La detención del inspector jefe de la UDEF de Madrid Óscar Sánchez Gil y su organización ha provocado una parada notable de la entrada de contenedores por barco con cocaína. El policía corrupto era el ‘ hub’ de las organizaciones para el transporte de decenas de toneladas por vía marítima y ahora no lo tienen. ¿Eso quiere decir que ya no entra droga en España? Ni mucho menos, pero ahora lo hace por el Sur, a través de las antiguas rutas del hachís , principalmente por el Estrecho: el Campo de Gibraltar, Huelva y, en general, por toda la costa andaluza. Allí están volcadas la Policía Nacional y la Guardia Civil, pero trabajar en es a zona es muy complicado. Las redes tienen ojos en todos los sitios, buena parte de la economía es dependiente del narco y la corrupción penetra en cada vez más estamentos de la sociedad.La importancia real de la operación contra el inspector jefe se empieza a ver ahora. El policía había conseguido centralizar buena parte de las importaciones de cocaína en contenedores y trabajaba para las tramas de narcos más potentes, que actuaban con la absoluta impunidad que les proporcionaba Sánchez Gil, conocido como ‘el anodino’. Él era el que introducía en las bases de datos policiales el número de los contenedores que le interesaban de modo que si alguna unidad policial abría una investigación sobre ellos le saltaba la alerta. Sencillo, pero eficaz.Noticia Relacionada Al servicio de los grandes narcos estandar Si ¿Quién es quién? La trama del inspector jefe de la Udef Pablo MuñozVarias operaciones frustradas hicieron pensar que alguien con acceso a las bases de datos policiales trabajaba para el narco. Con esa premisa decidieron no introducir en ellas los números de contenedores de los que tenían noticia, vía Guayaquil (Ecuador) que portaban cocaína. Esa decisión, clave, fue la que puso al descubierto la trama.Cuando en octubre del año pasado fue intervenido el contenedor con los 13.000 kilos de cocaína en el puerto de Algeciras, una operación en la que adrede no se hicieron detenidos, el inspector jefe se puso muy nervioso. ¿Cómo era posible que ese envío no constase en las bases policiales como sospechoso? Comenzó a recibir de inmediato llamadas de los narcos pidiéndole responsabilidades; dejó de tomar precauciones a la hora de hablar por teléfono, porque estaba angustiado; tuvo citas físicas con sus socios, algo absolutamente inusual en él y, además, se puso en evidencia delante de sus jefes porque nadie le había avisado de esa operación…La Udyco Central de la Policía y la Unidad de Asuntos Internos habían trabajado coordinados, de modo que los segundos fueron los que asumieron las riendas cuando las evidencias de la corrupción policial estuvieron sobre la mesa. Sólo había que esperar para extirpar un cáncer de años que había marcado además el ‘modus operandi’ del narcotráfico de cocaína a gran escala en España.Quince alijos en este añoLa pregunta tras una operación de esta magnitud, en la que se desmantela nada menos que el sistema de transporte de decenas de miles de kilos de droga, es qué puede suceder a partir de ese momento. La respuesta es que, al menos de momento, ha disminuido la entrada de contenedores con cocaína a los puertos españoles, y los datos respaldan esta afirmación: en lo que llevamos de 2025 se han intervenido 15, mientras que el año pasado por las mismas fechas la cifra ascendía a 35 , según Vigilancia Aduanera. Se intensifica una tendencia que ya empezaba a dibujarse meses antes, cuando distintas operaciones realizadas en la comarca del Campo de Gibraltar y zonas cercanas pusieron sobre el tapete que los transportistas del hachís habían comenzado a introducir en sus narcolanchas miles de kilos de cocaína.«No pillamos ni un contenedor, esa es la realidad, y no se ha bajado la guardia en la vigilancia, así que hay que entender es que por ahora esa vía, si no cerrada, sí está bajo mínimos », explica uno de los mandos policiales que más experiencia y conocimiento tiene en la lucha contra la droga. «Lo que vemos es que es por el Sur por donde entra ahora la mayoría de la cocaína, así que todos estamos volcados allí».Los pequeños grupos de transportistas de hachís, como en su tiempo lo hicieron sus colegas del tabaco de la costa gallega, han comenzado a meter cantidades enormes de cocaína en sus narcolanchas. Sin embargo, a diferencia de sus colegas del noroeste de España, los márgenes con los que trabajan son mucho menores, prácticamente la mitad, de modo que si los primeros se quedaban con un 20 por ciento de la mercancía éstos apenas se quedan con un 10. «Como sucedía en Galicia, luego ellos también trafican con su parte, ya a pequeña escala, para sacar beneficios, pero son mucho más modestos que los de los clanes gallegos ».La cocaína, como antes, sigue saliendo sobre todo del puerto de Guayaquil, en Ecuador, pero ahora se descarga en las costas africanas, por ejemplo entre la frontera de Senegal y Mauritania. «El problema es que hay tanta droga que los narcotraficantes prefieren retenerla allí y esperar a que se empiece a dar salida a la que hay en España. En algunos depósitos se almacenan hasta 70.000 kilos», explican las fuentes consultadas, que añaden que «esa oferta tan espectacular ha hecho que el kilo de esta droga tenga ahora su precio mínimo histórico en España, no más de 14.000 euros por kilo ».