El asesinato de un policía en plena investigación a Maje

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El asesinato de un policía en plena investigación a Maje

La película ‘La viuda negra’ de Netflix, que ficciona el crimen de Patraix, se ha convertido en todo un fenómeno viral a nivel internacional. Los amantes de Maje , el plan urdido para asesinar a su marido y la entrega incondicional de Salva hacía su «brujita» son algunos de los ingredientes que han catapultado al true crime de Bambú Producciones a lo más alto de la plataforma de pago en más de 50 países una semana después de su estreno.En el largometraje, además, hay guiños importantes a la hercúlea y complicada investigación llevada a cabo por el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de la Policía Nacional de Valencia para dar con los asesinos del ingeniero Antonio, acuchillado seis veces en un garaje de Patraix. Uno de ellos, que no ha pasado por alto, es el de la muerte de un compañero en acto de servicio que marcó al resto del equipo que seguía la pista a Maje.Berni , el inseparable compañero de Eva, la jefa de homicidios que da vida Carmen Machi, es en realidad el subinspector Blas Gámez , que murió en acto de servicio con solo 51 años el 12 de septiembre de 2017, menos de un mes después del crimen de Patraix. Durante las tres semanas siguientes, formó parte del grupo encargado de hallar indicios que descifraran el asesinato.Noticias relacionadas estandar No La trampa de Homicidios para ‘cazar’ a Maje, la viuda negra de Patraix, y su amante Salva David Maroto estandar No El caso de Maje, la ‘viuda negra de Patraix’: así se destapó uno de los crímenes más mediáticos del país Alba Pérez EspadaEn 17 años, la Policía Nacional no había sufrido una baja mortal en acto de servicio en la Comunidad Valenciana. Blas Gámez, casado y con dos hijos , siempre fue un agente reputado y reconocido por sus labores dentro del Cuerpo, al que ingresó en 1989 y que le destinó hasta 1995 al País Vasco para formar parte del Grupo Especial de Operaciones (GEO).En su dilatada carrera, le fue concedida la Cruz al Mérito Policial con distintivo blanco y acumuló hasta 83 felicitaciones públicas por su encomiable trabajo. Aquel 12 de septiembre, fue acuchillado por el sospechoso de un crimen al que pretendía identificar en el número 77 de la calle Sueca, en el barrio valenciano de Ruzafa.La noche anterior, muy cerca en la avenida de Peris y Valero, fue hallada entre dos contenedores de basura una maleta con el cadáver descuartizado de un hombre. Así, Gámez acudió junto a otro agente a identificar al sospechoso cuando se dio bruces con él en el portal y, sin mediar palabra, le asestó varias puñaladas: una de ellas le afectó al corazón y resultó herido letal pese a los intentos de los efectivos del SAMU para reanimarle. Su compañero abatió a tiros al agresor.El caso conmocionó a todo el Cuerpo de Policía Nacional y hasta el ministro del Interior, entonces Juan Antonio Zoido, envió sus condolencias a la familia del agente asesinado. Dos días después, se le despidió con todos los honores en un multitudinario funeral celebrado en la Catedral de Valencia, donde le acompañaron por última vez una importante representación de compañeros de toda España. En su último adiós, desde el exterior se escuchó tanto «La muerte no es el final», himno habitual en funerales de agentes, como «Pájaros de barro», la mítica canción de Manolo García, de las favoritas de Gámez.

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