«Dejé de vivir cuando él murió, pero así no se puede hacer el duelo». Olga Sánchez es la madre de Iván , el menor de 15 años que falleció ahogado en el Ebro , el 3 de junio de 2021. El niño se encontraba de excursión junto a otros compañeros de su instituto, el Agustí Serra i Fontanet de Sabadell (Barcelona). Su progenitora firmó una autorización para que este visitase el castillo de Miravet y realizase una actividad en kayak , no para que se bañase. Lo hizo, junto a otros compañeros, y lo arrastró la corriente . Sólo unos días después, un juzgado de Gandesa (Tarragona) archivó el caso al no apreciar «una falta de cuidado de magnitud suficiente» para encuadrar la actuación de sus profesoras y del responsable de la empresa de embarcaciones «en un marco penal». El recurso de Olga hizo que la Audiencia de Tarragona reabriese el caso en diciembre de 2022 y ahora, cuando se cumplen cuatro años de la tragedia, los Mossos d’Esquadra realizarán mañana la reconstrucción del suceso para tratar de esclarecer si se produjo algún tipo de imprudencia por parte de quienes debían supervisar la actividad.« No quiero dinero, quiero la verdad », apunta Olga a ABC, en vísperas de dicha reconstrucción. Por eso acudió a la vía penal y no a la civil. Cree que la muerte de su hijo se debió a una imprudencia por parte de quiénes debían vigilarlo . Recuerda que en el tanatorio, «aún en shock», varios padres de compañeros de Iván se acercaron a ella para animarla a «investigar» qué había ocurrido. Según relata la progenitora , tanto su hijo como algunos de sus compañeros pidieron permiso al dueño de la empresa de kayaks para bañarse. «Les dijo que sí, pero les pidió los chalecos [salvavidas] para otro grupo», sostiene Olga, en base al testimonio de otros menores que allí se encontraban. Por la corriente, acabaron haciendo una «cadena humana». Iván y otro compañero se hundieron de forma momentánea, y finalmente, al primero se lo llevó el agua . Sobre lo que pasó después, la madre no se cree que fuese una de las profesoras la que diese la voz de alarma, que es lo que afirma la docente. «Es mentira, lo dijeron los propios niños», asegura la progenitora. El dueño de la empresa de embarcaciones también negó haber autorizado el baño de los adolescentes. Fueron los Bomberos quienes, a las 16.55, localizaron el cuerpo sin vida del menor, a unos 250 metros del punto donde lo vieron por última vez.«Quiero que haya un juicio, y que lo que pasó no caiga en el olvido, voy a luchar hasta mi último aliento» Olga Madre de IvánLa hermana de Iván, Lucía, comenzó a ver publicaciones de los compañeros de este en redes sociales. Fue así como aquel 3 de junio, sobre la una de la tarde, lo llamó. «Le respondió una amiga, le dijo que se estaban bañando, que se lo había llevado la corriente, y que lo estaban buscando», recuerda ahora Olga. Así se enteró de lo ocurrido. Fue una hora y media después cuando el director del instituto, asegura, le mandó un mensaje. « Lo que quiero es que haya un juicio, y que lo que pasó no caiga en el olvido, voy a luchar hasta mi último aliento », subraya la madre, que ahora pone todas sus esperanzas en la reconstrucción. Una diligencia que solicitó su abogada y que se realizará cuatro años después de la muerte de su hijo.En estos cuatro años, en los que ha habido cuatro cambios al frente del juzgado que instruye el caso, Gandesa 1, sólo se han tomado una docena de declaraciones . Entre estas, a varios testigos, compañeras de Iván, y también, como investigados, a las dos profesoras y al responsable de la actividad con el kayak , hace ya más de un año. La reconstrucción, prevista inicialmente para junio de 2024, se demoró porque el abogado de la Generalitat, que representa a las dos profesoras, solicitó que en la misma participase otro testigo directo de lo ocurrido. La familia del menor se negó, por su afectación psicológica tras perder a su compañero, pero la juez ordenó entonces que el informe presentado por sus padres lo corroborase el equipo de profesionales del Departamento de Justicia. Como así fue y, finalmente, no tendrá que participar.Sin respuestasLa demora en las pesquisas no sólo impide a Olga realizar el duelo, sino que teme que, con el paso del tiempo, las compañeras del niño ya no recuerden con exactitud lo ocurrido aquella fecha. También constata que se habrán producido cambios en la orografía y que el estado de la zona donde se ahogó Iván no tendrá ya las mismas características. Tal y como recogieron los magistrados de la Audiencia, la zona del río donde se realizó la actividad contaba con un «meandro muy pronunciado», con corrientes variables, «muy fuertes en la parte central» y con algún remolino. Unas características, detalló la resolución, que «eran conocidas, cuanto menos, por los monitores y el responsable de la empresa», concluyendo así que la actividad «era de riesgo». Pese a que Iván se ahogó una vez finalizada la misma, los jueces indican que los menores seguían después en el agua, sin chalecos salvavidas y por ello apreciaron una «gravedad suficiente» como para reabrir el caso . Noticia Relacionada estandar Si ¿Quién es la mujer de rosa? Cadáveres a la espera de una identidad Elena Burés No importa los años que hayan pasado, ningún caso se queda en un cajón. Y los hechos lo demuestranUna vez se realice la reconstrucción, el juzgado preguntará a las partes si quieren solicitar nuevas diligencias. En caso de no ser así, hay dos opciones: que decrete su archivo, si se descartan indicios de criminalidad, o bien la apertura de juicio oral. La madre de Iván cree que la muerte de su hijo se debió a un homicidio por imprudencia grave. En cambio, las dos profesoras y el responsable de la actividad defienden que se trató de un accidente que no se podía prever.La petición de la progenitora es que se investigue y que, ante indicios de negligencia, los responsables se sienten en el banquillo .

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