«Misión imposible»El atacar las infraestructuras de transporte en la citada zona andaluza es muy complicado, primero porque conocen muy bien todos los canales del Guadalquivir , por los que introducen sus embarcaciones, pero también por el control del terreno que tienen estos grupos, la implicación de un importante número de personas que viven en la zona y que ven en el narco la única forma de tener acceso a un dinero que les permita vivir, la fuerte penetración del dinero de la droga en el sistema económico y la corrupción en casi todos los ámbitos.«Moverse por allí sin ser detectado es misión casi imposible. Por ejemplo, hay pueblos muy pequeños en los que se paga a una persona simplemente por estar sentado en una silla, bebiendo cerveza , sólo por anotar todas las matrículas de los coches de gente que no es conocida. También ponen cámaras de seguridad, y a veces hasta los propios vecinos, que no trafican pero sí se benefician del dinero, son los que delatan la presencia de extraños. Así que nos volvemos locos para sortear obstáculos».Tanto la Policía como la Guardia Civil están volcadas en la zona, pero saben que es imposible parar al narco con los medios y la legislación que hay en la actualidad. El trabajo es inabarcable y el peligro de que aumenten los muertos en enfrentamientos con las Fuerzas de Seguridad, o incluso entre ellos mismos a consecuencia de vuelcos de drogas o por hacerse con el control del territorio, también es muy alto.Mandos policiales, ayer en rueda de prensa en Las Palmas EFE Nuevas rutas de la droga Las lanchas rápidas de la droga llegan también al litoral canario Las narcolanchas, que forman parte del paisaje en aguas del Estrecho y que ya no sólo introducen hachís desde Marruecos, sino también grandes alijos de cocaína, han llegado también al litoral canario. La Policía ha desarticulado una red poderosa red de traficantes que operaba desde Sudamérica hasta el archipiélago canario. Estaba especializada en la introducción de grandes cantidades de cocaína en territorio español a través de embarcaciones de alta velocidad. En la operación, cuya explotación se hizo el martes pasado, se intervinieron 69 vehículos –19 embarcaciones y motos acuáticas–, seis inmuebles, cuentas bancarias, tres armas de fuego, cerca de 100.000 euros y útiles destinados al tráfico marítimo. La organización contaba con once lanchas rápidas, que partían desde puntos estratégicos del Atlántico, trasvasando la droga desde buques nodriza en alta mar hasta las costas canarias a través de una sofisticada infraestructura marítima y logística. Los narcos utilizaban comunicaciones encriptadas, terminales satelitales y un lenguaje codificado para evitar ser detectados y dificultar así cualquier investigación policial. Además, se pudo comprobar como se servían de un pecio abandonado como plataforma de repostaje para las embarcaciones o lanchas rápidas, pudiendo incluso localizar numerosas garrafas y petacas vacías que posteriormente trasladaban a dicha embarcación. Las investigaciones han permitido detectar que la organización tenía coordinadores en Canarias encargados de recibir y distribuir el estupefaciente, procedente de Colombia y Brasil. En lo que va de año, la Policía ha logrado confiscar cerca de 3.800 kilos de cocaína sólo a esta organización criminal. Gracias a la colaboración con entidades como la National Crime Agency (NCA), la DEA, Europol, Centro de Análisis y Operaciones Marítimas en materia de Narcotráfico (MAOC-N) y autoridades de Francia, Polonia, Portugal, Colombia y Cabo Verde, se logró desarticular esta red criminal con la detención de 48 personas.Las fuentes consultadas, por tanto, ven con extraordinaria preocupación la evolución del crimen organizado en España, donde cada vez se producen más ajustes de cuentas entre mafias: «Tenemos que fijarnos en lo que ocurre en Francia, en Suecia o Países Bajos, porque sabemos que esas cosas pueden empezar a pasar en España, más pronto de lo que nos podamos imaginar».¿A qué cosas se refieren estas fuentes? Por ejemplo, al tiroteo contra prisiones en suelo galo, o al hecho de que la Princesa Heredera holandesa, Catalina Amalia de Orange, tuvo que hacer sus estudios universitarios en España, porque en su país no podían garantizar su seguridad tras las amenazas de la Mocro Maffia, episodios que alcanzan la categoría de narcoterrorismo . Cuando eso suceda aquí, toda respuesta habrá llegado demasiado tarde.

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