Judit Mascó: «No soy radical, pero me puede alegrar que pierda el Madrid»

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Judit Mascó: «No soy radical, pero me puede alegrar que pierda el Madrid»

—¿Qué supone el deporte en su vida?—Lo he vivido de forma muy natural. Siempre lo he practicado porque en mi casa se hacía deporte, sobre todo de montaña y al aire libre. De joven, tenía un buen ADN y no me ocupaba de mi cuerpo, ni tenía tiempo, ni pensaba en ello. Con los años, te conciencias de lo importante que es la constancia para mantener la figura pero, sobre todo, para el estado emocional y la salud. Y luego, como afición, hemos sido muy del Barça.—Veo que tiene ganas de meterse en harina.—Es que, en mi casa, hemos sido muy del Barça, de ir a los partidos. Era tradición familiar, los domingos, la comida de todos y, luego, ir al Camp Nou.—¿Sabe que Lamine Yamal y usted empezaron a la misma edad?—Pues sí. Me sirve esto para explicar, por ejemplo, las dificultades a las que me he enfrentado en mi profesión porque, a veces, sólo se ven los resultados. Pero ¿quién está preparado a esas edades? Tú sueñas cosas que no son reales. Con 17 años, yo me iba al extranjero, con una carta firmada por mis padres para poder volar. Y no sabes lo que te vas a encontrar.—¿Dígame cómo se siente uno con 17 años, siendo un elegido? ¿Creces más rápido?—Claro. Los ‘noes’ de los castings me los tomaba como algo personal. Luego te das cuenta de que no. Te endurece, entras en un mundo muy competitivo de adultos y vas a tener que estar entre los primeros porque, si no, no vas a poder vivir de esto. Es difícil.Noticias relacionadas estandar Si Hinchas Luis Miguel Encabo: «Un jugador como Pedri en el Real Madrid sería la leche» María José Hostalrich estandar Si Hinchas César Cadaval, de los Morancos: «Le tiré un beso a Dragutonovic y me pegó una hostia que aún la siento» María José Hostalrich—Si Linda Evangelista fue la Messi de la moda, ¿quién fue Judit Mascó?—Ni idea. Pero sí tuve la suerte de estar en un ‘dream team’ de top models y de mujeres con las que compartí muchas experiencias. No era titular. Igual estaría en el primer equipo, pero en el banquillo. Tiene su mérito y estoy muy contenta. Con la sensación de vivir un momento histórico en la moda.—Por fin le toca presumir de su Barça triunfador.—Sí, sí. Ya me había desilusionado. Recordaba tantos éxitos y, de repente, te vienen épocas de mucha sequía. Y cuando ves que esa situación se remonta con un entrenador nuevo, con un equipo de niños… es que me producen ternura.—A los rivales no les despiertan ninguna ternura.—Ya lo sé. A los pocos que no son tan jóvenes les veo muy mayores. Como si establecieran una relación de padres e hijos. Incluso las ‘idas de olla’, como yo las llamo, típicas de adolescente, celebrando o vistiendo como lo hace alguno, sabes que son cosas de críos. Toca hacerlo a esa edad. Está bien.—Léame el futuro que le adivina a esta guardería de talentos.—Lo veo ilusionante. Una buena cantera, salida de La Masía y que acaba de demostrar todo lo que ha demostrado y con tantos años aún por delante, menuda maravilla.—¿Lamine va a ser mejor que Messi?—No lo sé. Sé que es un gran jugador y que es muy joven, pero en la vida pueden pasar muchas cosas, incluso que no tengan que ver con el fútbol, más bien con su entorno.—Se le está cuestionando ya hasta que vaya con gorra a una rueda de prensa.—Bueno. Son ellos quienes lo tienen que ir viendo. Lo considero algo normal, porque yo soy madre y nuestros hijos pasan por momentos así. Pero tienen que aprender a saber estar, con el tiempo.—La 2025-26 ¿va a ser una temporada muy competida o el Barça volverá a mostrar su supremacía?—Supremacía, pero ha costado. Aquí siempre se sufre y no tengo ninguna duda de que volveremos a sufrir. Tenemos fama de vivirlo así. Me haría muy feliz ganarlo todo. Pero aquí siempre se sufre y el Real Madrid no lo pone nunca fácil.—¿Se puede ser culé sin ser antimadridista? Prohibidos los silencios valorativos.—A mí me cuesta. No soy radical con eso, pero me puede alegrar que pierda el Real Madrid. Les pasa igual a ellos. Es la competencia histórica.—Su jugador de referencia.—Puyol, Iniesta… Me pasa como cuando ves una orquesta. La gente se fija en el cantante y nadie lo hace en el batería, que es quien marca el ritmo y el tempo y, a partir de ahí nace todo. Me gustan ese tipo de jugadores que le dan estabilidad al equipo.—¿Sigue también al equipo femenino?—Eso sí que ha sido histórico. El cambio que ha supuesto el no tener ni idea de fútbol femenino a llenar campos, estimular el fenómeno fan y que las caras ya se conozcan, que sean esperadas en los photocall y que ganen y ganen. Eso es único. Todo lo que sé es gracias a mis hijas.—La brecha sigue siendo enorme.—Si, claro. Hace unos días presenté un evento sobre deporte femenino. Y leyendo el guion pensé: ‘¿cómo puede ser que no sepas quiénes son estas grandes mujeres?’ ¡La mejor jugadora de waterpolo del mundo! Y es de aquí. Me sentí mal al comprobar que no conocemos a estas mujeres, con todo lo que han conseguido. Queda mucho por hacer.MÁS INFORMACIÓN noticia Si Gabriel Rufián: «El Madrid está pagando este año el fichaje de Mbappé» noticia No Ramón García: «Son el Madrid y el Barça los que tienen que envidiar al Athletic» noticia Si «En la élite los árbitros cobran mucho; puede justificarse su sufrimiento»—Sobre todo, cuando escuchas que España sólo ha tenido a dos Balones de Oro y se olvidan de los cuatro de Putellas y Bonmatí.—Y cuando hablamos de la final de la Champions y tenemos que matizar que es femenina. Yo, ahora, también me refiero a la de ellos como final de la Champions masculina. Con las palabras también hacemos pedagogía.—¿Sería capaz de establecer un cierto paralelismo entre un deportista y una modelo?—Que cuando eres constante y hay un equilibrio hay resultados. Y esos resultados te ayudan a lograr objetivos. Para llegar donde quiero, necesito colocar todas las piezas del puzle.—Como Alcaraz, al que usted ha visto ganar en Roland Garros. Dígame, ¿es humano?—Da la sensación de que la finalidad es siempre levantarse, que de todo se aprende y que nunca debe darse uno por vencido porque siempre podemos sacar algo más. Y, en ese intento de llegar, también hay un valor. En definitiva, es creer en uno mismo. Y, si no se llega, el esfuerzo es un aprendizaje que te diferencia de los demás. Y lo digo por experiencia propia. Carlos y tantos otros saben sacar esa fuerza. ¿Quién, si no, remonta algo como lo del otro día, si es casi inhumano?

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