El búnker de la droga que delató al Bola, el último rey de la Cañada

Home People El búnker de la droga que delató al Bola, el último rey de la Cañada
El búnker de la droga que delató al Bola, el último rey de la Cañada

Allí, en un bunker con siete puertas acorazadas, abierto 24 horas y ubicado en la parte más conflictiva del sector 6 de la Cañada Real, estaba él. «Un tipo con cierto renombre, alguien que no está ahí de manera casual», revelaba ayer Draco, inspector jefe del Grupo de Operaciones de Inspección Zonal (GOIZ), casi cuatro años después de toparse por primera vez con el líder de una organización criminal que recién acaban de desmantelar. Se trata de Ricardo Hernández Motos, alias ‘El Bola’, uno de los ochos hijos del matrimonio de Los Gordos, los reyes por antonomasia del tráfico de drogas en la zona de Valdemingómez.Tras la caída de sus padres en 2012, Juan José Hernández y su esposa, Adela Motos; y la de su tío Francisco Hernández ‘El Kiko’ ocho años después , El Bola había conseguido levantar el negocio hasta liderar el tercer reinado del clan. Ni la ristra de antecedentes que atesoraba (entre otras ocasiones, fue apresado seis meses después del golpe policial contra sus progenitores) habían sido obstáculo para que este delincuente de 38 años levantase tras la pandemia todo un entramado criminal con hasta cinco escalafones bien diferenciados. El más alto lo ocupaba él mismo, con un cómodo tren de vida, pero sin los lujos y ostentaciones de otros grandes narcos. «Vivía holgadamente, trabajaba con mucho dinero en efectivo, tenía coches de alta gama y se daba sus fiestas, pero no te imagines a una persona que reside en Marbella con su yate», apuntaba el jefe de la investigación, cuya explotación esta vez le ha terminado por llevar a prisión. Residía en la localidad de Rivas-Vaciamadrid y contaba con una segunda vivienda en Cuenca.Noticia Relacionada estandar No El trato de Copito con el clan de los Macas: cien kilos de cocaína al día disfrazada de pintura Aitor Santos Moya La Policía Nacional desmantela el laboratorio de droga más activo, regentado por cinco ‘cocineros’ colombianosEn el siguiente nivel se encontraba el dueño de la infravivienda de la Cañada Real, un joven de su máxima confianza y el encargado de confeccionar las dosis para su posterior venta. Detrás, llegaban las personas que vendían en la mesa, encargadas de despachar tras una pequeña mirilla con un cierre metálico, «como si fuera un economato». Contaban con el respaldo tanto del líder como del regente de la casa, ya que debían manejar grandes cantidades de estupefacientes y de dinero en efectivo, y llevar a cabo aprehensiones a futuro para que el punto nunca se quedase sin suministro.Precisamente, una de las particularidades de este supermercado de la droga era su funcionamiento 24 horas, con libros de registro, turnos de los ‘trabajadores’ y períodos de vacaciones. Como cualquier empresa, solo que dedicada a trapichear con cocaína base, mezcla, heroína y ketamina. Y, cómo no, con unas imponentes medidas de seguridad: siete puertas acorazadas que abrían hacia el lado contrario, paredes de doble ladrillo y hasta un hornillo para deshacerse de las sustancias en caso de que los agentes irrumpieran por sorpresa en el interior.Fuera del búnker se situaban los dos escalones más bajos del entramado. Por un lado, aquellos que estaban empleados para dar paso a los compradores, cuyas funciones, además de salir a la calle para invitar a pasar a potenciales clientes, consistían en impedir la entrada si la afluencia era en ese momento demasiado elevada o vaciar la propia morada si avistaban a los agentes patrullar por la zona. Y en el último peldaño aparecían los aguadores, toxicómanos en su mayoría, que a cambio de un chute o pequeñas cantidades de dinero se apostaban en lugares estratégicos para avisar de cualquier movimiento policial en las inmediaciones.Armas y dineroTras una larga y compleja investigación, la red fue desmantelada tras dos sucesivos golpes. En abril, la Policía Judicial de Villa de Vallecas, que en paralelo al GOIZ también tenía en su punto de mira el incesante trasiego en ese punto de la Cañada, realizó una entrada en la vivienda. Y ya el 13 de mayo, los agentes liderados por el inspector Draco realizaron cuatro registros (en las casas del líder en Rivas y Cuenca, en otro domicilio relacionado con la red y en una segunda infravivienda muy cercana a la utilizada para vender la droga), en los que fueron incautados más de 8.000 euros, un arma larga, cartuchería y dos vehículos, uno de ellos de alta gama. Ese día, procedieron a la detención de once hombres y cuatro mujeres como presuntos responsables de los delitos de tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas y pertenencia a organización criminal. El Bola, con experiencia en el tráfico ilícito desde 2010, ha sido enviado a prisión, sin que por ahora haya indicios de un posible sucesor al peligroso trono vacante.

Leave a Reply

Your email address will not be published.