Miguel Alcubierre, físico: «En cien años tendremos astronautas por todo el sistema solar»

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Miguel Alcubierre, físico: «En cien años tendremos astronautas por todo el sistema solar»

El suyo fue un sueño de juventud. El sueño de un estudiante, un chico mexicano que, en 1992, durante su posgrado en Cardiff, se divertía con sus compañeros viendo series de ciencia ficción. El sueño de Miguel Alcubierre , sin embargo, iba a marcar su vida para siempre. Todo surgió viendo un episodio de ‘Star Trek, la nueva generación’, con la nave estelar Enterprise moviéndose a velocidad de curvatura, más deprisa que la luz. «Me quedé pensando durante la noche -explica en esta entrevista con ABC- y se me ocurrió la idea». Al día siguiente empezó a hacer los cálculos, y dos años más tarde, en 1994, esa idea se convirtió en un artículo científico, publicado en la revista ‘Classical and Quantum Gravity’. No se trataba de un motor, sino de una brillante solución de las ecuaciones de la Relatividad de Einstein, un modelo de la geometría del espacio tiempo, conocida desde entonces como ‘la métrica de Alcubierre’ y que, en principio, sí que permitiría viajar más deprisa que la luz.Se hizo famoso de la noche a la mañana. Y hoy, 30 años después, sigue disfrutando de esa fama, y ello a pesar de no haber vuelto, nunca, a trabajar ni publicar nada sobre ese tema. Invitado por la Agrupación Astronómica de Teruel, Miguel Alcubierre (Ciudad de México, 1964) acaba de visitar España para recorrer los lugares donde vivió su abuelo, aragonés exiliado al final de la Guerra Civil, y pronunciar varias conferencias. En esta entrevista cuenta su historia, su inesperada pero bienvenida fama, y sus esperanzas de que un día, aunque sea dentro de mucho tiempo, alguien consiga superar los hoy insuperables desafíos para construir un motor capaz de llevarnos por todo el Universo. Más deprisa que la luz.Noticia Relacionada Astronomía estandar Si Descubren un modo de detectar motores de curvatura extraterrestres ‘averiados’ en el espacio José Manuel Nieves-En 1994 publicó un estudio sobre la posibilidad de viajar más deprisa que la luz. ¿Por qué no ha realizado ninguna otra investigación sobre ese tema desde entonces?-Lo que yo investigué no fue un motor. Lo que propuse fue un modelo de una geometría del espacio-tiempo que en principio sí permitiría viajar más rápido que la luz. Fue más bien una solución de las ecuaciones de campo de la relatividad. Lo que pasa es que cuando publiqué el artículo, «robé» el nombre de la ciencia ficción en inglés, ‘Warp Drive’, que se traduce como motor o propulsión por curvatura. Por eso la gente piensa que diseñé un motor, pero nada más lejos de la realidad. Simplemente senté los fundamentos sobre los que se tendría que basar ese motor. Esta métrica es una geometría del espacio-tiempo, y la relatividad general nos dice que, en el Universo, la gravedad es una curvatura, una distorsión de la geometría del espacio-tiempo. Se me ocurrió hacer lo mismo pero a una escala muy pequeña, igual que la expansión del universo, pero aplicada a una nave.-¿Y nunca ha vuelto a insistir en esa métrica, en la aplicación de su idea en un motor real?-No, no he vuelto a tocar el tema para nada. El artículo es de 1994. Eso sí, publiqué hace tres o cuatro años, junto con un colega de una universidad en Portugal, un resumen de lo que había ocurrido en los últimos 25 años alrededor de esa idea, pero en realidad son artículos que han publicado otras personas. Yo me quedé simplemente con el artículo original. No es a lo que me dedico. Mi investigación principal es sobre todo en agujeros negros y en ondas gravitacionales.Ojalá alguien, en el futuro, use mi idea para viajar más deprisa que la luz-¿Y cómo se toma usted que se le conozca sobre todo por eso? ¿No le da un poco de rabia?