Recuperan proteínas de dientes de homínidos africanos de hace 2 millones de años

Home People Recuperan proteínas de dientes de homínidos africanos de hace 2 millones de años
Recuperan proteínas de dientes de homínidos africanos de hace 2 millones de años

Hace 2 millones de años, un pequeño y fornido homínido llamado Paranthropus robustus habitaba en lo que hoy es Sudáfrica. Aunque era capaz de caminar erguido, trepaba a los árboles y utilizaba sus grandes dientes para alimentarse de raíces, frutos secos, tubérculos y quizás algún insecto. Considerado una rama lateral de nuestro árbol evolutivo, coexistió con las primeras especies de Homo y posiblemente interactuó con ellas. De esta especie extinta se han encontrado restos de más de cien individuos en la cueva de Swartkrans, dentro de lo que se conoce como Cuna de la Humanidad. Ahora, un equipo internacional de investigadores con la participación del Instituto de Biología Evolutiva (IBE), centro mixto del CSIC y la Universidad Pompeu Fabra (UPF), ha conseguido obtener proteínas del esmalte dental de cuatro de esos Paranthropus gracias a técnicas de espectometría de masas de vanguardia. Se trata de la información molecular más antigua de nuestro linaje. El hallazgo, que se ha dado a conocer este jueves en la revista ‘Science’, muestra la posibilidad de extraer información biológica de fósiles de homínidos de África de hace millones de años, demasiado antiguos para conservar el ADN. Además, permitió determinar el sexo biológico de los especímenes -dos machos y dos hembras- y, por primera vez, observar variabilidad genética en fósiles de esa época.Noticia Relacionada reportaje Si El español que busca el origen del linaje humano en Kenia Judith de Jorge«Técnica revolucionaria»«Es un logro técnico de primer nivel. Cuando estudiaba la carrera, jamás soñé con algo así. Estamos al principio de una técnica revolucionaria», asegura Tomàs Marqués Bonet, investigador principal en el IBE y catedrático de genética en la UPF que ha participado en el estudio. «El ADN es una molécula inestable y se degrada rápidamente. Puedes recuperarlo de un mamut congelado en el permafrost siberiano desde hace un millón de años, pero en territorios africanos no se remonta a más de 20.000 años. Sin embargo, donde no llega el ADN, llegan las proteínas», explica. En 2019, Marqués y su equipo consiguieron recuperar proteínas de un fósil de Gigantopithecus blacki , un enorme simio de más de tres metros de altura y hasta 600 kilos de peso que vivió hace 1,7 millones de años en el sudeste asiático. El logro emparentó al gigante con los orangutanes actuales, pero a lo que los investigadores aspiraban era a aplicar la técnica a uno de los nuestros, al linaje humano. Uno de sus miembros más misteriosos era, precisamente, Paranthropus, mucho más robusto que los gráciles Homo. «Hay mucha discusión sobre qué papel tienen en nuestra evolución como especie», señala. Los cuatro especímenes fueron encontrados en sedimentos consolidados en cuevas, lo que podría haber contribuido a la preservación de las proteínas dentro de los dientes fósiles. Sin embargo, el tiempo también afecta a las proteínas, acortando cada vez más los péptidos, lo cual puede impedir su detección mediante espectometría de masas. Así, los investigadores pudieron recuperar «un grupo reducido de proteínas». SK 48, un cráneo de un adulto de Paranthropus robustus recuperado en Swartkrans Dr. Bernhard ZipfelDos machos y dos hembrasSu análisis desveló varios hallazgos clave. Mediante la detección de variantes específicas de una proteína llamada amelogenina, el equipo logró identificar el sexo biológico de los especímenes. El cromosoma Y reveló sin problema a los dos machos; y su ausencia, a las dos hembras. «Sexar los fósiles de manera fidedigna y sistemática es de gran utilidad a la hora de estudiar grupos humanos, por ejemplo, para conocer su dimorfismo sexual (las diferencias entre machos y hembras) y cómo estaban organizados», dice Marqués-Bonet.Los investigadores esperaban encontrar muchas diferencias con los humanos modernos para conocer así cuándo se separaron de nuestro camino evolutivo y qué los hizo diferentes, pero las proteínas encontradas resultaron ser prácticamente idénticas a las de cualquier humano actual. Como resultado, estos especímenes parecen estar más relacionados con el linaje Homo (incluidos nosotros mismos y nuestros primos genéticos, los neandertales y los denisovanos) que con cualquier otra especie actual, aunque siguen siendo ligeramente distintos. «Que sean tan parecidos muestra las limitaciones de la técnica, pero es primer paso para ir mejorando y recuperando más proteínas», precisa Marqués-Bonet. Sin embargo, el equipo sí descubrió que la mutación encontrada en una de las proteínas, la polishina, presentaba variaciones entre los cuatro individuos, lo que implica una variabilidad molecular poblacional. Los resultados indican que estas poblaciones podían ser más variadas de lo que se creía y, por lo tanto, refuerzan futuros proyectos de análisis poblacionales de fósiles cada vez más antiguos.

Leave a Reply

Your email address will not be published.