Eduardo, el Príncipe invisible en el balcón de Buckingham

Home People Eduardo, el Príncipe invisible en el balcón de Buckingham
Eduardo, el Príncipe invisible en el balcón de Buckingham

La Reina Isabel tenía treinta y siete años cuando en la suite belga de Buckingham Palace nació el menor de sus hijos, el príncipe Eduardo, el diez de marzo de 1964. Al invitar al Duque de Edimburgo a presenciar el nacimiento era posiblemente la primera vez desde la edad moderna que el consorte de una reina asistía a un parto, lo que fue considerado algo novedoso y también de mal gusto en una época en la que casi no se publicaban fotos de Isabel II embarazada. Según su médico osteópata, Sir John Weir, Eduardo era un «bonny baby», un bebé precioso. Como relata Ingrid Seward, Isabel II estaba tan convencida de que iba a ser una niña que ni siquiera había previsto un nombre para él. Por su parte, el Príncipe Felipe dijo con s u humorístico sentido de la indiscreción que «cuando llega el cuarto hijo, en la mayoría de los casos es involuntario», aunque finalmente Eduardo fue su favorito.Llegó el día del bautizo y el entonces arzobispo de Canterbury, Michael Ramsay, dijo complacido que «en un momento en que no todos los hogares tienen esa suerte, significa mucho que haya en torno a la Corona una familia cristiana, unida, feliz y que da ejemplo a todos de lo que significan verdaderamente las palabras hogar y familia». Pero aquella etapa feliz se esfumó con la debacle sentimental de los Príncipes en la década de los noventa, para tristeza de la Reina.Atraído por el personaje de Colin FirthPrecisamente, Eduardo es el único hijo de Isabel II que no se ha divorciado y preserva su matrimonio con Sophie Rhys-Jones desde hace veintiséis años. El día de la pedida de mano anunció que sería «una boda familiar», de perfil bajo, posiblemente debido a los fracasos matrimoniales de todos sus hermanos. Eligió la capilla de San Jorge en el Castillo de Windsor porque «siempre he disfrutado especialmente en Windsor y es un lugar simplemente maravilloso y glorioso ». Aquel soleado 19 de junio vecinos, turistas y periodistas pudimos ver a los recién casados recorriendo algunas calles del pueblo en coche de caballos. Como es tradición en la Corona británica, los reyes otorgan a sus hijos varones un ducado el día en que se casan; sin embargo, él recibió el título de conde de manera provisional ya que la reina había previsto que «cuando llegara el momento» –en que faltara el príncipe Felipe- fuera duque de Edimburgo. Según publicó ‘Daily Mail’, Eduardo eligió el título de Conde de Wessex al sentirse atraído por el personaje que interpretaba Colin Firth en la película ‘Shakespeare in Love’. Como han conseguido mantenerse unidos durante más de un cuarto de siglo, cuando incluso se llegó a decir que Sophie no era su tipo … él ha dado la receta: «We are best friends» , le respondió a un periodista en Nepal el pasado 9 de febrero. Es decir, son mejores amigos. Sophie añadía que además «siempre tiene que haber sentido del humor, especialmente cuando estás viajando y no tienes ni idea de lo que está a punto de suceder».Carlos y Eduardo en el Royal Windsor Horse Show GTRESLa relación con su hermano Carlos, con el que se lleva cerca de dieciséis años , fue muy especial durante su infancia. En unas cartas confidenciales fechadas el 19 de julio de 1964, el entonces Príncipe de Gales desde el internado Gordonstoun, en una de las etapas más desgraciadas de su vida, escribía: «Mañana por la mañana me voy a Balmoral para un viaje de pesca (…) Será maravilloso ver a todos y volver a ver a Eduardo. Mamá dice que es muy divertido , se ríe y da vueltas…» Por entonces el bebé tenía cuatro meses y casi un año y medio después, cuando el heredero iba a continuar sus estudios en Australia, en otra carta volvía a mostrar predilección por su hermano pequeño: «Odiaré dejar a todos por tanto tiempo, especialmente a Eduardo y a Mabel – la querida institutriz de los príncipes-. Espero que no haya