El informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que implica a Santos Cerdán en el reparto de comisiones millonarias por adjudicación ilegal de obras públicas, entre otros delitos, ha golpeado de lleno la línea de flotación del Gobierno y ha reabierto la idea de una moción de censura. Cuestión a la que se resiste por el momento Alberto Núñez Feijóo , consciente de que no cuenta con los apoyos necesarios para sacarla adelante, pero que en Génova no se resignan a conseguir dentro de algunos meses. « Hay cierta evolución tímida », ha reconocido este sábado Borja Sémper al hablar de la postura de esos socios del Gobierno en las últimas horas, en las que algunos de ellos ya no se rechazan de plano una moción como hacían antes de conocerse el informe. Para el portavoz del PP, los aliados de investidura de Sánchez están todavía en « un proceso de duelo », tratando de «entender la realidad y aceptarla». pero le parece complicado que puedan mantener esa posición con el nivel de escándalos actual y, según indicó en una entrevista en Radio Nacional, «los que quedan por salir». «Todos los socios, en mayor o menor medida, van a ir evolucionando en su posición, porque es inaceptable y es inasumible para cualquier partido defender a un gobierno acosado por casos de corrupción », ha apuntado Sémper, quien señaló directamente a Junts y PNV como las dos formaciones que más cerca podrían estar de descabalgar a Sánchez del poder. Noticia Relacionada estandar Si La comparecencia de Sánchez no frena el descontento ni la tensión en el PSOE Mariano Alonso Un antiguo presidente autonómico lamenta las «pocas explicaciones» ofrecidas por el presidenteEn cualquier caso, en el PP están convencidos de que será muy complicado que eso ocurra y de ahí que en las últimas horas hayan atacado con dureza tanto a los separatistas catalanes como a los nacionalistas vascos, con los que el PSOE comparte gobierno en el País Vasco. « El PNV se ha convertido en el lacayo de Sánchez y en su encubridor », decía este viernes Miguel Tellado, portavoz del PP en el Congreso. Una idea reproducida por otros dirigentes populares, que buscan con este señalamiento una reacción de los socios. Bien para apoyar la moción o bien para posicionarse a favor de Sánchez, lo que redundaría en un rédito electoral para el Partido Popular. El peligro de la moción, entiende Génova, es que una derrota significaría «legitimar a Sánchez para lo que queda de legislatura» y están convencidos de que el presidente haría «lo que fuera» para hacer cambiar de idea a cualquier partido que decidiera apoyar esa moción del PP. « Sería una cuestión de precio », ha afirmado Sémper, al que no le extrañaría que el presidente del Gobierno aceptara cualquier petición con tal de seguir en La Moncloa. «Sería un juego más de intercambio de intereses, que es lo que venimos viendo a lo largo de la legislatura», ha dicho, en referencia a la amnistía pactada con Junts o a las cesiones al PNV dentro de la denominada agenda vasca. La provocación de los dirigentes del PP, además de buscar una reacción de los socios, se enmarca en el convencimiento de que no hay por el momento ninguna opción de aglutinar los apoyos necesitarios para que salga adelante la moción. «Lo racional sería que el presidente del Gobierno aceptara la realidad, disolviera las Cortes y diera la palabra a los españoles. Pero mientras eso no ocurra, hay que recoger esa indignación generalizada», ha señalado Sémper.

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