Todo estudiante de matrícula ha fantaseado alguna vez con graduarse en Yale, hacer el doctorado en Harvard o vestir la sudadera de Columbia. Estados Unidos ha sido en las últimas décadas el destino estrella de aquellos universitarios que decidían iniciar su carrera académica fuera de España en busca de prestigio y oportunidades laborales. Según el último informe del Instituto Internacional de Educación y del Departamento de Estado, 8.842 españoles escogieron Norteamérica para cursar sus estudios superiores en 2023-2024. Sin embargo, los últimos movimientos de la Administración Trump han provocado que cunda un sentimiento de miedo e incertidumbre entre muchos de los estudiantes que aspiraban a ser alumnos de las emblemáticas universidades de la Ivy League. La ofensiva contra la Universidad de Harvard encendió las alarmas en la comunidad educativa, a la que esta semana se añadía la orden del presidente de pausar las nuevas citas para visados de estudiantes extranjeros. Con el argumento ideológico de luchar contra la ola ‘woke’ y el antisemitismo en los campus, Trump ha sembrado el desconcierto entre muchos de aquellos alumnos que visualizaban su futuro en Estados Unidos. «Mi sueño siempre fue estudiar en Estados Unidos, pero lo que está pasando me asusta. No quiero arriesgarme» Ariadne estudiante bilbaína que ha rechazado a siete universidades en EE.UU. De hecho, algunos de los mejores expedientes han cambiado sus planes académicos en los últimos meses. «Mi sueño siempre fue estudiar en Estados Unidos, pero lo que está pasando me asusta. No quiero arriesgarme a tener complicaciones y prefiero irme a Australia, a las antípodas, la que siempre fue mi segunda opción », asegura Ariadne, que estos días repasa para los exámenes con los que culminará su Bachillerato. Esta joven bilbaína había sido admitida en siete campus norteamericanos para estudiar Biotecnología, pero finalmente se ha matriculado en la Universidad de Queensland, en la ciudad australiana de Brisbane. «Allí me lo han puesto muy fácil y las noticias de estos días sobre los visados internaciones en EE.UU. me han ratificado en mi decisión. Quizá termine haciendo un máster en Norteamérica, pero está claro que ahora no es buen momento», concede esta alumna de sobresaliente.Noticia Relacionada Caos en los visados estandar Si La nueva ley de extranjería bloquea la llegada a España de miles de universitarios estadounidenses Beatriz L. EchazarretaComo ha hecho Ariadne, gran parte de los jóvenes que deciden salir de nuestro país en su etapa universitaria terminan recurriendo a agencias que les orientan e informan sobre toda la documentación que requieren los diferentes países e instituciones académicas. La agencia Five Lands lleva casi dos décadas ayudando en sus trámites burocráticos a cientos de estudiantes españoles. Según datos proporcionados por esta empresa a ABC, este será el primer curso en el que el número de solicitudes para estudiar en universidades europeas ha superado a las norteamericanas. «Siempre ha habido tres grandes focos de atracción: Estados Unidos, Reino Unido y el resto de naciones de nuestro continente. Pero las cifras indican que hay un cambio de tendencia», explican desde Five Lands. Hay varios acontecimientos, dicen, que explican esta nueva realidad en la que Europa ha comenzado a reinar como destino universitario. El Brexit provocó una subida de los costes para los estudiantes europeos en Reino Unido y por tanto un incremento de la volatilidad en el número de solicitudes hacia este país. Así, las universidades de la Unión Europea, en un intento por ‘captar’ a todos aquellos que el Reino Unido expulsaba, multiplicaron exponencialmente la proporción de carreras que se pueden cursar en inglés. En este contexto post Brexit, vivimos una pandemia que trajo, a su vez, un mayor deseo por estudiar en el extranjero. «A esta ecuación, por supuesto, hay que sumarle la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca», refieren desde Five Lands.Lo que sí reflejan los datos es que con el demócrata Joe Biden en la presidencia, hubo un repunte de las solicitudes para aplicar a universidades norteamericanas que, este último año, se ha estancado. Si bien el factor económico también ha influido en el desplazamiento de los destinos estrella. «Europa no ha dejado de escalar posiciones en los últimos años. Hay que comprender que estudiar en universidades británicas de prestigio como Oxford o Cambridge supone, al igual que ocurre con las instituciones americanas de la Ivy League, un esfuerzo económico importante para las familias. En la Unión Europea la educación universitaria es comparativamente mucho más asequible», resume David Morera, de Five Lands.La movilidad más allá del ErasmusDesde la Fundación Europea Sociedad y Educación, donde conocen bien el paño, aseguran que «desde hace tiempo, Europa se ha estado esforzando por poder competir en el terreno universitario con Estados Unidos o Reino Unido». Según Miguel Ángel Sancho, su presidente, hay que remontarse a los inicios del plan Bolonia para entender el cambio de tendencia. «Para poner las cosas fáciles, en Europa se ha creado un espacio universitario en el que imperan métricas comunes y reconocimiento de títulos entre los distintos estados miembros», afirma. Noticia Relacionada reportaje Si El lastre del Erasmus en España: el país dormitorio de Europa al que le cuesta más salir Beatriz L. Echazarreta En la última década recibimos un 40% más de alumnos y profesores extranjeros de los que enviamos. La barrera económica frena nuestra movilidadMás aún, asegura que Latinoamérica está tratando de replicar, con escaso éxito de momento, el sistema universitario común creado en la Unión Europea. «Hasta hace no mucho, cuando hablábamos de movilidad en Europa nos referíamos exclusivamente al programa Erasmus. No era habitual que los estudiantes se plantearan cursar todos sus estudios en un país extranjero, una decisión que ahora se plantean los mejores expedientes», argumenta. En su opinión, la mejora generalizada del nivel de inglés de los jóvenes es uno de los factores que más ha ayudado a la internacionalización. «Las últimas barreras absurdas que ha impuesto Trump a los estudiantes extranjeros no han hecho sino alimentar este momento dorado de la universidad europe a », remata Sancho. Los afortunados con doble nacionalidad En cualquier caso, Estados Unidos no es un destino inalcanzable para todos los estudiantes. Lilly Lyons, de madre española y padre estadounidense, acaba de ser admitida en Phi Betta Kappa, la sociedad académica más prestigiosa del país. Esta joven madrileña de 22 años empezará el curso que viene un programa de doctorado en Química en la U niversidad de California, Berkeley, una de las mejores del mundo. «Al tener la doble nacionalidad todo es mucho más sencillo. Me considero una gran afortunada porque conozco a varias personas extranjeras que van a tener que tomarse un año sabático», dice Lyons, que dio el salto a Norteamérica en su etapa universitaria, después de educarse en colegios públicos de la Comunidad de Madrid. «Tengo amigos a los que sus propios campus les han recomendado no salir del país, o ni siquiera de su estado. Lo peor es que parece que t odo esto sólo acaba de empezar », cree esta estudiante. Cada vez menos universitarios extranjeros aspirarán a vestir la sudadera de Columbia.

Leave a Reply