crecido demasiado cuando regrese». Así lo recoge Jonathan Dimbleby, el biógrafo de Carlos cuando era Príncipe de Gales , tan amigo del Rey que fue invitado a su coronación.El príncipe al que nadie veíaEl Duque de Edimburgo, que actualmente ocupa el puesto decimoquinto en la línea de sucesión al trono, llegó a ser el tercero detrás de los príncipes Carlos y Andrés hasta que en 2013 se aprobó la Succession to the Crown Act, la Ley de sucesión a la Corona, que suprimía la prevalencia del hombre sobre la mujer, siendo adelantado por la Princesa Ana . Además, el nacimiento de cada uno de sus sobrinos lo alejaba paulatinamente de los puestos principales de la Monarquía por lo que iría desdibujándose su figura hasta convertirse en un príncipe al que nadie veía.«Elegante y pulcro»Desde su infancia Eduardo ha mostrado un carácter afable. El director de su colegio, James Edwards, recordaba que « se llevaba bien con todo el mundo y se portaba muy bien». Era uno de esos niños que «podía pasar una hora jugando en el bosque y volver elegante y pulcro»; para la Reina los modales estaban por encima de los resultados académicos. Posiblemente el primer disgusto que le dio a su familia fue a los 22 años cuando a los pocos meses de haberse incorporado a la Royal Marine abandonó este cuerpo militar famoso por su extrema dureza. Algunos opinaban que era una muestra de cobardía y debilidad, que rompía con esta tradición histórica según la cual los hijos de los monarcas ingresaban en las fuerzas armadas como parte de su formación. Él estaba interesado en algo tan diferente como la producción teatral y televisiva y poco después organizó, a pesar de que Carlos le rogó que no lo hiciera , ‘It’s a Royal Knock-Out’, un programa concurso con fines benéficos emitido en la BBC donde aparecía con otros miembros de su familia, disfrazados con trajes de la época de Enrique VIII. Resultó el hazmerreír y supuso un desastre para la imagen de la Casa Real. Por el contrario, una de sus producciones más relevantes fue ‘Edward on Edward’, un documental sobre la abdicación de su tío abuelo Eduardo VIII basado en correspondencia y documentos de los archivos históricos de la Corona.Rompió el acuerdo con la prensaDos años después de su boda, Sophie, que era directora de su propia empresa de relaciones públicas, fue víctima de un engaño cuando un periodista del dominical ‘News of the World’ grabó a la condesa haciéndose pasar por un jeque árabe. Durante una conversación telefónica Rhys-Jones hizo comentarios indiscretos e inapropiados sobre algunos políticos y miembros de la familia real, como calificar a la venerada Reina de «old lady» (señora mayor). Poco después, la productora de Eduardo, Ardent Productions, se extralimitó al filmar al Príncipe Guillermo en el campus de la Universidad. Precisamente, era el hermano del futuro Rey quien rompía el acuerdo de la Casa Real con la prensa, que sólo permitía a los medios tomar imágenes de la llegada del príncipe a St. Andrews a cambio de que no lo molestaran durante sus estudios universitarios en Escocia. ‘Daily Mail’ publicó que el príncipe Carlos estaba «extremadamente furioso»; era otro error que menoscabó la confianza en su hermano . Aunque la condesa de Wessex pidió perdón públicamente por el llamado «Sophiegate», había quedado bastante claro que los compromisos reales no eran compatibles con los empresariales y ambos tuvieron que dejar sus respectivas empresas y dedicarse a tiempo completo a la Corona.Con pantalones de cuadros escocesesAlgunos veranos Eduardo aparecía discretamente a un lado en el balcón de Buckingham o camuflado entre sus hermanos en el Castillo de Windsor con capa de terciopelo y boina con plumas blancas de la Orden de la Jarretera, la más alta distinción civil y militar británica que conceden los Reyes y que Isabel II otorgó a sus cuatro hijos. Aún más llamativos son los pantalones de cuadros escoceses que ha lucido en alguna ocasión quizás para que se le viera mejor. En la celebración por los