El Real Madrid volvió a golpear en casa y ya tiene el 2-0 en la semifinal ante Unicaja, pero esta vez no le bastó con el control rutinario del primer duelo. Necesitó carácter, gestión del caos y otra exhibición de Facu Campazzo. Porque el equipo de Ibon Navarro sí compareció. Desde el primer minuto, con defensa agresiva, piernas frescas y un plan claro para incomodar a Tavares, el conjunto malagueño se presentó con la intención de discutirle el ritmo al campeón. Lo consiguió por tramos, incluso cuando parecía desbordado por el talento blanco. Pero cuando llegó el momento de cerrar el partido, volvió a imponerse la jerarquía.Fue un encuentro de picos altos y bajos, más emocional que táctico. Unicaja quiso imponer músculo y velocidad; el Madrid, contención y oficio. El resultado fue un duelo áspero, irregular, con fases de mucha tensión, gritos en los banquillos y técnicas en ambos lados. Llull encendió la mecha al final del primer cuarto. Hezonja firmó su particular show en el tercero. Y Campazzo, como tantas veces, lo remató en el último.La salida de Unicaja no tuvo nada que ver con la del primer partido. Perry y Taylor le dieron las primeras ventajas, mientras Kravish hacía de ‘stopper’ ante Tavares. El Madrid, sin embargo, se contagió de la intensidad defensiva de su rival y no se dejó amedrentar. Hezonja asumió esa responsabilidad ofensiva antes de la entrada a pista de Sergio Llull. El capitán, el único que se quedó sin anotar en el primer partido, se erigió en figura clave para dar la primera ventaja a su equipo a falta de un minuto para cerrar el primer cuarto (18-17). El mallorquín fue también el encargado de poner el 23-19 con el que concluyó ese periodo con una de sus mandarinas.Unicaja había entrado mucho mejor al encuentro y, aun así, no lograba ponerse por delante. Sin Tavares en pista, los andaluces trataron de explotar su juego interior, y gracias a eso el duelo volvió a igualarse. A partir de ahí, se entró en un tramo de intercambio de canastas y errores que marcaron el tono general del segundo cuarto: intensidad, sí, pero también descontrol.La técnica a Balcerowski por protestar una posible falta elevó el voltaje, y luego llegó una jugada que rompió momentáneamente el ritmo de Unicaja. Sima tenía un contraataque claro para empatar, pero el pase fue malo, Carter perdió el balón y Feliz castigó con una falta recibida y un triple posterior. Del posible empate, se pasó a cinco puntos seguidos para el Madrid (36-29).La tensión se disparó antes del descanso. Kam Taylor taponó con contundencia a Hugo González cuando ya se cantaba el mate. Poco después, otra acción enredada terminó con falta a Abalde y técnica por protestar del propio Taylor. El caos se apoderaba del juego y también de los banquillos. Ibon Navarro, desquiciado con el arbitraje y, sobre todo, con la acumulación de pérdidas -acabaron con 22-, recibió otra técnica en mitad de ese tramo turbio, que concluyó con ligera ventaja para el Madrid (46-41).Esa renta de cinco se convirtió en diez nada más comenzar el tercer periodo gracias a Campazzo, que una vez más apareció en un momento clave con dos acciones consecutivas: un triple y una entrada vertiginosa a canasta que catapultaron al Madrid.Y aún quedaba Hezonja. El croata, desatado, enchufó un triple desde más allá de los ocho metros y se giró hacia la grada con sonrisa canalla. Unicaja sumó a las pérdidas la precipitación en el tiro y llegó a estar -19 (63-44). Pasaba por su peor momento y dependía de un milagro. Este llegó en forma de la tercera falta de Tavares. Campazzo también se fue al banquillo, y ahí empezó la reacción de los verdes.Taylor comenzó a penetrar para aprovechar la debilidad de Fernando, mientras Perry golpeaba desde el exterior. Unicaja afrontaba el último periodo con vida, y eso los espoleó.El arranque del último cuarto fue, para el Madrid, un pequeño colapso. Casi cuatro minutos sin anotar, con ataques trabados, lejanos, empujados por una defensa de Unicaja que se multiplicaba en ayudas y obligaba a jugar siempre dos metros más atrás. Perry aprovechó el atasco blanco con cinco puntos seguidos -una de dos, un triple- que redujeron la diferencia a cuatro (67-63). La tensión creció de golpe. Fernando se marchó visiblemente molesto tras ser sustituido, y el Madrid, aún sin Tavares, resistía con Garuba como ‘cinco’ improvisado.Hezonja rompió la sequía con una canasta tras dos rebotes ofensivos, pero Sima respondió de inmediato. Djedovic posteó con acierto a Feliz y volvió a acercar a Unicaja (69-66). El Madrid, incómodo, encontraba muy pocos caminos al aro. Garuba, inesperadamente, fue quien rescató al equipo con un triple desde la frontal que desatascó el ataque (72-68). A continuación, Hezonja sumó otro desde la esquina y, en el contraataque posterior, Llull forzó una falta antideportiva de Carter, frustrado tras perder el balón.Entonces apareció Campazzo. Primero, dos tiros libres. Después, la jugada que sentenció el partido: triple desde la esquina, falta de Perry y adicional convertido. Un 3+1 que colocó el 83-71 y obligó a Navarro a parar el partido. Pero ya era tarde. El parcial era de 15-3. Campazzo había herido de muerte al rival, y la frustración estalló en el banquillo visitante: técnica a Ibon Navarro, que acabó expulsado en el último minuto.El base argentino (18 puntos al final, los mismos que Hezonja) puso el broche con otro triple para sellar el 2-0 en la serie con autoridad creciente. Unicaja resistió, mordió y se acercó, pero cuando el partido entró en el tramo decisivo, el Madrid lo resolvió como tantas veces.

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