-Sí, me da un poco (ríe). Y es verdad que me conocen sobre todo por eso en el ámbito popular, en la prensa y en las redes, pero en el ámbito científico, entre mis colegas, afortunadamente sí saben de mi otro trabajo más «normal». Cuando me citan, citan mis trabajos en agujeros negros y en ondas gravitacionales. De hecho, tengo un libro publicado sobre relatividad numérica, que son simulaciones computacionales de agujeros negros. Me da mucho gusto cuando encuentro estudiantes que me dicen que aprendieron este tema de mi libro. Ahí digo: «Bueno, ellos no me conocen por el motor de curvatura, me conocen por mi verdadero trabajo de investigación».-Si pudiera dar marcha atrás en el tiempo, ¿escribiría de todas formas ese artículo, o sabiendo lo que iba a pasar, preferiría no haberlo hecho nunca?-Sí, sí lo escribiría. Creo que fue una idea original e interesante en su momento y que llamó la atención. A mí me gustó, y además confieso que he aprovechado el hecho de hacerme famoso, digamos, entre el público más general. Lo he aprovechado para hablar de divulgación, de relatividad, de Einstein, para dar charlas y conferencias. Me invitan mucho, sobre todo para hablar de ese tema, pero ahí voy yo y aprovecho para hablar también de otras cosas. Creo que ese artículo de 1994 me ha ayudado a que se formen vocaciones científicas. Llegar a los jóvenes que aún no han decidido su carrera y que muchos de ellos me digan: «Decidí estudiar física gracias a usted», eso para mí es muy bonito y emotivo. Me enorgullece sentir que estoy teniendo un impacto en la juventud. Entonces, sí, lo volvería a escribir, pero ya sabiendo lo que iba a pasar, porque cuando lo escribí nunca pensé que me fuera a hacer famoso.Energía negativa-Han pasado 30 años de aquella publicación, y evidentemente han ocurrido muchas cosas. Otros se han basado en su artículo para profundizar en su idea. Y aunque usted no se dedique a los motores de curvatura, ¿nunca se le ocurrió participar en eso?-En realidad no, porque cuando la presenté, la idea estaba ya concluida, y además quedaba muy claro cuáles eran los problemas para aplicarla. Esos problemas no se han superado en 30 años, ni por mí ni por nadie más. Por eso es una idea que en principio está bien, las matemáticas son correctas, la teoría de la relatividad de Einstein permite este tipo de soluciones, pero tiene inconvenientes insalvables. Uno de ellos es la energía negativa.-¿Qué es la energía negativa?-Normalmente, cuando los astrofísicos resolvemos las ecuaciones de Einstein, proponemos una distribución de materia y energía y resolvemos ecuaciones muy complicadas para encontrar la curvatura del espacio-tiempo asociada a esa distribución de materia. Lo que yo hice es justo lo contrario: propuse un espacio-tiempo con cierta geometría que sonaba interesante, y a partir de ahí, estudié cuál sería la distribución de materia y energía que se requeriría. Y al hacer eso, me encontré con algo que los físicos llamamos energía negativa. La energía negativa quizás no signifique nada para quien no es físico, pero es importante, porque si recordamos la famosísima ecuación de Einstein, E=mc2, nos dice que masa y energía son equivalentes. Entonces, cuando digo energía negativa, estrictamente estoy diciendo masa negativa, y la masa negativa, hasta donde sabemos. no existe.-Además de eso, ¿hay otros problemas?-Sí, incluso si la masa negativa existiese, la cantidad de energía negativa que se requeriría es gigantesca, porque el espacio-tiempo es muy difícil de deformar. Se requeriría el equivalente a 60 veces la masa del planeta Júpiter para mover una nave espacial del tamaño de un avión comercial justo a la velocidad de la luz, ni siquiera más rápido. Es una locura. La razón es que deformar el espacio-tiempo es muy, muy difícil. La Tierra, que produce la gravedad que sentimos todos los días, deforma el espacio-tiempo muy poquito, una parte en mil millones. Este motor de curvatura requeriría deformaciones muy fuertes y, por lo tanto, cantidades de energía negativas gigantescas. Debido a estos problemas, dije: «Bueno, esto a nivel teórico es interesante, las ecuaciones me permiten pensar en esto, pero en la práctica se ve imposible».