Con un toque metódico hasta lo excéntrico es difícil que exista un ritual presaque más elaborado en el tenis mundial. Las rutinas que necesitaba Rafa Nadal para centrarse en una pista eran parte fundamental del extenista balear, quien por primera vez en las últimas dos décadas no compite al más alto nivel ni tampoco prepara su cuerpo para las batallas en la conocida tierra batida de Roland Garros.«Es una forma de ordenar mi cabeza, que normalmente está muy desordenada. Me da seguridad, son mecanismos que tengo para centrarme y silenciar las voces interiores, aquellas que dicen que perderá, y las más peligrosas todavía, que dicen que ganaré», dijo en una ocasión el ganador de 22 Grand Slam en una entrevista al periódico italiano Corriere della Sera. También confejó alguna vez que no siempre funcionaban y que sí, que le gustaría no tenerlas.El balear ya no forma parte del circuito profesional desde el pasado mes de noviembre, cuando dijo adiós en la malograda Copa Davis de Málaga, pero su figura, más que alejarse del tenis, se ha instalado de forma definitiva en la historia. Icono de resiliencia y generador de energías, cumplió 39 años en un contexto bien distinto al de sus aniversarios anteriores. Sin manías antes de sacar ni botellas alineadas en la arcilla parisina de la Philippe Chatrier, donde se adjudicó en catorce ocasiones la conocida como Copa de los Mosqueteros.Nadal: 16 gestos antes de sacar y la anécdota de la película ‘Mejor… imposible’«Los psicólogos le han dado una interpretación que él mismo se creyó; hay quien dice que todas estas manías y cosas que hacía Rafael le ayudaba a una mejor concentración», cuenta Toni Nadal, tío y exentrenador del mejor tenista español de todos los tiempos, que repasó durante largo y tendido su relación profesional con el balear así como otros asuntos del deporte en una charla en el exitoso podcast de ‘Nude Project’ .«Al final son cosas que él iba añadiendo, supongo que por tensión, y cada vez añadía algunas más» Toni Nadal Ex entrenador de Rafa Nadal«Si te creas una necesidad, al final esto se convierte en necesario», narra el quien ahora ejerce de conferenciante con charlas dirigidas a entrenadores deportivos, jóvenes y empresas, que cuenta una anécdota con su sobrino y la película protagonizada por Jack Nicholson ‘Mejor… imposible’, cuyo protagonista – de nombre Melvin – padece un trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad.«Era un tipo muy maníatico. Mi sobrino se sorprendió de las manías del protagonista un día viendo la película pero él no se veía reflejado. ¿Yo? no tengo ninguna, me dijo», cuenta Toni durante su participación en el citado programa. «Si quieres dejo de hacerlas, me dijo un día. Yo le dije, vale, deja de hacerlo porque es ridículo», cuenta Toni Nadal, que recuerda que el siguiente torneo era Wimbledon y él mismo le recomendó a Rafa mantener sus costumbres por si acaso . «Al final son cosas que él iba añadiendo, supongo que por tensión, y cada vez añadía algunas más».Y es que hay quien se lo sabe de memoria : pide tres pelotas, descarta una, mete una bola en su bolsillo, limpia la línea de fondo, se sacude la zapatilla izquierda, luego la derecha, bota la pelota, se coloca el calzoncillo, se pellizca la camiseta en el hombro izquierdo, luego el derecho; se toca la nariz, una oreja, otra vez la nariz, la otra oreja, y ya por fín saca. 16 gestos que desesperaron a muchos rivales a lo largo de su exitosa carrera.

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