Desde que Donald Trump regresó a la Casa Blanca, el acceso de la prensa al presidente ha cambiado radicalmente . Las puertas están ahora abiertas. Eso se traduce en más presencia en eventos oficiales, más preguntas directas al presidente y más visibilidad para medios internacionales antes relegados. Pero no solo eso: también han entrado nuevos actores. Influencers, comentaristas con millones de seguidores, plataformas emergentes que hoy rivalizan con los medios tradicionales.En ese escenario, Trump alterna entre los golpes y los elogios. Se crece en la confrontación, como siempre. Ataca, desafía, provoca. Su instinto es el del combate: ante la prensa tradicional, cuestiona al periodista, desarma la pregunta, desvía el foco. Pero también se le ve cómodo entre simpatizantes que le celebran, aunque ahí, curiosamente, no siempre brilla.Sus momentos más explosivos ocurren cuando está contra las cuerdas. Cuando responde con furia y logra que todos lo miren. Nadie puede negarle algo: es más accesible que sus antecesores. No filtra. Escucha todo. Contesta todo.Noticia Relacionada estandar Si Trump cambia las reglas y decidirá qué periodistas le siguen David Alandete | Corresponsal en Washington La Casa Blanca anuncia que a partir de ahora será ella la que haga la lista de periodistas en viajan con el presidente, y no una asociación independiente a la que pertenece ABCPara el periodismo, por más que lo ataque, esta también es una nueva edad de oro.

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