El creciente distanciamiento entre Elon Musk y Donald Trump se ha transformado, de forma abrupta, en ruptura . El hombre más rico del mundo, apoyo central en la campaña electoral victoriosa de Trump y mano derecha en sus primeros meses en la presidencia, atacó con crudeza la gran apuesta legislativa del presidente: la llamada ‘One, Big, Beautiful Bill’ (‘una, grande y hermosa’), la ley ómnibus fiscal y presupuestaria que es la base de su agenda política y que Trump lleva impulsando desde que regresó a la Casa Blanca.«Lo siento, pero no lo aguanto más», escribió Musk en X, su red social, sobre la ley este martes, solo cuatro días después de haberse celebrado una despedida oficial en el Despacho Oval junto a Trump, que le regaló elogios y una llave dorada de la Casa Blanca. «Esta ley de gasto masiva, escandalosa y llena de favores es una abominación repugnante», dijo del mismo texto que Trump ha celebrado y que pelea para que salga adelante en el Congreso. La semana pasada fue aprobado en la Cámara de Representantes y entonces ya provocó críticas, aunque mucho menos iracundas, de Musk. Ahora el presidente está acosando a los senadores para que también salga adelante en la Cámara Alta y conseguir un gran tanto legislativo. Código Desktop
I’m sorry, but I just can’t stand it anymore.
This massive, outrageous, pork-filled Congressional spending bill is a disgusting abomination.
Shame on those who voted for it: you know you did wrong. You know it.
— Elon Musk (@elonmusk) June 3, 2025 Imagen para móvil, amp y app Código móvil
I’m sorry, but I just can’t stand it anymore.
This massive, outrageous, pork-filled Congressional spending bill is a disgusting abomination.
Shame on those who voted for it: you know you did wrong. You know it.
— Elon Musk (@elonmusk) June 3, 2025 Código AMP
I’m sorry, but I just can’t stand it anymore.
This massive, outrageous, pork-filled Congressional spending bill is a disgusting abomination.
Shame on those who voted for it: you know you did wrong. You know it.
— Elon Musk (@elonmusk) June 3, 2025 Código APP
I’m sorry, but I just can’t stand it anymore.
This massive, outrageous, pork-filled Congressional spending bill is a disgusting abomination.
Shame on those who voted for it: you know you did wrong. You know it.
— Elon Musk (@elonmusk) June 3, 2025 «A los que la habéis votado, debería daros vergüenza», escribió Musk. «Sabéis que os habéis equivocado, lo sabéis» , añadió, sin mencionar a Trump, aunque el magnate tecnólogo es consciente de que la gran mayoría de los republicanos simplemente se alinean con las exigencias del presidente.El ataque de Musk contra la gran apuesta legislativa de Trump marca un punto de inflexión en la relación entre ambos. El hombre más rico del mundo y el hombre más poderoso del mundo han pasado de ser uña y carne a estar enfrentados por un asunto central en el Gobierno de EE.UU. Musk se volcó en la campaña electoral que devolvió a Trump a la presidencia, regó su campaña de dinero -casi 290 millones de dólares, de lejos un récord-, apareció en mítines y fue uno de sus grandes altavoces y valedores. Tras la victoria electoral, se instaló en Mar-a-Lago, la mansión y club privado de Trump en la costa de Florida, y se integró en las grandes decisiones del equipo de transición. Una vez en el Gobierno, Trump le colocó al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, en sus siglas en inglés), una agencia de nueva creación para reducir el sector público de forma dramática.En febrero, en el clímax de su poder dentro de la Administración Trump, Musk apareció en el escenario de CPAC, la gran conferencia política conservadora, con una motosierra regalada por Javier Milei, el presidente de Argentina. «¡Esta es la motosierra de la burocracia!», gritó al público, en referencia a los recortes masivos que estaba aplicando.La motosierra, sin embargo, se ha quedado encasquillada. Musk se fue del Gobierno la semana pasada porque se acababa su plazo límite de 130 días como ‘empleado gubernamental especial’. Pero es evidente que Trump podía haber arreglado esa cuestión técnica de haberlo querido. La realidad es que la relación entre ambos estaba deteriorada. Musk había sido muy crítico con otra de las piezas centrales de la agenda de Trump, los aranceles universales y abultados que anunció a principios de abril, que impactaban de lleno en algunos de los grandes negocios de Musk, como Tesla, su fabricante de coches eléctricos.La gestión de DOGE también fue caótica, con decisiones erradas, batallas judiciales y cambios de rumbo. Y la tramitación de la ‘one, big, beautiful bill’ apunta a ser el mayor desencuentro.Por el momento, tanto Trump como Musk han preferido no atacarse el uno al otro de forma directa. El presidente, por ejemplo, no ha utilizado la misma vara con el emprendedor sudafricano que con uno de los senadores republicanos que se oponen a su ley ómnibus.