Por fin una expresión, un sentimiento, echarse al suelo y emocionarse para Coco Gauff, tan sólida de mente durante toda la final. Un ejercicio completo de contención con el que desequilibra el poderío de Aryna Sabalenka, llena de nervios y errores, y se corona en Roland Garros. Su primer Grand Slam en París, el segundo de su palmarés tras el US Open 2023. Emoción en el rostro de la número 2 del mundo.Roland Garros Final Coco Gauff 6 6 6 Aryna Sabalenka 7 2 4Dos caracteres opuestos en la pista se atraen en esta final femenina. Gauff, 21 años, mide las emociones, a Sabalenka, 27, le va bien soltar la adrenalina en cada grito, pero ninguna renuncia a la agresividad. Es dura la estadounidense, finalista en esta pista en 2022 y con nueve títulos en su haber aunque solo uno en tierra. Tres tiene la potente bielorrusa, conquistados los tres en Madrid. Así que departen en estas arenas son la especialización de otras tenistas, pero con un tenis todoterreno y adaptado a las exigencias de todos los escenarios.Para ninguna es novedad la última ronda de un Grand Slam. Gauff es campeona del US Open 2023; Sabalenka, de dos Abiertos de Australia (23 y 24) y del US Open 2024. Tampoco parece alterarles el pulso esta Philippe Chatrier donde esperan estrenar corona, y que vibra con el espectáculo de tenis porque son la 1 y la 2 del mundo; no defraudan.Sale Sabalenka a hacer su plan: directa, agresiva, sin especular, como si jugara en pista rápida. En un inicio arrollador, asfixia a Gauff con sus golpes revolucionados y no cede el paso: primer juego en su bolsillo, segundo ganado al resto en blanco, suma el tercero con su saque. A Gauff le cuesta más sacar su estilo, que siempre va más al ralentí, pero es paciente y sabe que puede desmoralizar a la rival con esa defensa a ultranza con la que se agarra al partido con piernas ágiles y mano rápida. Un primer juego como advertencia aunque la bielorrusa sume otro más.Pero del 4-1, al 4-4. Paciencia y templanza en Gauff, nervios en Sabalenka, que tiene dos bolas de set, que desaprovecha con una doble falta y un error grosero de volea a la red. La estadounidense, a lo suyo, espera sin expresar ninguna prisa. Le desbarata la rival cuatro bolas de rotura, que Sabalenka juega mejor en contra del marcador, pero a la quinta logra su propósito: desequilibrar a la bielorrusa, enredada en este juego de doce minutos por pura precipitación. Se cumple una hora cuando entran en el ‘tie break’ y nadie puede decantarse por una ganadora. Es un 3-0 a favor de Gauff, que sigue aprovechándose de la poca templanza de Sabalenka, pero se niega la bielorrusa a claudicar, que es la número 1. Respira en cada punto, se enfada también en otros, pero saca sus puntos adelante y sin la presión de sacar, ataca con todo a Gauff al resto. Se gana una bola de set que no deja escapar con un restazo de revés que precede al grito de rabia que resuena en la Chatrier y en París. Tras 80 minutos, primer set en su zurrón.Se ha deshecho la bielorrusa en gritos, errores y nervios, y el nivel no le aguanta en el segundo parcial. Como si tuviera que tomar aire para recuperar la energía, parece que se deja hacer. Imposible en este tramo de partido moverse con agilidad para alcanzar los torpedos de Gauff. Seria, responsable, casi fría, sacude la de 21 años sin miramientos. Ha tenido muy cerca el primer set y consigue el segundo con esa misma estrategia: paciencia, trabajar los puntos y sentenciar por potencia en media hora.La final cumple dos horas cuando se inicial el tercer set. Todavía Sabalenka renqueante y dubitativa. Enfadada consigo misma, a gritos con su palco. Qué hacer cuando tiemblan tanto las manos que se cede la rotura con una doble falta. Qué hacer cuando tiemblan tanto las manos que un remate fácil se engancha en la red. Qué hacer cuando la rival no cede, no baja, no se inmuta y pone tierra de por medio con un 3-1 peligroso.Se mueve en arenas movedizas Sabalenka, que necesita respirar entre punto y punto más para serenarse que para recuperar energías, que tiene de sobra. Demasiadas, porque se le sale la potencia a raudales descontrolados y sufre en cada turno de saque. Que no le da ni para botar la pelota más de dos veces sin que se tenga que ir a buscarla. Así de nerviosa está en el último tramo la número 1 del mundo, la que domina con puño de hierro el circuito desde hace 41 semanas.Aguanta un poco más, y trata de echar a Gauff hacia atrás, como ha hecho al inicio del partido y que tan bien le ha salido. Pero insiste Gauff en no bajar ni la concentración ni el nivel ni el paso. Tiene una bola de partido y ni siquiera atiende a la euforia de la grada, mayoritariamente a su favor. Saca igual, como si no hubiera presión. Se la mete Sabalenka, que ha jugado mejor con el marcador en contra y saca un derechazo a la línea de fondo. Se anima la bielorrusa, pero no hay nada que hacer. La mano le tiembla más que nunca y vuelve a fallar otra fácil (70 errores). Y quien no falla en su segunda bola de partido y de Roland Garros es Gauff, que por fin muestra esa emoción que ha contenido durante más de dos horas y media. Un tirarse a la tierra batida para saber que la domina, que la doma, como a su rival. Con 21 años, 2 del mundo y su segundo Grand Slam.Estados Unidos celebra este auge en el tenis y cierra un vacío de títulos en la tierra batida de Roland Garros que se prolongaba desde Serena Williams en 2015. El himno estadounidense por fin en la Philippe Chatrier. Gauff, mano al pecho en el cántico, lo había intentado durante toda su carrera: desterrar para siempre que a los tenistas estadounidenses no les gustaba la tierra batida ni se les daba bien. Lo consigue con 21 años, dominadora de la superficie, de las condiciones, de la tensión y de la rival, una Aryna Sabalenka que no controló tanto sus emociones, la peor rival de la bielorrusa en esta su primera final de Roland Garros de muchas que vendrán, porque el tenis está ahí, y las ganas, también.La bielorrusa no pudo sino llorar en su primer intento de hablar, así ha pasado todo el partido, emociones a flor de piel: «Después de estas dos semanas de gran juego, es terrible haber hecho este tan mal partido. Felicidades a Coco porque has sido mejor que yo, y te mereces este segundo Grand Slam. He disfrutado de jugar estas dos semanas delante de vosotros. Es un honor estar aquí a tu lado, has sido una inspiración, Justine Henin. Y gracias a mi equipo por el apoyo y lo siento por esta final tan desastrosa. Gracias a todos y volveré más fuerte».Y de las lágrimas de Sabalenka a la sonrisa radiante de Gauff como campeona de Roland Garros, que también se emocionó. «Gracias a mi equipo, que me habéis apoyado y empujado a jugar mi mejor tenis. Muchas gracias al público por apoyarme tanto. He recibido mucho amor de los aficionados franceses toda la semana, así que ‘merci beaucoup’. No me creía que podría conseguirlo. Gracias, París».

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