola pero eso no garantiza nada. El duelo va a empezar cero a cero. Hay argumentos para todo, la ilusión que puedan tener los béticos por ser su primera final, los billetes que adornan el vestuario inglés, la experiencia de cada club, la trayectoria de Isco y Bartra , el postre para los blues, el hambre de la bética… Mucho en juego como en todas las finales pero esta firma el ciclo de una vida entera porque el Betis, este Betis, ya no es el mismo. Sino que es capaz de creerse mejor que cualquiera y esa ambición es la que le ha llevado hasta aquí y quiere transportarle a la Plaza Nueva rodeado con insomnio por felicidad de tantos y tantos béticos que sueñan desde hace días con Isco levantando a pulso el trofeo. Pellegrini guardó hasta el final su once. Quizás juegue Adrián, es la única duda . Lo demás está claro: un equipo que saldrá a por todas y una afición que quiere ganar. No es suficiente llegar, esto vale una vida entera.

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