-Entonces, su campo principal de investigación son las ondas gravitacionales, que se descubrieron por primera vez en 2015, después de un siglo de haber sido predichas por Einstein, ¿cierto?-Exactamente, es algo increíble lo de Einstein. Yo trabajo en simulaciones computacionales de sistemas con gravedad muy intensa y dinámica, en particular cuando dos agujeros negros chocan. Estos se mueven uno alrededor del otro siguiendo una trayectoria espiral porque pierden energía al emitir lo que llamamos ondas gravitacionales. Las ondas gravitacionales son perturbaciones a la gravedad que vienen de sistemas muy dinámicos y con gravedad muy intensa, como agujeros negros que chocan. Estas perturbaciones se alejan del sistema a la velocidad de la luz y son como olas en el espacio y el tiempo, perturbaciones en la geometría del espacio-tiempo. A veces las comparo con dar un martillazo en un tambor. Aquí lo que vibra es el espacio-tiempo y se propagan a la velocidad de la luz. -Einstein predijo las ondas gravitacionales un siglo antes, pero han resultado muy difíciles de detectar.-Sí, Einstein las predijo en 1916-1917, pero son muy difíciles de detectar porque son perturbaciones de la gravedad muy, muy sutiles, de muy baja intensidad. La tecnología para detectarlas no existía. El mismo Einstein, poco antes de morir en 1955, declaró que creía que nunca se iban a detectar las ondas gravitacionales, y no porque no existieran, sino porque eran tan difíciles de detectar que la tecnología nunca sería suficiente. Afortunadamente, en esto sí se equivocó. La tecnología se desarrolló, pero nos tomó décadas. Se detectaron por primera vez en 2015 y fueron motivo de Premio Nobel de Física en 2017 para los líderes del proyecto LIGO en Estados Unidos.-¿Cómo funcionan los detectores como LIGO?-Básicamente, en cada uno de los detectores -son dos observatorios a 3000 km uno de otro, ambos en forma de L- lo que cambia es el tiempo que le toma a la luz recorrer un brazo o el otro. Tienen forma de L, y cuando «pasa» una onda gravitacional, el tiempo que la luz tarda en recorrer cualquiera de los dos cambia de manera muy, muy pequeña, pero detectable. La razón por la que hay dos detectores tan separados, a 3.000 km uno del otro, es porque lo que se detecta son oscilaciones tan pequeñas que basta que un tren pase cerca para provocarlas. Entonces, se construyen dos detectores a miles de kilómetros de distancia para estar seguros de que si en algún momento los dos captan la misma diminuta vibración, al mismo tiempo y exactamente igual, ya sabemos que no fue un tren, sino algo que afectó al planeta entero y que viene del espacio.-Fue como despertarse un día con un nuevo sentido para estudiar la realidad…-Sí, y es algo muy bonito. Antes observábamos el universo sólo analizando su luz. Hay telescopios que «ven» esa luz en sus distintas longitudes de onda, desde las visibles a las ultravioleta, las infrarrojas, los rayos X, los rayos gamma.. Incluso las ondas de radio son un tipo de luz que no vemos a simple vista, pero que detectamos con radiotelescopios. Pues bien, los observatorios de ondas gravitacionales no detectan luz, sino vibraciones en el espacio. En cierto sentido, si se quiere, son análogas al sonido. Es como si tuviéramos excelente vista hasta hace 10 o 15 años, pero no pudiéramos oír, fuéramos sordos, y de repente un día empezamos a oír. Y, de repente, percibimos muchas cosas que con la vista nunca hubiéramos podido. Gracias a las ondas gravitacionales, de alguna manera, ahora estamos «oyendo» al universo. Y somos capaces de detectar cosas nuevas muy interesantes, sobre todo colisiones de agujeros negros, de estrellas de neutrones, quizá en