Médicos de toda España secundan la huelga contra el estatuto marco de Mónica García

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Médicos de toda España secundan la huelga contra el estatuto marco de Mónica García

Médicos de toda España no han acudido este viernes a sus puestos de trabajo en protesta por el estatuto marco -la norma que regula las condiciones laborales del personal sanitario- que prepara el Ministerio de Sanidad. Los convocantes de la huelga , la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) y el Sindicato Médico Andaluz, han calificado de «éxito» la convocatoria, a la que aseguran que han acudido miles de médicos, aunque su seguimiento ha variado mucho en función de comunidades autónomas y centros sanitarios. Según los convocantes, el seguimiento ha sido cercano al 90 por ciento en la mayoría de comunidades en las que los médicos han parado, aunque las consejerías de Sanidad que han facilitado datos al respecto rebajan esas cifras. Además, resaltan la «implicación» del colectivo MIR, del que aseguran han participado más del 90 por ciento. «Han entendido que el futuro de la sanidad pública pasa por un estatuto que les dignifique y reconozca su singularidad», celebra Miguel Lázaro, presidente de CESM.Bien es cierto que los sindicatos que convocaban el paro no tienen la representación mayoritaria en algunas comunidades como Madrid, Cataluña, País Vasco o Galicia, por lo que ya se esperaba que en estos territorios el seguimiento fuera menor. Sin embargo en estas autonomías grupos de facultativos han decidido parar, pues la huelga ha sido convocada para toda España. En Galicia, por ejemplo, la Consejería de Sanidad ha asegurado que el seguimiento ha sido del 15,5%, con más fuerza en los hospitales que en la atención primaria. En Cantabria, el Ejecutivo regional ha cifrado el seguimiento en el 54%, una de las cifras más altas junto a Andalucía donde, según la Junta, han hecho huelga el 50,2 por ciento de los médicos. mientras en Murcia los datos de la Consejería de Salud lo sitúan en el 39,9% de los médicos y en el 44,7% en el de los residentes. En Canarias, Sanidad asegura que el paro ha sido secundado por el 31,36 por ciento de los facultativos. Noticia Relacionada La mantiene para los jefes de servicio estandar Si Sanidad renuncia a la exclusividad en la pública para médicos tras el MIR Mayte AmorósLa Consejería de Sanidad de Castilla y León, por su parte, ha cifrado el seguimiento en el 32 por ciento, alcanzado el 41,67 por ciento en atención hospitalaria (2.143 profesionales en huelga) y del 16 por ciento en atención primaria (389 en huelga). En la Comunidad Valenciana, la consejería asegura que ha sido del 29 por ciento. El departamento de salud vasco, en el 9,98%. En Cataluña, el impacto del paro también ha sido menor al de otras comunidades. El presidente del Sindicato Médico Catalán (Simecat), integrado en CESM, Xavier Gastaminza, atribuye ese escaso seguimiento en la comunidad a «una maniobra» del Instituto Catalán de la Salud (ICS) que, según apunta, hasta las 14.30 horas del jueves no dio por autorizado el paro. «Primero nos dijeron que no era legal y cuando les demostramos que lo habíamos convocado bien nos indicaron que no habían recibido la notificación del Departamento de Trabajo. Esto ha hecho que muchos pensaran que no estaba autorizada la huelga», señala. Denuncia, asimismo, un «boicot encubierto» por parte del sindicato Médicos de Cataluña (MC), mayoritario en la sanidad catalana y que no secundó la convocatoria.A muchos pacientes además les ha pillado de sorpresa, generando cierto malestar. En el Hospital La Fe de Valencia estaba Concha, una mujer que esperaba ser atendida este viernes por el anestesista como parte del proceso previo a una operación de cataratas, pero que se ha encontrado con la desagradable sorpresa de que su cita había sido suspendida. «La huelga me ha afectado pero bien», lamenta. En la puerta de la consulta le han comunicado que le han reubicado la cita «donde han podido», lo que ahora le genera incertidumbre ante la posibilidad de que la intervención, largamente esperada, también se vea retrasada.En el caso de Luciana, madre de un niño de ocho años con una enfermedad neuromuscular progresiva e incurable, la situación ha sido especialmente frustrante. Tras esperar seis meses para una revisión esencial, recibió una llamada apenas media hora antes de salir hacia el hospital: la cita había sido cancelada. «No nos han reprogramado nada, solo nos han dicho que ya nos llamarían», explica con resignación. Luciana denuncia sentirse «desamparada» y con una creciente sensación de impotencia ante la falta de alternativas.Situación similar en Castilla- La Mancha. Nicolasa García, de 87 años, venida desde Santa Cruz de la Zarza, a 90 kilómetros de Toledo, lamentaba desde su silla de ruedas que le podrían «haber avisado antes». Mientras, en la consulta de Neurología, un señor de 85 años y su hija que prefirieron no identificarse afirmaban en cambio que todo había transcurrido con normalidad. Por si acaso, el día antes habían llamado a la enfermera, alertados por la huelga, «a ver si vamos a ir para nada». En Castilla y León, Nuria y Fernando se encontraban al llegar a Valladolid que su cita médica con el neumólogo había sido cancelada por la huelga. «En unos días nos mandarán otra cita», explica Nuria, que acompañaba a su padre a la consulta programada para este viernes y comprensiva con la movilización de los facultativos porque la «sanidad está fatal». «Podían habernos avisado con más tiempo, eso sí», señala. Líneas rojasLos médicos protestan contra el estatuto marco que prepara el Ministerio de Sanidad. Desde que se empezaron a conocer varios de los puntos que contendría el texto, los facultativos expresaron su malestar con la propuesta y comenzaron con movilizaciones. Consideran que por las especifidades de su profesión deberían tener un estatuto propio que negociaran ellos mismos y no los sindicatos presentes en el ámbito de negociación donde se está desarrollando el texto.Así, los médicos denuncian que mientras para el resto de profesionales sanitarios se establecen jornadas laborales de un máximo de 37,5 horas para ellos estas horas aumentan hasta las 45, que se mantengan las guardias obligatorias, que las horas de estas se paguen por debajo de la hora ordinaria o que además no computen para la jubilación. También se oponen a la exclusividad que el departamento de Mónica García quiere exigir a jefes de servicio y otros mandos intermedios, por la que estos profesionales no podrán trabajar a la vez en la sanidad pública y en la privada. Con información de Alba Pérez, Juan Antonio Pérez, Miriam Antolín y Esther Armora .

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