Las cuentas oficiales en redes sociales de la San Silvestre Vallecana y la Real Federación Española de Atletismo informaron este martes del fallecimiento de Jesús Hurtado, el ganador de la primera y la segunda ediciones de la tradicional prueba navideña madrileña celebradas en 1964 y 1965 .Hurtado, fallecido en el Hospital de La Paz a los 96 años de edad, fue un excepcional atleta en su época. A modo de resumen, esta breve pero significativa reseña publicada en el Grupo de Facebook ‘Atletismo y más! :«Huérfano de padre desde los siete años y miembro de una familia pobre de cinco hermanos del barrio de Tetuán, por aquel entonces Jesús Hurtado era tan solo un prometedor corredor que había comenzado a correr durante el servicio militar y que compatibilizaba su trabajo en la imprenta con su sueño de ser atleta. Pero pronto, hecho a sí mismo, se convirtió en toda una leyenda del atletismo español y demostró que no solo los atletas universitarios podían soñar con títulos de campeones de España, récords nacionales o con viajar hasta la mítica San Silvestre de Sao Paulo persiguiendo Nocheviejas. Hasta el punto de que su nombre será siempre parte de la historia de nuestro deporte al haber sido el ganador de las dos primeras ediciones de la San Silvestre Vallecana en 1964 y 1965 y de la mayor parte de las carreras que por entonces formaban el calendario madrileño, a medio camino entre el sueño olímpico y el espíritu de las primeras carreras populares». Noticia Relacionada vertical No La San Silvestre Vallecana 2024, en imágenes ABC Con un recorrido de 10 kilómetros, la San Silvestre Vallecana cuenta con dos categoríasJesús Hurtado estuvo vinculado a la sección del Real Madrid más de cuarenta años —de hecho, la primera edición de la San Silvestre (entonces denominada Gran Premio de Madrid) la disputó vestido con la camiseta del club blanco— y ganó once medallas en los Campeonatos de España de atletismo, siendo campeón nacional de 5.000 y 10.000 metros durante los años 60, época en la que también batió los récords nacionales en pista cubierta de 2.000 y 3.000 metros.Además de sus triunfos y de la admiración mostrada por todos los que el conocieron en carrera y fuera de ella, deja como gran legado una frase muy sentida: «Hay que ser buena persona, los atletas lo son. Yo he tratado con miles, nunca me falló ninguno».

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