algún momento explosiones de estrellas que, al estar tan lejos, no podemos ver…Alcubierre, en una conferencia en Zaragoza Ramón CometLas ondas del Big Bang-El ‘santo grial’ de esta investigación sería poder encontrar las ondas gravitacionales del mismo Big Bang…-Correcto. Eso es algo que se va a buscar. De momento, detectores como LIGO no tienen la sensibilidad adecuada ni están diseñados para esas señales, porque esas ondas que vendrían de la gran explosión serían incluso más débiles, y además en rangos de frecuencia distintos. Pero ya se está planeando la construcción de detectores más avanzados, algunos incluso en el espacio. Hay una misión, LISA, ya aceptada por la NASA y la Agencia Espacial Europea. Si todo sale bien, se lanzará en 2035. Será una misión espacial con satélites en órbita alrededor del Sol, que estarían enviando rayos láser entre uno y otro y midiendo cómo vibra el espacio entre esos satélites. Eso sí que tendría la capacidad para detectar, quizá, las ondas gravitacionales del origen del universo.-¿Quiere decir las ondas gravitacionales causadas por el Big Bang?-Exactamente. Serían ondas muy, muy largas. Si se pudieran ver, sería algo realmente muy interesante porque de momento, la información que tenemos de la Gran Explosión viene del fondo cósmico de microondas, que son ondas de radio, una reliquia del propio Big Bang. Pero esas ondas de radio se formaron casi 400.000 años después de la Gran Explosión. En cambio, las ondas gravitacionales se hubieran generado fracciones de segundo después de la Gran Explosión. Si pudiéramos detectarlas, estaríamos realmente viendo casi, el instante de la Gran Explosión, lo cual sería maravilloso.-Para que se entienda bien, la luz, en cualquiera de sus longitudes de onda, no podía viajar libremente hasta casi 400.000 años después del Big Bang, mientras que las ondas gravitacionales sí.-Exacto. Todo lo que ven nuestros telescopios está basado en la luz, da igual la longitud de onda que sea. Pero claro, la luz no se «hizo» hasta 380.000 años después del Big Bang, que fue cuando los fotones, las partículas que transportan la luz, pudieron empezar a viajar libremente por el espacio. Con las ondas gravitacionales, sin embargo, podemos ir mucho más atrás, hasta el punto cero. Eso lo hace súper interesante y podría ayudarnos a entender cuál fue realmente el origen del universo, cómo ocurrió el Big Bang, o por lo menos muy cerca del Big Bang. Nos ayudaría a entender qué fue realmente lo que pudo haber ocurrido en las primeras fracciones de segundo, algo que hasta ahora no hemos tenido manera de comprobar.-Volviendo a la métrica de Alcubierre, siempre me refiero a ella diciendo que es como curvar el espacio hasta formar una burbuja, colocar una nave dentro, y entonces encoger el espacio por delante y estirarlo por detrás. ¿Funciona así o hay algo más?-Funciona exactamente así, esa es la idea básica. Tú no te mueves, pero en realidad el objeto hacia el que vas se acerca a ti porque el espacio se está encogiendo por delante, y el objeto del que tú sales se está alejando porque el espacio se estira detrás de ti. Vas a varias veces la velocidad de la luz, pero en realidad no te mueves, con lo cual no se viola el principio de que nada puede ir más rápido que la luz. Esa es la idea.-¿Cómo surgió esa idea?-La inspiración me llegó pensando en la expansión del universo. Sabemos que el universo se expande, y hay una ley, la ley de Hubble, que nos dice que cuanto más lejos esté una galaxia de nosotros, más rápido se aleja. Una pregunta natural es si puede haber una galaxia tan lejos de nosotros que se aleje más rápido que la luz. Y la respuesta es sí. A esa distancia le ponemos un nombre: el horizonte cosmológico. Una vez cruzado, las galaxias se alejan de nosotros más rápido que la luz, pero eso no viola la relatividad porque no es que las galaxias se muevan, sino que el espacio entre ellas se está