La comparecencia duró apenas siete minutos, pero acabó siendo un largo espectáculo esperpéntico . Leire Díez , hasta este miércoles militante del PSOE, llevaba preparada una intervención escrita en varios folios para dar su versión sobre las reuniones en las que intentó recabar información sensible contra mandos de la UCO de la Guardia Civil. Pero todo saltó por los aires cuando, al terminar su intervención, irrumpió en la sala Víctor de Aldama, el comisionista de la trama Koldo –caso que afecta de lleno al exministro José Luis Ábalos– al grito de «sinvergüenza» . «¿Qué tenías tú contra mí para amenazarme? ¿Me lo explicas?», le espetó tras encararse con ella.La inesperada aparición del empresario zamorano rompió los esquemas de una puesta en escena que parecía muy medida. El día anterior Díez había estado casi dos horas en Ferraz y salió de allí con una convocatoria pública para las diez de la mañana del miércoles y la confirmación de que había solicitado su baja como militante del PSOE. A esa intervención ante los medios, en un hotel céntrico de la calle O’Donnell de Madrid, llegó treinta minutos antes de lo previsto. A las 9:30 en punto. Y estuvo más de veinte posando ante las cámaras, sin demostrar apenas incomodidad, con desparpajo, a la espera de que diera la hora. En la puerta de la sala, tras una nube gigante de periodistas, aguardaba Javier Pérez Dolset , empresario procesado por fraude de subvenciones públicas. Acudía en calidad de «amigo» para mostrarle su apoyo, según dijo él.La sala del hotel, situada en la planta menos 1, vivió una escena de caos absoluto cuando Aldama apareció para desafiar a Leire Díez y vertió una amenaza muy clara: «No sabe lo que ha hecho con venir aquí . Se va a enterar ésta, Santos Cerdán y el presidente».Noticia Relacionada estandar Si Aldama, empujones y cristales rotos: el sainete de Leire Díez en el sótano Inés Ruiz-JiménezEl motivo de su enfrentamiento público, en directo por televisión y a gritos, tiene que ver con las reuniones que la exmilitante del PSOE mantuvo hace meses con Alejandro Hamlyn, empresario investigado en la Audiencia Nacional; y el agente de la UCO Rubén Villalba, para buscar trapos sucios que desmontaran y desacreditaran a Aldama. De ahí que el comisionista le exigiera conocer qué pretendía airear sobre él . Todo coincidiendo, precisamente, con las revelaciones que lleva haciendo un año el colaborador de Ábalos y Koldo García sobre el caso que afecta a ambos y también sobre la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, y sus gestiones relacionadas con Air Europa.Además de la información que Díez buscaba sobre el teniente coronel de la UCO, Antonio Balas, en la reunión del pasado febrero, la apodada como ‘fontanera’ del PSOE –justo por este tipo de gestiones– le garantizó a Hamlyn acuerdos beneficiosos con la Fiscalía si le proporcionaba información de Aldama. El empresario exigía un «papelito firmado por el PSOE» para fiarse.En este contexto y en un clima de muchísima tensión el comisionista del caso Koldo reventó la comparecencia de Leire Díez : «¿Qué hace aquí, por qué ha venido?». «Lo que no les cuenta es que esto es una pantomima de estos sinvergüenzas del Gobierno. Ha mentido en todo», repitió hasta que tuvo frente a frente a Dolset, que trataba de arropar a su amiga. Ahí se produjeron empujones, amenazas y el sainete saltó de nivel. Las cámaras les perseguían. El descontrol mediático y el caos generado fue total por unos instantes. Después, Aldama salía del hotel dando por hecho que habría novedades pronto que le afectarían a ella y al Partido Socialista en su conjunto.Lo que Leire Díez hizo en su intervención fue mantener la versión de que está elaborando un trabajo periodístico sobre las cloacas, que pretende terminar en un libro de investigación, y al que ha puesto especial entusiasmo por ser casos que afectan al PSOE. «No lo voy a negar», afirmó. Su objetivo fue en todo momento intentar desvincular de sus «trabajos» al partido del Gobierno y, por eso, repitió muchas veces: «No he actuado en representación de nadie. Ni soy empleada pública ni tengo ningún cargo en el PSOE». En realidad, sí trabajó en Enusa entre 2018 y 2021, y en Correos entre 2022 y 2024. «Ni fontanera, ni cobarde» prosiguió, para negar asimismo que hubiera ofrecido pactos con la Fiscalía o la Abogacía a ningún imputado. «Puse encima de la mesa las posibilidades que existen en nuestro ordenamiento. No comprometí ningún comportamiento de ningún servidor público». Después de infinidad de autojustificaciones, terminó su intervención diciéndose «absolutamente tranquila». Aunque el caso no parece estar cerrado ni de lejos . El Gobierno trata de separarse del esperpento y Ferraz ya ha llevado a Fiscalía el pen drive -sin abrir- que Díez entregó con toda la información.
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