sesenta años de reinado de Isabel II, su jubileo de diamante, en 2012, Eduardo y Sophie, al igual que el príncipe Andrés, no aparecieron en el balcón. Aquello fue una muestra de que ni el Duque de York, que continuaba en activo pues aún no había estallado el caso Epstein , ni el Conde de Wessex, eran considerados relevantes para la Monarquía. Por entonces el príncipe Carlos ya había decidido reducir el número de «working royals» como idea principal para modernizar la institución y hacerla así menos onerosa para los ciudadanos. Muy atrás quedaba aquella tierna y dulce imagen de la Reina Isabel con el uniforme de coronel en jefe de los Grenadier Guards saludando a su pueblo desde el balcón durante Trooping the colour con su bebé Eduardo en brazos.El gran beneficiario de la crisisPero con el devenir de los acontecimientos, la marcha del príncipe Harry a Estados Unidos y Andrés siendo apartado de todas sus funciones públicas reales, él ha sido el gran beneficiado de esta falta de miembros en activo de la Corona. En una entrevista a la ‘CNN’ con motivo de la muerte de su padre, en junio de 2021, cuando Harry y Meghan ya habían atacado a la Monarquía en la entrevista con Oprah, Eduardo describió la situación de «muy triste» y «difícil para todos». Y en relación con el acoso de la prensa, que fue el motivo por el que Harry y Meghan abandonaron el Reino Unido, explicó que todos los miembros de la familia «han experimentado una atención mediática excesiva en algún momento y cada uno ha lidiado con ello de diferentes maneras». Si esta tensión entre la Familia Real y los Duques de Sussex era especialmente complicada para la Reina, respondió que «es difícil para todos, pero así son las familias (…) les deseamos toda la felicidad».De irrelevante a fundamentalEn 2022, dos años más tarde de las bajas de Harry y Andrés, el Rey lo nombró Consejero de Estado , lo que significa que puede representarlo cuando sea necesario. En cualquier caso, Carlos III no ha despojado a los príncipes Harry y Andrés de este cargo legal y honorífico. Tras la muerte del Duque de Edimburgo transcurrieron dos años hasta que en 2023 el Rey le concedió este relevante y simbólico título nobiliario del que había sido titular su padre, como había deseado la Reina. En los últimos tiempos, el soberano ha delegado cada vez más funciones en su hermano; junto a Sophie, llenan el hueco generacional entre Carlos y Camila y Guillermo y Kate por lo que son también un apoyo para el heredero. Como recoge la última Court Circular de 2024, a sus 61 años Eduardo ocupa nada menos que el tercer puesto de toda la Familia Real con 293 compromisos oficiales realizados el año pasado, por delante de su sobrino Guillermo y solo aventajado por la Princesa Ana y el Rey . En enero de 2024, quince días antes de que se anunciara la enfermedad de Carlos III, representó al monarca en Sudáfrica y desde entonces ha realizado visitas oficiales a Mónaco, Malta, Estonia, India y Nepal. Si el 61 cumpleaños del Príncipe al que nadie ve el pasado diez de marzo pasó desapercibido, igual ocurre con su vigesimosexto aniversario de boda este 19 de junio. No obstante, hasta que los hijos del príncipe de Gales cumplan la mayoría de edad, el príncipe invisible desempeñará una misión fundamental dentro de la Casa Real. Fue el elegido para asistir a la misa de entronización de León XIV, recientemente acompañó a Carlos III en el Royal Windsor Horse Show, una de las raras ocasiones en las que han aparecido juntos, y el pasado lunes ha tenido el honor de desfilar en animada conversación junto al príncipe de Gales en la procesión de la Muy Noble Orden de la Jarretera. Además, en Trooping the Colour, el cumpleaños oficial del Rey , como coronel de la Guardia Escocesa escoltó a su hermano mayor a caballo y apareció en un lugar principal a la derecha del monarca saludando con una gran sonrisa porque ahora tiene asegurado su rincón en el balcón de Buckingham.

Leave a Reply

Your email address will not be published.