Carlos Alcaraz sufre un susto de los buenos cuando ni él lo esperaba. Ha madurado el murciano y se agarra al encuentro ante Damir Dzumhur , que lo exige al límite de las doce de la noche y durante tres horas y 14 minutos. Un partido excelso que dominó durante dos horas pero que vio cómo el bosnio se revolvió para firmar el partido de su vida durante la siguiente hora. «Creo que hemos hecho disfrutar a la gente con este partido. La energía de la noche me gusta, pero he sufrido mucho, así que no me ha gustado tanto por ese lado», comentaba el murciano después de tres horas y cuarto de auténtico sufrimiento, concentración y convicción.Roland Garros Tercera ronda Carlos Alcaraz 6 6 4 6 1 3 6 4Nada parecía presagiar lo que pasó después de cómo se inició el choque, todavía con sol en la Philippe Chatrier. Cuenta el bosnio con dos bolas de rotura en el primer juego, ha empezado algo frío Alcaraz, que ya había dicho por activa y por pasiva que lo de las sesiones de noche no le iban mucho. Pero le cuesta poco encontrarse a gusto en la Chatrier del ocaso, porque no solo levanta las dos bolas peligrosas, sino que empieza entender que este partido también está en su mano.No tarda en entenderlo también el bosnio, que suma después de esas dos opciones de ‘break’ su primer juego con su saque y ninguno más en el resto del set. Pasa con este Alcaraz de Roland Garros 2025 lo que venía sucediendo en los días previos, que se mueve como nunca, vertiginoso su juego de pies para estar siempre ahí, mejor que el rival, para golpear más rápido, más fuerte, más alto, más liftado, más plano, más todo. Y es un set en un suspiro, como lo fueron ante Marozsan el primero, el tercero y el cuarto. Solo en el segundo el búlgaro reaccionó y elevó el nivel para incomodar al español. Pero este ya ha aprendido y no se permite ni un solo milímetro de desvío de su caminar impoluto y veloz hacia los octavos de final.Ni siquiera la tercera bola de ‘break’ que se encuentra Dzumhur, en el segundo juego del segundo set, inquieta demasiado al español, que la sacude con un saque y red, en tierra batida, que saca una sonrisa en el rival. Así de convencido continúa el murciano en París. Ni confiado ni despistado, convencido. Y así vuelve a recordárselo al bosnio, a quien ya ganó por 2020 en un challenger en Barcelona. De esa opción de ponerse por delante, a llevarse por delante el saque de Dzumhur en la siguiente opción. Tal y como había sucedido en el set anterior. Sale todo bien de la mano de Alcaraz, que se divierte ahora con ese control absoluto sobre el juego, el ritmo, el rival y todo lo demás, sabiendo qué hacer en cada momento, como si leyera los golpes del oponente antes de que este los piense siquiera. Y se divierte también con ese subir a la red que le da rédito una vez tras otra. Es ahí donde el bosnio consigue arrancarle la sonrisa del día de Alcaraz, que no se prodiga mucho en esta semana porque la diversión está en los puntos y en las victorias. Dirige Dzumhur el punto que lo cierra con un remate muy flojito viendo que el murciano está pegado a la valla. Sonríe y aplaude Alcaraz. Pero no mucho, que todavía queda partido y hay más recursos que sacar para hacer claudicar al rival. Hay mil en su mano, y vuelve a ser un espectáculo porque funcionan todos de maravilla. Que si en la red se hincha Alcaraz a sumar puntos, también la dejada atrapa a Dzumhur una y otra vez.El bosnio vuelve a caer en esa rutina inútil de conseguir una bola de ‘break’ en el primer juego de saque de Alcaraz. Y por tercera vez, solo le sirvió para incrementar las ganas del español de terminar cuanto antes la jornada, porque se alargará hasta las dos o tres de la madrugada entre la relajación, el fisio, la cena y el análisis. Vuelve a encontrarse con un muro al otro lado que lo acribilla a dejadas y hasta se permite remates a bote pronto que lo castigan en lo mental y en lo físico, pues tiene que pedir la salida del fisio al inicio del sexto juego. Dzumhur se revuelveLe da cierto aliento y algo más de energía para aguantar su saque un poco más que en los capítulos anteriores. Incluso para aguantar el ritmo de bola de Alcaraz que, como ante Marozsan, ha perdido algo de precisión en sus golpeos ante la elevación del nivel del rival. Algunos errores que no tocan y algo más de incertidumbre, pero se escuda en las dejadas, que siguen dando premios ante un bosnio que no cede.Se suelta Dzumhur a las dos horas de juego, previo paso por el fisio. Es quien dirige los intercambios largos y el que logra, por fin, a la séptima, desequilibrar el saque del murciano, que nota el cansancio y no puede recuperar la rotura ni en el octavo ni en el décimo juego. Así de firme de envalentonado se vuelve el bosnio en este tercer set, que solventa cuatro bolas de rotura, y hasta saca para ganar el tercer set. Se revuelve un poco Alcaraz, que sabe que es superior, pero se encuentra obnubilado y sin la soltura de antes, pero a la segunda es Dzumhur quien levanta el puño y alarga la partida un poco más.Tan henchido de orgullo el bosnio por lo logrado, que aún pone más sal en la herida del murciano al arrebatarle el saque al inicio del cuarto set. Un susto que intenta Alcaraz que no llegue a mayores metiendo más presión al rival. Vuelve a ganarse otras tres bolas de rotura, pero persiste Dzumhur. Es el único ‘pero’ que ya se le había visto al murciano en las rondas anteriores, esas opciones no convertidas que habían sido una anécdota ante Marozsan, pero el bosnio hace mucho más daño. Porque le cuesta al número 2 un mundo doblegar al rival, que firma el mejor parcial de su vida y un poco más, ligero, liviano y firme hasta en los detalles. Sabe Alcaraz que es mejor, y sigue ahí, aplauso a la paciencia y al control de las emociones del murciano. Que por fin se desata con una mano a la oreja después de otro puntazo enorme porque ya necesita todo para no entorpecer el camino en París. En el noveno juego, por fin, Dzumhur cae, se levanta Alcaraz, que tiene saque para ganar pero que todavía sufre un poco más. Que este 69 del mundo está de dulce y se niega a cerrar la Chatrier, encantada la grada con este espectáculo que pasa de las tres horas y está lleno de fuegos artificiales.Un show que apaga por fin Alcaraz al resto, que el servicio no tiene los números de otras rondas, pero hay sacrificio, pundonor, orgullo y muchas ganas de terminar y de seguir el camino en París, el que ya marcó el año pasado. A la segunda opción, el murciano entra con todo en la segunda semana de Roland Garros. Con esa rémora de las opciones de rotura que ante Marozsan no fueron nada, pero que Dzumhur ha convertido en una tortura demasiado larga que no se podrá permitir a partir del lunes.

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