estirando, y el espacio se puede estirar así de rápido sin violar ninguna ley física. La inspiración viene de ahí. Yo pensé: «¿Por qué no, si el espacio se puede estirar a grandes distancias, estirarlo también a pequeñas distancias?». Podría estirar el espacio detrás de una nave. Inmediatamente después dije: «Bueno, si se estira el espacio detrás de una nave, me aleja de lo que me queda atrás, pero no me acerca a lo que me queda delante, eso no me sirve». Entonces, ¿qué tal si por delante hago lo opuesto? Si el espacio se puede estirar, también se puede comprimir. Puedo comprimir el espacio delante de esa nave y estirarlo por detrás. Esa fue la idea original. Después hay que convertir esa idea en un modelo matemático, y ese fue mi trabajo de 1994.-¿Eso significa que teóricamente es posible?-Exacto, teóricamente es posible. El problema es, como dije, si la energía negativa realmente existe y, además, aunque existiera, las cantidades astronómicas que se requerirían. En la historia ha habido muchas cosas que eran teóricamente posibles,como los propios agujeros negros. Nadie pensaba que algo así pudiera existir, y ahora los detectamos por todas partes… Ojalá pasara lo mismo con mi métrica, pero de momento no se ve.Una idea de Star Trek-¿Es verdad que todo esto se le ocurrió viendo Star Trek?-Es cierto, es correcto. Yo estaba haciendo mi doctorado en Cardiff, la capital de Gales, en el 92. Los estudiantes de doctorado nos juntábamos, todos éramos ‘trekkies’ (no de disfrazarnos, pero sí de ver la serie de televisión porque nos gustaba). En alguna de esas ocasiones, viendo un capítulo de ‘La Nueva Generación’ (la serie que salía a fines de los 80, principios de los 90), me quedé pensando durante la noche y se me ocurrió la idea. Es una anécdota cierta.-¿Y con esa idea en la cabeza fue cuando empezó a hacer los cálculos?-Exactamente. Con esa idea en la cabeza me fui al día siguiente muy temprano al instituto a hacer los cálculos. Después de varias horas, ya tenía una idea más o menos de cuál podía ser la geometría. De eso a que se publicara el artículo pasaron casi dos años, porque hay que calcularlo, escribirlo, mandarlo a revista para que se revise, etcétera. Por eso salió en 1994. Digamos que fue un salto de la imaginación de Gene Roddenberry, el creador de la serie, a la ciencia aplicada. De hecho, ‘robé’ el nombre, ‘Warp Drive’, que es lo que ellos usan en la serie. Lo tomé a propósito y lo menciono en el artículo, diciendo que esto se parece mucho al Warp Drive de la ciencia ficción.-Entonces, ¿cree que la imaginación tiene un papel importante en la ciencia?-Desde luego. Para mí, la ciencia requiere mucha imaginación siempre. Es una actividad muy creativa. Se requiere imaginación cuando uno está haciendo una parte teórica, como los físicos teóricos. Uno tiene que tener imaginación para poder ‘ver’ las soluciones y los problemas que éstas pueden resolver. Después hay que hacer los cálculos matemáticos, claro, pero la imaginación te dice para dónde ir, qué cosas pueden funcionar. A veces uno se equivoca, desde luego, pero siempre te lleva en una dirección. La ciencia ficción, en mi caso, me inspiró mucho. Soy un fan de la ciencia ficción desde adolescente. Desde luego, muchas de las cosas que inventa la ciencia ficción seguramente nunca serán posibles, pero algunas otras sí. Y creo que sí que juega un papel a la hora de inspirarnos a buscar posibilidades y soluciones.-¿Y qué series de ciencia ficción está viendo ahora?-Recientemente vi las películas de Dune. También vi una serie de ciencia ficción que me gusta muchísimo que se llama ‘The Expanse’. Creo que es la serie que mejor diseña cómo será la expansión humana en el espacio. Es muy realista, porque la ciencia está muy bien hecha. No tratan de violar nada que conozcamos, todo está bien hecho, las naves se mueven como deben moverse. Es una serie maravillosa. Otra que vi muy recientemente, que es mucho más fantástica, es Andor, una serie que tiene que ver con el mundo de Star Wars. Me gustó mucho, no por la ciencia (ahí digamos que la ciencia no importa mucho), pero está muy bien hecha, los diálogos, la historia. Sí trato de ver mucha ciencia ficción en la televisión y en el cine, y leo mucha ciencia ficción también.