«Por este bistrot pasan blancos, negros, asiáticos, europeos, africanos, pero nunca se deja caer ningún musulmán de los muchos que pasan por la puerta, camino de la Gran Mezquita de París…». Así comentaba Paul Chen a un grupito de contertulios de ‘Le Jardin des Pâtes’, café-bar muy próximo a la Gran Mezquita, la decisión del Gobierno francés de preparar una ley para combatir a los Hermanos Musulmanes y otras sectas islamistas, que un informe oficial de los servicios de seguridad del Estado califica como una amenaza pública.Los antepasados de Chen eran chinos llegados a París durante los años 20 del siglo pasado, buscando trabajo tras la gran catástrofe de la Primera Guerra Mundial (1914-19). Francés hijo de franceses hijos de emigrantes chinos, muy diplomático, Chen no desea entrar en muchas polémicas, limitándose a constatar que la clientela religiosa de la Gran Mezquita de París no frecuenta los bares del barrio, donde él trabaja como informático.La Gran Mezquita de París, como otros centros de culto musulmán en toda Francia, también corre el riesgo de ser víctima de las amenazas que el informe de los servicios secretos del Estado denuncia de este modo: «La influencia creciente de la cofradía islamista de los Hermanos musulmanes (HM) es una amenaza para la cohesión nacional a través de su separatismo religioso».Noticia Relacionada estandar Si Macron anuncia uno o varios referendos para sacar a Francia de una crisis sin precedentes Juan Pedro Quiñonero El presidente solo tiene una mayoría simple y dividida, que le impide gobernar con eficacia y sufre de los enfrentamientos soterrados entre las distintas familias centristas y conservadorasFlorence Bergeaud-Blackler , antropóloga e investigadora en el Centro Nacional de la Investigación Científica (CNRS), comenta de este modo el estudio oficial de los servicios de seguridad: «Es el primer informe muy preciso sobre las actividades de los Hermanos musulmanes. Marca un giro histórico en la toma de conciencia. Por vez primera, se insiste en que se trata de un programa global para crear una contrasociedad que ellos aspiran a hacer crecer en detrimento de nuestra historia y cultura».«Los Hermanos Musulmanes aspiran a crear un ecosistema que comienza con la comida halal y culmina con la supremacía de la religión sobre el Estado», continúa Bergeaud-Blackler. También agrega: «La Gran Mezquita de París, como el resto de las mezquitas y lugares de culto musulmanes, es víctima del ‘entrismo’ y la presión de los islamistas, cuyo objetivo es dominar sin combatir, debilitando nuestras referencias culturales, inculcando en los musulmanes la convicción de que sus leyes religiosas son superiores a las leyes de la República y el Estado».Con carácter excepcional, Emmanuel Macron presidió la semana pasada en el Elíseo un Consejo de Defensa y Seguridad Nacional (CDSN) con el fin de lanzar medidas policiales, diplomáticas, educativas e institucionales para combatir la «influencia creciente» de la cofradía islamista de los Hermanos Musulmanes».Una ley, en curso de preparación, regulará la nueva política policial, judicial, educativa, institucional e incluso militar sobre los distintos «frentes» de ese problema nacional, de la inmigración «irregular» (no deseada) a la «mala» o «nula» integración en las escuelas. En los colegios ha aumentado de manera muy llamativa el número de niños franceses nacidos en el seno de familias musulmanas muy piadosas y fieles a los dogmas del islam, «interpretado» por los islamistas.Bruno Retauilleau , ministro del Interior y nuevo presidente de Los Republicanos (LR, derecha tradicional ), resume los problemas de fondo de este modo: «Estamos ante un debate crucial. Los islamistas rechazan la separación que exige la laicidad, el principio que establece la separación entre la sociedad civil y la sociedad religiosa». Los valores de nuestra historia y vida social, asegurando las libertades, garantizan la igualdad entre hombres y mujeres, sean creyentes o no, pero están hoy amenazados por una visión totalitaria del islam, superior, a su modo de ver, a nuestras leyes e instituciones».La puerta de entrada principal de la Gran Mezquita de París J. P. QUIÑONEROTal y como desgrana Retauilleau, «en Francia, afortunadamente, no es posible cerrar o disolver automáticamente una mezquita o una organización religiosa. Es necesario buscar, encontrar y acumular pruebas. En esas estamos. Con frecuencia, descubrimos detalles amenazantes: violencias antisemitismo, apología del terrorismo… no dejamos pasar nada. El Gobierno denuncia cualquier propaganda inquietante. Desde las matanzas del 2012, el terrorismo islámico se ha cobrado 274 muertos y 800 heridos. No debemos olvidarlo. Las amenazas están ahí. No podemos olvidarlo».En la práctica del respeto o falta de respeto, diario, por las normas y leyes donde se funda la vida colectiva, Alexandre Brugères , prefecto en el departamento de Hauts-de-Seine, ha publicado un resumen muy pedagógico sobre el comportamiento de los Hermanos Musulmanes y otras cofradías islámicas en todos los sectores de la vida cívica: que van del deporte a la escuela, de la alimentación a la manera de vestir de cada día. Lo resume así: «Diciendo las cosas con claridad, los yihadistas defienden el terrorismo y la lógica violenta. Los Hermanos Musulmanes prefieren la conquista social en todos los terrenos. Cada día, a toda hora, ellos intentan ocupar y conquistar todos los campos de la vida colectiva, el culto, la educación de los niños, la vida asociativa, la ayuda alimenticia, la práctica deportiva, la vida municipal, donde están creciendo de manera llamativa».