‘El Monstruo de Harrods’. Bajo este explícito título la autora Alison Kervin acaba de publicar su investigación sobre Mohamed Al Fayed , propietario de un imperio y depredador sexual . Y uno de los testimonios más notables ha sido el de un exmiembro de la seguridad de los grandes almacenes, quien ha asegurado que todo, desde probadores y baños, estaba plagado de cámaras e imágenes en poder del magnate .«El depredador sexual Mohamed Al Fayed espió a las clientas que usaban los probadores de Harrods durante décadas», ha asegurado esta fuente en un nuevo y explosivo libro , donde este guardia de seguridad afirma que existe una alta probabilidad de que los clientes que utilizaban las instalaciones de la tienda de Knightsbridge durante su mandato « estuvieran siendo observados » por el violador en serie.Noticias relacionadas Cinco millones para indemnizar los abusos sexuales y el acoso sufridos por decenas de jugadoras A. L. Menéndez Sale a la luz la estrategia de Al Fayed para encubrir sus presuntas agresiones: demencia y sobornos a policías y directivos Ricardo SanzEn ‘The Monster of Harrods«, que se publica este jueves, el guardia de seguridad afirma que la tienda estaba repleta de cámaras que también grababan el interior de los baños y vestuarios del personal femenino . «La gente no habla de esto: había cámaras justo en la entrada y discretamente dentro de los probadores utilizados por los clientes de Harrods, lo que significaba que si estabas en un probador de Harrods durante la era Fayed, era muy probable que te estuviera vigilando».Permanente vigilanciaSe dice que la instalación de cámaras, así como la intervención de teléfonos, fue ordenada por el jefe de seguridad, el exdetective John MacNamara, para que Mohamed Al Fayed pudiera vigilar y buscar a las posibles víctimas .«Los chicos miraban las pantallas como si les fuera la vida en ello. Pero también se dieron cuenta de que muchas de las preguntas que hacía MacNamara eran sobre mujeres que habían llamado la atención de Fayed, así que también hubo muchas risitas mientras observaban a las mujeres en los vestuarios y los baños», dice esta fuente, uno de los primeros hombres fuertes del equipo de seguridad de Al Fayed tras la compra de la icónica tienda en 1985.Harrods, propiedad del magnate durante 25 años antes de venderla en 2010, hizo ya una declaración institucional ante el revuelo causado: «Nada en nuestros registros sugiere que existieran cámaras en áreas para el personal o los clientes donde la privacidad personal se viera comprometida».Alison Kervin, autora del libro, entrevistó a 60 testigos, afectados y exempleados . Ahora afirma que alrededor de cuarenta pantallas transmitían información desde cada rincón de la tienda las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Asegura que las cámaras estaban «por todas partes» y que «t rabajar en Harrods era como vivir en el Show de Truman ».Violación de la privacidadOtro miembro del personal, conocido como ‘El Ingeniero’ por su participación en las intervenciones telefónicas, advierte que había cámaras por todas partes y que todo lo que se recogía se archivaba. «Tenía que asegurarme de que funcionaran y de que captáramos todo con claridad … era importante que hiciéramos las grabaciones y lo archiváramos correctamente», comenta. Esta fuente agrega que nadie estaba «fuera del alcance» de Mohamed Al Fayed y que espiaba a todos, desde directores financieros y miembros de la junta directiva hasta chóferes y guardaespaldas.Mohamed Al Fayed, quien falleció sin comparecer ante la justicia a los 94 años en 2023, fue expuesto como un depredador sexual el año pasado y desde entonces más de 500 víctimas y testigos han ofrecido su testimonio. Emma Jones, abogada de derechos humanos de Leigh Day, que representa a varias de las víctimas, afirmó que las últimas revelaciones pusieron de relieve la necesidad de una investigación pública sobre cómo se permitió que sus delitos continuaran sin control durante décadas .«El hecho de que pudiera haber vigilancia encubierta, circuito cerrado de televisión o cualquier tipo de grabación en zonas como baños y vestuarios resulta inconcebible y realmente impactante. De ser cierto, esto tendría graves y trascendentales consecuencias en cuanto a la violación del derecho a la privacidad de las personas», resumió.

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