-¿Y con quién se identifica más, Dr. Alcubierre, con alguien como el señor Spock de Star Trek o con alguien como Sheldon Cooper de Big Bang Theory?-Con ninguno de los dos (rie). He visto ‘Big Bang Theory’, y de los personajes me identifico más con Leonard, no con Sheldon. Porque Sheldon creo que está muy estereotipado, demasiado exagerado. Leonard es más parecido a lo que son los físicos, no necesariamente todos, pero es una persona a la que le interesa la ciencia y, si se quiere, es un nerd, pero un nerd que se enamora de la chica y logra salir con la chica. Es un nerd más normal. Sheldon ya está muy exagerado.-Usted mencionó antes que la idea de un motor basado en la métrica de Alcubierre es ciencia ficción. Sin embargo, en 2021 y luego en 2024, científicos de Applied Physics publicaron en la misma revista que usted, ‘Classical and Quantum Gravity’, artículos basados en su trabajo y que, según ellos, permitían construir un motor de curvatura sin usar energía negativa. Decían que la teoría ya estaba hecha y que ahora era solo una «cuestión de ingeniería». ¿Qué le parece esto?-Creo que es muy exagerado. He visto los artículos, pero no estoy muy convencido de que lo que dicen sea correcto. Es muy difícil seguir las matemáticas que están usando. Y tampoco estoy del todo convencido de que puedan eliminar la energía negativa. De hecho, hay una controversia muy seria porque existe otro estudio de hace unos 10 años, de grupos científicos en Nueva Zelanda, que demuestran en un caso completamente general que no se puede hacer un motor de curvatura sin energía negativa. Es una demostración muy elegante y fácil de seguir. Entonces, estos nuevos artículos estarían violando esa demostración. Resulta difícil entender lo que están haciendo, así que mi impresión personal es que ahí hay algo que está mal en esos cálculos. -¿Le da la impresión de que algo tiene que haber en ellos que no funcione?-Sí, en efecto. He leído los dos artículos, el del 21 y el del 24, y están muy convencidos de lo que dicen, pero ya le digo, hay una controversia. Yo me inclino a creer que hay algo que no está del todo bien hecho en esos artículos. Es cierto que los autores aclaran que con esos motores que proponen no se podría ir más deprisa que la luz, pero aun así hay algo muy raro. Y bueno, un motor de curvatura, si no lo quieres para ir más rápido que la luz, ¿para qué lo quieres?-Esta energía negativa que nadie ha visto, ¿tendría algo que ver con la energía de vacío del propio espacio?-Es una buena pregunta. Estrictamente no, por lo menos no directamente, porque la energía de vacío parece que es energía positiva, no negativa, aunque sí que tiene presión negativa. Es energía positiva, pero con presión negativa, y el efecto gravitacional total es «antigravitatorio». Eso la hace interesante, a mí me parece que podría quizá utilizarse para un motor de curvatura, pero tampoco me queda muy claro cómo. Intenté alguna vez ver si la podía usar, y no fue algo que pudiera tener una solución sencilla. Entonces no he seguido por ahí, pero sí me da un poco de esperanza. Si existe algún tipo de energía de vacío, quizá se podría usar.-¿La expansión del universo podría dar pistas sobre la posibilidad de aplicar la métrica de Alcubierre?