Donald Trump se regala un desfile en su cumpleaños mientras envía tropas contra las protestas

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Donald Trump se regala un desfile en su cumpleaños mientras envía tropas contra las protestas

Donald Trump está a punto de cumplir un viejo anhelo: organizar un colosal desfile militar en pleno corazón de Washington , algo que intentó sin éxito durante su primer mandato, frustrado por la resistencia casi unánime. Ahora, redimido y con poder renovado en su segundo mandato, el presidente ha decidido ignorar advertencias del pasado, como la célebre frase atribuida a Dwight D. Eisenhower, quien al ser preguntado sobre si EE.UU. debía exhibir su poderío con un desfile como el que ahora llega, respondió: «En absoluto. Somos la potencia preeminente del mundo. Imitar a los soviéticos en la Plaza Roja nos haría parecer débiles».La polémica en torno a este desfile no es solo su escala, sino la fecha elegida. Podría haberse celebrado el 4 de julio, Día de la Independencia; o coincidir con el aniversario del Desembarco de Normandía , o con la victoria en la Primera o la Segunda Guerra Mundial. Pero no: la fecha escogida es el 14 de junio, el cumpleaños del propio Trump.Cierto: el 14 de junio también es el Día de la Bandera y marca el 250 aniversario de la fundación del Ejército Continental, que ganó la guerra de Independencia. Pero no es una fecha festiva importante y queda opacada por los fastos del 4 de julio. Aun así, este año, en plena militarización de Los Ángeles y con la posibilidad muy real de desplegar tropas en otras ciudades gobernadas por demócratas, Trump ha decidido darse un auténtico baño de uniformes, bayonetas, tanques, cazas surcando el cielo y toda la parafernalia militar que Washington no ha visto jamás.Noticia Relacionada estandar Si Donald Trump moviliza a 700 marines para contener los disturbios Javier Ansorena Defensa enviará otros 2.000 efectivos para «permitir que los agentes del orden público federal realicen sus tareas de manera segura»En su primer mandato, Trump ya lo intentó. El principal obstáculo fue la alcaldesa demócrata de Washington, Muriel Bowser, quien advirtió que los puentes y el pavimento de la ciudad no resistirían el peso de los tanques del Cuerpo de Infantería. Además, el coste estimado -incluyendo cortes viales y reparaciones- podía alcanzar los 50 millones de dólares.Pero en esta segunda etapa de su presidencia, pocos se atreven a plantarle cara, salvo su antiguo aliado Elon Musk . La alcaldesa, esta vez, ha optado por ceder y ha autorizado los permisos necesarios. Eso sí, la Casa Blanca ya ha sido rodeada por vallas de seguridad para evitar protestas, que sin duda las habrá. Los convocantes, de hecho, buscan replicar las manifestaciones de Los Ángeles con la mayor contundencia posible.El presidente lanzó una advertencia este martes. «A quienes quieran protestar, los va a recibir una fuerza muy contundente. Ni siquiera he oído que haya protestas previstas, pero ya sabemos que se trata de gente que odia a nuestro país, y serán enfrentados con toda la fuerza necesaria». La alcaldesa Bowser ya ha cedido antes. Aceptó la exigencia de Trump de eliminar del pavimento frente a la Casa Blanca el enorme mural que, visto desde el aire, leía el lema «Black Lives Matter». También pasó por el Despacho Oval para entregarle algo que al presidente le fascina: protagonismo en eventos deportivos. El próximo sorteo del sorteo de la NFL se celebrará con una puesta en escena sin precedentes, frente a la Casa Blanca, el Capitolio y el monumento a Washington.Para los demócratas, lo que la Casa Blanca se dispone a hacer es una deriva delirante, culto a la personalidad más digno de Pionyang, Pekín, Moscú. El senador Adam Schiff, de Caliornia, calificó el desfile como un «espectáculo militar por vanidad», comparándolo con las exhibiciones organizadas por el líder norcoreano Kim Jong-Un y el presidente ruso Vladímir Putin . Según él, el evento no solo busca proyectar poder, sino que también refuerza la creciente influencia de Trump sobre las Fuerzas Armadas estadounidenses.Esa influencia es evidente. Por orden directa del presidente, no sólo se ha desplegado la Guardia Nacional, sino también unidades del emblemático Cuerpo de Marines en las calles de Los Ángeles. Este martes, Trump visitó la base de Fort Bragg, reforzando su imagen de comandante en jefe cercano a las tropas. Se presenta como el presidente que cuenta con el respaldo de los soldados rasos, a diferencia de los altos mandos, a quienes ha ido apartando sistemáticamente por considerarlos parte de una élite militar «contaminada» por ideas de izquierda radical.

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