Ni los letrados del Congreso ni los grupos parlamentarios se explican la anómala carta que, según ha podido saber ABC, remitió el viernes el director del gabinete del ministro del Interior, Lorenzo Martínez , al presidente de la Comisión de Investigación de los atentados de Barcelona y Cambrils, Txema Guijarro (Sumar). La misiva pedía medidas de seguridad para la comparecencia, ayer martes, del agente de la Policía Nacional que recogió pruebas de ADN del imán Abdelbaky Es Satty , considerado el cerebro de los atentados. El carácter irregular de la carta -debe ser el propio agente o su superior el que solicite el protocolo- provocó la suspensión de una sesión en la que también debía comparecer el secretario general del Centro Nacional de Inteligencia, Luis García Terán , como exjefe de la división de contraterrorismo de Gerona. De él dependía Es Satty cuando, como ha desvelado ABC, el CNI le pagaba 500 euros al mes como confidente antes de los atentados. El imán ocultó sus planes proporcionando entonces información «anodina». Ambas comparecencias han quedado ahora en el aire y sin fecha. En el caso del agente de policía -al que se identifica con su número de carnet, el 77.619, para proteger su identidad- porque la Cámara debe esperar ahora a que él o su superior soliciten las medidas de protección oportunas. Posteriormente, el Congreso deberá analizarlo, conceder lo que considere, comunicárselo al policía y citarle de nuevo a comparecer.Sine die de momentoEl periodo de sesiones finaliza en junio lo que complica el calendario y podría hacer saltar esa comparecencia hasta octubre. En el caso del secretario general del CNI, la Mesa de la Comisión intentó citarlo este martes para la semana que viene pero García Terán tiene agenda internacional y es necesario buscar otra fecha, que aún no ha sido acordada y que también podría dilatarse hasta el vuelta del verano.Fuentes de Interior han señalado a ABC que la misiva de Lorenzo Martínez dirigida a Guijarro, que llegó a la Cámara a través de la secretaría de Estado de Relaciones con las Cortes, fue un «error fruto de un malentendido». Se da la circunstancia de que hace solo cinco meses, en enero, otro agente de la Policía Nacional fue citado a comparecer por el Congreso en otra comisión de investigación, la referente a la Operación Cataluña . También era necesario preservar su identidad pero se procedió reglamentariamente, con una misiva remitida por el propio agente. La Cámara aceptó parte de ellas y la comparecencia se produjo sin dilaciones.

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