Gerard Garriga: «En Nueva Zelanda como máximo ganas 80 euros a la semana con el fútbol»

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Gerard Garriga: «En Nueva Zelanda como máximo ganas 80 euros a la semana con el fútbol»

De los 32 equipos que disputan el Mundial de Clubes, hay uno que es profesional. En Nueva Zelanda, el fútbol es un deporte amateur, y como tal es considerado el Auckland City , actual campeón de su país y de la Champions oceánica. Allí juega desde 2022 el mediocampista español Gerard Garriga (28 de mayo de 1993, El Morell, Tarragona), una aventura exótica que comenzó en 2017 para aprender inglés mientras se pagaba el alquiler limpiando váteres de centro comerciales. Ocho años después, aquí está en Estados Unidos, en todo un Mundial de Clubes, pero la realidad es que la diferencia frente al resto es abismal, como quedó patente en su debut ante el Bayern (10-0).-¿En España jugaba al fútbol?-Sí, lo hice en la Preferente catalana. Primero en El Morell y, luego, en el Atlétic Alpicat. Lo compaginaba con la carrera de INEF y para pagarme los estudios y el alquiler entrenaba a los niños de la Academia del Alpicat y luego me hicieron coordinador del club.Noticia Relacionada PSG 4 – Atlético 0 estandar Si El Atlético se estrella ante el campeón de Europa Daniel Cebreiro-En septiembre de 2017 decide irse a Nueva Zelanda. ¿Por qué?-Terminé la carrera, el trabajo de coordinador del Alpicat me generaba estar 24/7 en el fútbol y necesitaba desconectar. Así que como yo quería trabajar de profesor, antes de dar el paso quise aprender inglés. Mi hermana se había ido a Inglaterra y yo iba a hacer lo mismo, pero un excompañero del Alpicat se había marchado a Nueva Zelanda y me recomendó que hiciera lo mismo. Tardó cinco minutos en convencerme. Creía que era una gran aventura para desconectar del fútbol y regresar a España con las pilas cargadas, pero nada salió como yo pensaba. -Se iba para tres meses y lleva ocho años-Sí, sí. Esa era mi idea. Tres o seis meses, pero se fueron dando ciertas circunstancias y la cosa se ha alargado ocho años. -Y dijo que no quería saber nada del fútbol, pero no tardó mucho en desmentirse a sí mismo.-Pues sí, la verdad (risas). Con este excompañero y con otros españoles con los que hicimos pandilla, íbamos a ver entrenamientos y partidos. Y me empezó a picar de nuevo a picar el gusanillo. Ellos me ayudaron a probar con equipos de la Primera división de Nueva Zelanda, lo que se le conoce como la Liga de las Franquicias, pero resulta que ninguno me cogió. Así que probé en equipos de Segunda y me fichó el Western Springs. Y, por suerte, subimos esa misma temporada.-¿Por qué no le cogieron en equipos de Primera?-Pues mire, el fútbol allí es muy diferente, es muy físico y directo. Así que era difícil adaptarme en solo dos semanas y demostrar en cinco entrenamientos que valía. Además, no sabía mucho inglés y el club que me contratara tenía que pagarme el visado e, imagino, que no estaban seguros de esa inversión. Entiendo que en ese momento pensaran que no les iba a servir, pero por suerte el Wester Springs sí lo hizo y ahí empezó todo. «Algunos jugadores somos también empleados del club. Tenemos un contrato de coaching. Estamos a disposición del club para lo que necesiten» Gerard Garriga-¿Se puede vivir siendo futbolista en Nueva Zelanda?-No, para nada. El fútbol no es un deporte profesional allí. No entendemos por qué, pero es así. El sueldo tope que ha establecido la Federación es de 150 dólares neozelandeses a la semana, que vienen a ser unos 80 euros. Es decir, serían 320 euros al mes. Con eso no te pagas ni unos noodles. Tienes que tener otros trabajos para subsistir. Solo hay una manera de vivir del fútbol en Nueva Zelanda. Aparte de ser futbolista, algunos jugadores somos también empleados del club. Tenemos un contrato de coaching. Es decir, estamos a disposición del club para lo que necesiten. Entrenamos a niños de la Academia, vamos a colegios a hacer ‘community coaching’ para promocionar los valores del fútbol… Yo vivo del fútbol en el Auckland City, pero no viviría si fuera solo futbolista y ya.-Entonces, antes de fichar por el Auckland, le tocó compaginar un trabajo con jugar con el Western Springs y el Waitakere United.-Así es. Al principio, cuando no sabía inglés, trabajé en una empresa de limpieza en la que el jefe era argentino. Limpiaba casas, moquetas, váteres de centro comerciales, construcciones que se habían terminado… Luego, cuando ya aprendí inglés, trabajé de camarero en dos restaurantes.-El rugby se lo comerá todo allí, imagino.-Sí, claro. El rugby, el cricket y el baloncesto son los deportes profesionalizados, pero la realidad es que el fútbol es el deporte más practicado en Nueva Zelanda. Hay mucho seguimiento y ha crecido mucho, pero como la liga no es profesional, pues es complicado dar un salto más. La Federación, en lugar de profesionalizar la liga, ha mandado dos equipos a competir a la liga de Australia. Es decir, prefieren invertir dinero y potenciar los clubes en lugar de profesionalizar la liga. Debe ser que le interesa más lo de los clubes. -En el Auckland ha ganado dos ligas y cuatro Champions. No es mal palmarés.-Sí, sí, no está mal. Sobre todo porque tuve que empezar desde bien abajo, me rechazaron al principio, como le he comentado, y he tenido que trabajar de lo que sea para pagar mi alquiler y poder cumplir mi sueño. Tengo una carrera y vine para aprender inglés, pero tocó remangarse y tener algo de suerte para poder volver a jugar al fútbol. Y con eso me quedo. Todo lo que he conseguido me ha costado mi esfuerzo. Gerard Garriga, en el partido del estreno del Auckland ante el Bayern de Múnich Reuters-Y ese esfuerzo les ha traído al Mundial de Clubes. Una alegría y un dolor de cabeza, porque menudo grupo les ha tocado: Bayern, Benfica y Boca. Y una paliza para empezar.-Cuando salió el grupo estábamos muy contentos porque nos habían tocado tres equipos muy potentes e históricos. Ese era el premio de estar aquí y ese fue nuestro primer pensamiento porque quizás no juegues nunca más con ellos, pero ahora que ya estamos en el torneo, pues es verdad que quizás no hubiera estado mal que nos hubiera tocado un grupo algo menos duro para poder competir. Sabemos que hay mucha diferencia entre ellos y nosotros, pero lo tomamos como un reto y así será también ante Benfica y Boca.

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