Las informaciones se suceden como un mes de lluvias incesantes. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil registra el domicilio del exministro José Luis Ábalos. La juez que investiga a David Sánchez, el hermano del presidente del Gobierno, ve «fraude de ley» en el aforamiento del líder del PSOE extremeño, Miguel Ángel Gallardo. La Comisión Europea alerta de una suerte de «autoamnistía» a Carles Puigdemont para que el Gobierno se asegurase los siete votos de Junts per Catalunya. El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz , procesado. Todas, juntas, conforman una tormenta bajo la que el Ejecutivo pretende resistir, en pleno ojo del huracán. El temporal, cada miércoles, se traslada a la sesión de control del Congreso. Este no ha sido una excepción, con los diputados de PP y Vox preguntando, desde a Pedro Sánchez hasta al último de sus ministros, por el sinfín de detalles que se plasman en los periódicos y en los informes de la UCO. «Bulos», se defiende el Gobierno, sin distinción y sin pararse a desmentir hechos concretos o a decir qué es falso de todo lo que se está publicando. Ya apenas se pregunta por economía, sanidad, educación. La corrupción prácticamente monopoliza las cuestiones dirigidas a un Ejecutivo de coalición en el que el PSOE protagoniza las noticias y Sumar las ignora. Para muestra un botób. «Usted a [Pedro] Sánchez no le va a decir nada, solo le preocupa saber en qué puesto irá en las próximas listas del PSOE. Antes era Leire [Díez] quien tapaba la corrupción, ahora es usted», le ha reprochado la diputada popular Noelia Núñez a Yolanda Díaz, después de que la vicepresidenta segunda aseguara la pasada semana no tener opinión sobre el caso ‘fontanera’. «Ha llegado el momento de que los 137 diputados del PP sirvan para algo en este país», se ha limitado a responderle la líder de Sumar al tiempo que ha echado en cara a la bancada popular la sentencia del Tribunal Supremo por la que se condena a Luis Bárcenas y al partido por la trama Gürtel en octubre de 2020.Noticia Relacionada estandar Si El Tribunal de Cuentas revisará ayudas a Bildu por 1.300.000 euros Patricia Romero El órgano eleborará un informe específico sobre las subvenciones electorales que recibió el partido de Otegi en las municipales de 2023Por todo ello, quizá, lo más esperado siga siendo el cara a cara entre el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, y el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, para comprobar a quién defiende el presidente y de quién evita hablar. Esta vez, el afortunado ha sido García Ortiz, con quien se ha volcado el Gobierno pese a convertirse en el primer fiscal general del Estado procesado en democracia —ya fue el primero imputado— por la presunta filtración de un correo de la defensa de Alberto González Amador, novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en una maniobra supuestamente orquestada junto a Presidencia del Gobierno para perjudicar políticamente a la baronesa popular por los delitos fiscales de su pareja.Sánchez, sin mencionarlo directamente, ha lanzado un espaldarazo a García Ortiz tras preguntarle Feijóo si le va a exigir su dimisión o va a forzar su cese por incumplimiento grave de sus funciones. «Este Gobierno, entre fiscales que persiguen a delincuentes y delincuentes, siempre estará con los fiscales», ha aseverado el presidente, en una clara defensa al fiscal general del Estado, cuya línea argumental, desde su imputación, ha sido que la Fiscalía se limitó a desmentir un bulo difundido por el jefe de gabinete de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, quien aseguró falsamente que había sido la Fiscalía quien ofreció un pacto a González Amador para evitar el juicio y no al revés.Sánchez, a Feijóo «Este Gobierno, entre fiscales que persiguen a delincuentes y delincuentes, siempre estará con los fiscales»La respuesta, un «revelador silencio» para Feijóo, siguió en la línea de un presidente que lleva «43 días sin responder a nada ni a nadie», escondido «en un búnker autoritario». Sánchez ha vuelto a tirar de datos macroeconómicos en su particular forma de responder lo que quiere, que no lo que se le pregunta, y después Feijóo, tras acusarlo de «debilitar la separación de poderes», le ha preguntado otra vez por el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, mencionado en el informe de la UCO en el que se apunta al posible cobro de mordidas de su antecesor, José Luis Ábalos, a cambio de amañar adjudicaciones de obras públicas. «¿Lo avala o no lo avala?», ha espetado Feijóo. «Lo que hace está estudiado en psicología, se llama acción en espejo», ha repuesto Sánchez, quien le ha reprochado