¿Qué hacer ante esa amenaza multiforme? Michaël Prazan , escritor, ensayista, documentalista, nieto de inmigrantes polacos, tiene esta respuesta: «Ante los islamistas, es necesario rearmar culturalmente a nuestra sociedad».La gran mayoría de los análisis son bastante ecuménicos y coinciden en lo esencial. En la práctica, sin embargo, existen divisiones profundas. Derecha y centroderecha defienden el «rearme» legislativo, una nueva legislación para aplicar con más firmeza los grandes principios institucionales, incluida la prohibición del velo islámico antes de los quince años. Parte de las izquierdas socialistas y comunistas comparten ese análisis. Por el contrario, la extrema izquierda denuncia la «islamofobia rampante». La extrema derecha, por su parte, propone «expulsiones masivas» .Una «amenaza creciente»Los servicios de seguridad del Estado alertan de que los Hermanos Musulmanes se han convertido en una «amenaza creciente» a través de muy diversas actividades consagradas al proyecto de «islamizar Francia», que ya es el primer país musulmán de Europa. Entre 6 y 7 de los 58 millones de franceses son musulmanes, practicantes en una gran mayoría. Según un informe de los servicios de seguridad, los Hermanos Musulmanes han crecido de manera llamativa desde hace varios años, explotando varios procesos paralelos.La matanza terrorista islámica del 7 de octubre 2003, con la que comenzó la guerra de Gaza, reivindicada por Hamás, tuvo un efecto doble: rechazo popular del islamismo, ofreciendo a los Hermanos Musulmanes un campo de batalla publicitario excepcional, a la luz de la guerra en curso.La implantación de los Hermanos Musulmanes y el islamismo radical en la periferia de todas las grandes ciudades, comenzando por París y siguiendo por numerosos departamentos, es una «consecuencia» de la falta de organización estable del islam francés.Una pintada que refleja la Francia que lleva velo enfrentada a la Francia de la Ley y Orden J. P. Quiñonero Las elecciones galas dependen cada vez más del voto musulmán Los musulmanes franceses llevan muchos años influyendo, con su voto, en la vida política francesa. En 2012, votaron socialista ( François Hollande ) contra la derecha ( Nicolas Sarkozy ). En 2013 y 2014, favorecieron a las derechas contra las izquierdas en las elecciones municipales. En 2017, votaron a Emmanuel Macron y las derechas contra Marine Le Pen . En 2020, el electorado musulmán comenzó a dividirse. En 2022, Macron volvió a ser favorecido contra Le Pen. Las elecciones municipales de 2026 estarán marcadas en cierta medida por las consignas de voto islámicas, de los Hermanos Musulmanes a otras cofradías islámicas. Durante la última década ha crecido un islam municipal, muy político de base, con muchos rostros no siempre compatibles. Varios imanes que defienden el respeto de las leyes e instituciones del Estado han sido amenazados de muerte. En la ‘banlieue’, la periferia de las grandes ciudades, ha crecido la ascendencia política de predicadores, ‘influencers’ e imanes que aspiran a ocupar un puesto creciente en la vida municipal. La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), el segundo partido político parlamentario, tras la extrema derecha, aspira a crecer, igualmente, integrando en sus listas a candidatos musulmanes.El islam subversivo de los Hermanos Musulmanes ejerce una influencia creciente en más del 8% de los 2.800 lugares de culto musulmanes que existen en Francia (no solo mezquitas), propagando su ideario religioso «con mucha eficacia», a través de «nuevas formas de propaganda religiosa» gracias a las redes sociales.Los Hermanos Musulmanes están muy bien implantados en mezquitas y lugares de culto, asociaciones caritativas, organizaciones profesionales y económicas, imponiendo la «supremacía» de sus valores religiosos musulmanes sobre los principios del Estado francés, laico y republicano. La propaganda y proselitismo de los ‘influencers’ islamistas crece de manera muy llamativa.Según el informe oficial de los servicios de seguridad, los Hermanos Musulmanes, creados en El Cairo en 1928, se han convertido en la secta o cofradía islamista más peligrosa para Francia y otros países europeos, creciendo en los más diversos sectores sociales: labores caritativas y humanitarias, formación religiosa, familia y matrimonio, inserción profesional, empresariado musulmán, protección de los consumidores, formación de adultos, educación permanente».¿Cómo luchar contra el crecimiento y amenazas potenciales del islam integrista, aspirándonos a «islamizar» Francia? «Ese informe oficial sobre los Hermanos Musulmanes confirma nuestras sospechas y permitirá combatir esa amenaza de manera más eficaz», señala Sophie Primas, portavoz del Gobierno.Según el informe de los servicios de seguridad del Estado, los HM han perdido influencia en Oriente Próximo, «recentrando» sus actividades islamistas en varios países europeos. En tanto que primer país musulmán de Europa, su amenaza tiene una dimensión inquietante para Francia.

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