«Sus ideas en realidad son una locura, es de perdedores. La gente de Kentucky no le aguanta», escribió Trump en su red social sobre Rand Paul, senador por aquel estado, y un látigo constante contra las políticas de gasto y deficitarias. Pese a las insistencias de Trump y de la Casa Blanca de que su ley no engordará el descomunal déficit fiscal de EE,UU,, Paul y otros legisladores están seguros de lo contrario.«Le encantan votar ‘no’ a todo, cree que eso es hacer buena política, ¡pero no!» , le dedicó Trump.El presidente, sin embargo, por el momento ha callado sobre Musk. Y su portavoz, Karoline Leavitt, no quiso entrar en el asunto el mismo martes, poco después de los ataques en X de Musk: «El presidente ya sabe qué piensa Elon Musk sobre esta ley, pero eso no cambia su opinión».Musk no se quedó en esos mensajes y volvió a por más. «Aumentará de forma masiva un déficit de EE.UU. que ya es gigantesco», «el Congreso está dejando a EE.UU. en la bancarrota», escribió.Y pasó a las amenazas, que, en su caso, tienen el refuerzo de dos armas: su influencia pública desde el púlpito que tiene en X y sus bolsillos, los más profundos del planeta. «En noviembre del año que viene despediremos a todos los políticos que han traicionado al pueblo de EE.UU.», disparó en un mensaje, en referencia a las elecciones legislativas de 2026, en la que se renovarán la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. El año pasado Musk dedicó 30 millones de dólares de forma específica en las campañas de candidatos republicanos al Congreso. Esta primavera, su implicación en una elección a un juez del Tribunal Supremo de Wisconsin convirtió esa campaña en la más cara de la historia del país para un puesto judicial.Musk, que no ha ocultado su decepción con la política y que ha visto cómo su paso por el Gobierno ha perjudicado al desempeño de sus empresas, ha asegurado que no volverá a gastar tanto dinero en campañas electorales. Pero es evidente que seguirá implicado y eso puede ser una amenaza para los republicanos a quienes les puedan salir contrincantes en primarias que sigan los postulados de Musk.Noticia Relacionada estandar No Elon Musk se queda sin su aliado en la NASA Javier AnsorenaDe momento, sus declaraciones incendiarias han agitado la tramitación de la ley ómnibus fiscal y presupuestaria, justo en un momento delicado. Trump quiere que del Senado salga un texto similar al aprobado en la Cámara y este mismo martes ha pedido que desea firmarlo como ley antes del 4 de julio, el Día de la Independencia.Está por ver que eso ocurra. Los republicanos solo se pueden permitir tres deserciones en su bancada y hay muchos senadores con dudas, por diferentes razones. Algunos, como Paul, consideran que aumenta el déficit de forma inaceptable . Otros defienden que debilitará el acceso a programas de asistencia como Medicaid, la sanidad pública para jubilados.Los mensajes de Musk podrían producir grietas para sacar adelante la ley ómnibus de Trump. Poco después de su publicación, otro senador, Mike Lee, se sumó a la corriente: «Podemos y debemos hacer algo mejor», escribió en X.Al mismo tiempo, destapó la frustración de algunos republicanos de la Cámara, que empezaron a mostrar arrepentimiento sobre su apoyo a una ley que no les gusta. El líder de los republicanos en la Cámara Baja, Mike Johnson, trató de llamar a filas. Atacó a Musk: aseguró estar «muy decepcionado, muy sorprendido» con sus palabras y le lanzó un dardo: defendió que la posición del multimillonario es porque la ley acaba con los créditos fiscales que reciben los vehículos eléctricos, también los de Tesla.Los demócratas, necesitados de buenas noticias, han aprovechado la guerra abierta entre Musk y Trump. «Elon Musk y yo estamos de acuerdo», dijo Hakeem Jeffries, el líder de la minoría demócrata en la Cámara. «El fraude fiscal de los republicanos es una abominación repugnante. Nunca se pronunciaron palabras más ciertas».
Leave a Reply