Unos meses son suficientes para hacerse con la capitanía y erigirse como un auténtico líder. Así lo demuestra Sergio Ramos, que lidera con un gol y una genial actuación defensiva el meritorio esfuerzo de Monterrey para estrenarse en el Mundial de Clubes con un empate ante el Inter de Milán. El sevillano lleva a la locura un Rose Bowl conquistado por la afición de Rayados con un cabezazo de los suyos y, aunque Lautaro premia la insistencia de los italianos con la igualada antes del descanso, los mexicanos resisten y consiguen neutralizar a todo un subcampeón de Europa.Monterrey 1-1 Inter de Milán Mundial de Clubes | Jornada 1 Monterrey: Andrada; Chávez (Aguirre, m.58), Medina, Sergio Ramos, Guzmán, Arteaga; Canales (Rojas, m.89), Jorge Rodríguez, Óliver Torres (Deossa, m.58); Ocampos (Cortizo, m.89) y Berterame (Ambriz, m.78). Inter: Darmian, Pavard (Luis Henrique, m.58), Bastoni, Acerbi, Carlos Augusto (Dimarco, m.68); Barella, Asllani (Sucic, m.68), Mkhitaryan (Zalewski, m.78); Esposito (Thuram, m.58) y Lautaro. Goles: 1-0, m.25: Sergio Ramos. 1-1, m.42: Lautaro. Árbitro: Pereira Sampaio (Brasil). Amonestó a Jorge Rodríguez por Monterrey y a Asllani, Barella y Lautaro en el Inter.El Rose Bowl de Pasadena se queda lejos del gran aspecto presentado durante el PSG-Atlético, pero todo el ambiente del estadio angelino se debe a la conquista de la parroquia de Monterrey. El dominio de camisetas rayadas es abrumador y, entre ellas, las más repetidas son el 93 de Ramos y, sobre todo, el 10 de Sergio Canales. Dos españoles encargados de portar la ilusión de los miles de mexicanos desplazados en masa hacia tierras estadounidenses.La puesta en escena del conjunto entrenado por el gerundense Doménec responde a la expectativa e ilusión generada entre los suyos. El dominio del encuentro pertenece al Inter, pero un bien plantado e intenso Rayados ofrece mucha y acertada resistencia a las posesiones italianas. Con el balón, es Canales el encargado de aportar esa magia que hace que merezca la pena pagar un viaje a Los Ángeles, por ejemplo con dos taconazos consecutivos que provocan un asombro generalizado en la grada.Completado el tanteo inicial, comienzan las hostilidades. Un multiplicado Barella logra internarse en el área y recortar ante Andrada para regalarle el gol a Darmian, pero el lateral italiano imprime demasiada potencia a su disparo. Responden los mexicanos con una conducción de Canales y un disparo bloqueado a Ocampos que termina en saque de esquina, un córner puesto en juego por Oliver Torres y convertido en oro por Ramos , en una jugada vista una y mil veces en su legendaria carrera. El central sevillano se deshace de su marca, se eleva sobre dos camisetas blancas y conecta un imponente cabezazo para adelantar a Monterrey y desatar la locura en el Rose Bowl.La desesperación no inunda al Inter, sino todo lo contrario. La clarividencia de Asllani, Barella y Lautaro se encargan de levantar a los suyos. Consigue el argentino habilitar a Carlos Augusto por la izquierda, quien brinda un excelente pase hacia Esposito al que solo la milagrosa pierna de Andrada le separa del gol. Ahora es Medina quien frustra la ocasión generada por la derecha con la que se relamía Lautaro . Pero tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. En una falta lejana, Asllani amaga con el disparo, engaña a todo Monterrey y brinda un genial centro para que Carlos Augusto le brinde el gol en bandeja al ariete argentino.El empuje del Inter no se resiente por el empate ni por el paso por vestuarios, pero el paso de los minutos y las primeras decisiones de los entrenadores, acertadas las de Doménec, llevan a Monterrey a crecer en energía y amenaza de la mano de su faro Canales. El cántabro dispone de dos ocasiones con esa zurda talentosa, la primera un disparo desviado con más fe que argumentos, y la segunda un misil raso desde la frontal que se topa con el palo. Se siente amenazado el conjunto ‘nerazzurro’ y se encomienda al talento de Lautaro, aunque el argentino ve anulado su segundo gol por fuera de juego y, tras su clásico reverso en el área, malogra una ocasión manifiesta. Entra el partido en su recta final, con el Inter volcado en busca de la victoria y Monterrey bien replegado para no desperdiciar lo luchado durante toda la tarde. Los tres centrales puestos en liza Doménec, liderados por un inmenso Ramos, protagonizan una actuación de mucha solvencia. Pero incluso, en el descuento, Deossa se queda a centímetros de castigar una pérdida italiana y la parroquia mexicana se hace notar como nunca antes al soñar con la victoria. Esta no llega, pero el reparto de puntos, insuficiente para el Inter, deja un gran sabor de boca en Rayados tras una puesta en escena plena de esfuerzo, intensidad y solidaridad.

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