-Podría ser… También me da esperanza el hecho de que el universo se expande, y no sabemos qué causó la expansión original, qué causó el Big Bang, aunque algo, desde luego, la causó. Y lo que haya causado la Gran Explosión tenía esta capacidad de provocar una expansión muy violenta del universo, por lo menos al principio. Lo cual significa que generar estas expansiones violentas del espacio es posible, porque así nació nuestro universo. De ahí a que las podamos utilizar en tecnología, no lo sé, pero me deja la esperanza de que sí. Evidentemente, en nuestro universo existe algo que generó esa expansión inicial muy violenta. Y si eso pudiéramos entenderlo y controlarlo, quizá podríamos ‘repetir’ esa expansión, aunque no fuera exactamente la que yo propuse, aunque sí algo similar y capaz de expandir el espacio detrás de una nave. Aún así tendríamos que pensar qué hacemos en el otro lado… Pero sí, me da esperanza de que algo así existe en la física, que las leyes de la física lo permiten, y que sabemos que ocurrió en los instantes iniciales del universo. Lo que haya sido que causó la Gran Explosión, si pudiéramos aprender a entenderlo y controlarlo y hacer una tecnología basada en eso, nos permitiría seguramente algo similar al motor de curvatura.No hay ningún impedimento tecnológico para que en 500 años podamos haber mandado astronautas a visitar las estrellas más cercanas-Lo que está claro es que algo tenemos que hacer, porque con las maneras que tenemos de movernos y las enormes distancias cósmicas, ni siquiera a la velocidad de la luz podremos ir a ningún sitio.-Yo soy optimista. No sé si algún día serán posibles los motores de curvatura, la verdad no lo sé. Pero incluso si podemos viajar más lento que la luz, no hay ningún impedimento para construir naves que vayan al 10, 20 o 50% de esa velocidad, que es de 300.000 km por segundo. Ningún impedimento físico en las leyes de la naturaleza. Hasta ahí sí serían simplemente problemas tecnológicos y de cantidades de energía enormes, pero bueno, yo creo que eso se puede resolver. Estoy convencido de que por lo menos el sistema solar se va a explorar en los próximos 100 o 200 años. Habremos mandado astronautas a Marte y a las lunas de Júpiter y Saturno y demás.-¿Y más allá del sistema solar?-Si dentro de 500 años alguien me dijera: «En 500 años la humanidad no ha llegado a Próxima Centauri», yo me sentiría muy decepcionado. Porque yo creo que no hay ningún impedimento tecnológico para que en 500 años podamos haber mandado astronautas a visitar las estrellas más cercanas, aunque sean viajes lentos y se tarde años en llegar. Para entonces podríamos haber desarrollado la hibernación o alguna otra tecnología que permitiera que las personas pudieran ir. ¿Y, por qué no, si en el futuro alguien va y, basándose en la métrica de Alcubierre, consigue construir un motor de curvatura? Eso sería maravilloso. Ojalá. Ojalá la gente siga discutiendo este tema dentro de 500 años, y que por lo menos se haya encontrado una solución.MÁS INFORMACIÓN noticia Si Proponen que la ‘partícula imposible’ que tocó la Tierra en 2023 era de materia oscura noticia Si No eran mascotas: los cachorros momificados de Tumat, dos lobas hermanas que murieron hace 14.000 años-Para finalizar, ¿hay algún mensaje que quiera dejar a los jóvenes que estudian ciencias?-Mi mensaje siempre es a los jóvenes, sobre todo si hay jóvenes que todavía no han decidido qué van a estudiar en la universidad. Yo, desde luego, les animaría a hacer ciencia, a que entren en carreras científicas. Y si les dicen por ahí «es que con eso te vas a morir de hambre», ¡no es cierto! Uno puede encontrar trabajo en universidades, en muchos lugares, y es una carrera muy apasionante tratar de entender cómo funciona la naturaleza. Necesitamos más científicos en el mundo, necesitamos más gente pensando en estos problemas, no solo en física, también en otras áreas de la ciencia. Los científicos hacen falta en el mundo. Si ustedes, los jóvenes, tienen esta inclinación por carreras científicas, de verdad, síganlas. Los necesitamos, y siempre se puede encontrar un camino y algo que hacer cuando uno estudia una carrera científica. Mi mensaje sería ese.

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