que le llame «capo» «con las fotos que tiene» —primera alusión del día al narcotraficante Marcial Dorado, antiguo amigo del líder del PP—, que hable de corrupción cuando llegó a Génova 13, según él y sin ninguna prueba que lo acredite, «tapando la de Ayuso», y que se llene la boca de democracia tras dos años «sin respetar el resultado de las urnas». El presidente —ha vuelto a dejar claro en medio de esta tormenta perfecta— está decidido a agotar la legislatura. Con su hermano camino de juicio oral, su mujer imputada y «su» fiscal general a un paso del banquillo de los acusados.El oasis de PNV y PodemosEn un espejismo propio de otra época, la portavoz del Grupo Nacionalista Vasco, Maribel Vaquero, sí le ha preguntado por industria al presidente, justo antes de que la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, volviese a demonizar el compromiso de aumentar el gasto en defensa, según ella al dictado del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Un breve oasis antes de que todo volviese a centrarse en la corrupción. La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, ha apuntado a la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, de quien ha dicho que es «la jefa de la caja que financiaba las obras que amañaba Ábalos ». Le ha preguntado también Gamarra por qué se le dio a Leire Díez, la exmilitante del PSOE que ofrecía tratos de favor con la Fiscalía a cambio de información sensible contra miembros de la UCO que investigaban a su partido, un puesto de responsabilidad en Correos y si actuaba como ‘fontanera’ por encargo de Ferraz. «Se inventan una serie de bulos, de mentiras, para poner en marcha esa máquina del fango», ha contestado Montero reciclando argumentario, antes de cuestionar si en el «fracaso» de manifestación del domingo, en la que el PP reunió, según cifras de la delegación del Gobierno, al menos 50.000 personas en la madrileña plaza de España, estuvieron Luis Bárcenas, Jorge Fernández Díaz e Ignacio González.Elías Bendodo y Jaime de Olano, ambos también del PP, han preguntado a Montero por el presunto cobro de comisiones de sus dos colaboradores más estrechos en el Ministerio de Hacienda, pero de nuevo se ha ahorrado las explicaciones con ataques a los populares. «¿Es ético que el señor Feijóo se vaya de vacaciones con un narcotraficante? ¿Que se siente en Génova 13 en un despacho pagado con dinero negro? ¿Que elaboren protocolos de la vergüenza en las residencias? ¿Que el PP no acepte la democracia y esté en una estrategia de fango, fango, fango y acoso y derribo a este Gobierno?».Tellado, a Bolaños «Vaya compadreo [entre el fiscal general y la ministra de Igualdad]. Que no quede duda duda de que están todos en la mafia»El siguiente en pasar por caja ha sido el responsable de Justicia. «Es sospechoso que el Gobierno acorralado por la Justicia sea quien pretende controlar el acceso a la carrera judicial y fiscal, y quien pretende quitarle la instrucción penal de los casos a los jueces para dárselas a la Fiscalía, a su Fiscalía», le ha espetado el portavoz parlamentario del PP, Miguel Tellado, a Félix Bolaños, no sin antes quejarse el popular del «compadreo» que existe entre el fiscal y la ministra de Igualdad después de que Ana Redondo le dijera «no estás solo» y le ofreciera «una cenita» tras su procesamiento. El debate se sucedía apenas un par de ahoras antes del parón de diez minutos que este miércoles protagonizan jueces y fiscales de nuestro país para escenificar su rechazo a las reformas del Gobierno, entre ellas, a los cambios en el acceso a ambas carreras y del estatuto que regula la Fiscalía. «¿Se siente respaldado por ellos?, le ha preguntado al ministro de Justicia Pepa Millán, de Vox, cuyos diputados han abandonado el Hemiciclo al filo del mediodía para respaldar la protesta. »No tengo por costumbre preguntarles por eso«, ha evitado Bolaños pronunciarse.A Fernando Grande-Marlaska le ha acusado el PP de «callar» y «mirar para otro lado ante los insultos y los ataques de los fontaneros de Ferraz a la UCO» en vez de respaldar a sus agentes. «Le hicieron ministro para blanquear las cloacas. Es un pelele de las cloacas del PSOE, el fiel reflejo de la degradación del sanchismo», le espetó Carmen Fúnez a modo de afrenta al ministro del Interior, de quien depende la Guardia Civil y su Unidad Central Operativa (UCO), involucrada en el caso Leire por supuestamente querer arruinar la carrera de uno de sus jefes. «Llevo siete años dignificando al ministerio que ustedes conviertieron en verdaderas cloacas y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado», se ha defendido el socialista.

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