Corren tiempos tan deterministas que nacer en enero puede ser el mejor pasaporte para caer bien en sociedad antes incluso de abrir la boca. Todo depende de que la persona en cuestión sienta simpatía por, por ejemplo, un capricornio pura sangre con ascendente tauro. Pero puede ocurrir todo lo contrario y llegar uno a desear no haber venido al mundo en junio si la reunión es con un entendido en astrología que no soporta al típico géminis, al de manual. «No tengo una fe absoluta en los signos del zodiaco, pero… Soy una orgullosa sagitario », confiesa M. Ramírez, que en su juventud, «su segunda adolescencia», empleó el zodiaco como un instrumento para entender la forma en la que fluían las relaciones y, dice, como un código común para explicar lo que les ocurría a ella y a sus amigas de una forma divertida. «Quizá, lo que creí que era astral fueron meras coincidencias», cuenta ahora esta treintañera al echar la vista atrás. La astrología vive hoy un repunte en todo Occidente, pero tiene su origen en tiempos precristianos, en Babilonia y el antiguo Egipto . De hecho, la astronomía surgió como una ciencia auxiliar de la astrología que sirvió para dotarla de matemáticas. El catolicismo trajo la marginación de aquellos que miraban a las estrellas para entender al hombre; ya en la Edad Media existió un retorno y, finalmente, la astrología perdió credibilidad entre los académicos de la Ilustración. Hasta hoy, que se ha convertido en una especie de manual de instrucciones que emplean muchos para entender la vida moderna. Según un estudio publicado hace unos meses por la Fundación BBVA, el 31% de los españoles consideran que «la astrología es muy científica y creen en ella». 81% de estadounidenses tienen una opinión positiva del horóscopoEn Estados Unidos, las cifras son aún más llamativas: una gran mayoría de estadounidenses (el 85%) tienen una opinión positiva sobre la astrología y, aproximadamente, seis de cada diez (un 61%) están de acuerdo con que «brinda consuelo en tiempos de incertidumbre al servir como un amigo tranquilizador para quienes buscan orientación». Los datos proceden de una encuesta elaborada en 2024 por Harris Poll, una conocida empresa demoscópica de EE.UU. Sus análisis revelan que son los milenials, aquellos entre 27 y 42 años, la generación que más guía su vida por las estrellas.La reacción del mercado: cartas astrales a 130 euros El mercado, por supuesto, ha reaccionado a esta nueva demanda social haciendo de la profesión de astrólogo una prometedora salida laboral. Diego Sanz aprovechó sus estudios de marketing para darle un empujón a su carrera como astrólogo y «terapeuta transpersonal». En los últimos cuatro años, calcula que ha realizado unas 500 cartas astrales , un servicio que, aunque con algunas variaciones en el precio, suele ofrecer por 130 euros. Para los no entendidos, la carta astral es una representación gráfica de las posiciones de los cuerpos celestes (los planetas, el Sol y la Luna) en el momento preciso del nacimiento de una persona. Es decir, uno tiene que saber las coordenadas exactas del lugar en el que vino al mundo, así como la hora, el día, el mes y el año. «Las redes sociales, mayormente TikTok, han vuelto a poner de moda el zodiaco» Diego Sanz astrólogo «La carta natal es un reflejo de las energías que nos componen. En torno a cada signo del zodiaco hay asociados una serie de atributos psicológicos que pueden ayudar a la persona a abrirse, a ser más libre y profundizar en sí misma, a entenderse», alega Sanz. Así, por ejemplo, si usted es acuario: independiente, creativo y algo rarito, (según el arquetipo), la carta astral le puede ayudar, según Sanz, ha llevar cuidado con aquel Leo que se le presentó estando Mercurio retrógrado . Traducción: la astrología dice que cuando el planeta Mercurio está ‘retrocediendo’ se pueden generar malentenidos, retrasos en la comunicación y problemas con el lenguaje. Todo depende de si su signo es de Tierra, de Aire o de Fuego; o de cuál es su ascendente (lo que parece), su Sol (lo que es) o su Luna (su parte más emocional). Puede uno estudiar la astrología durante toda la vida, que aún le quedarán conceptos por aprender.Los memes zodiacales, la nueva adicción de Internet ¿Qué ‘nepobaby’ eres según tu signo? ¿Qué cardenal papable? ¿Qué icono de Ibiza? ¿Qué plato tradicional de la cocina española? Las redes sociales se han plagado de publicaciones en las que se clasifica a personajes de series, canciones o casi cualquier cosa por los rasgos psicológicos de cada signo del zodiaco. Así, los arbitrarios criterios de internet marcan que Paris Hilton sea la ‘nepobaby’ que encaja en acuario, Pierbattista Pizzaballa el papable tauro y Pocholo, el icono leo de Ibiza. «No ha sido fácil compartir con mi entorno que me dedicaba a la astrología, sobretodo porque siempre existe cierta superioridad intelectual cuando hablas sobre estas cuestiones», confiesa Diego Sanz. Este lector de las estrellas indica a ABC que, normalmente, la gente le llama para consultarle qué debe hacer cuando se topa con problemas laborales, amorosos o de «propósito o vocación vital». La mayor parte de sus clientes son mujeres que ya han cumplido los 30 años, «aunque cada vez atiendo a más hombres», matiza. «Las redes sociales, mayormente TikTok, han vuelto a poner de moda el zodiaco. Pero también creo que después de que el catolicismo fuera perdiendo creyentes, imperó una época nihilista y ahora la gente ha vuelto a la astrología, una tradición antiquísima. Me encuentro a muchas personas que me dicen: ‘No creo en Dios, pero sí en el horóscopo’» . Sin embargo, Sanz es más bien escéptico con la adivinación de los horóscopos, que tradicionalmente han aparecido en periódicos y revistas y hoy se pueden leer en todos los rincones de Internet, predicciones del estilo: piscis de España, hoy no es buen día para invertir en bolsa, los astros prevén un seísmo en sus cuentas bancarias en los próximos días. «Al horóscopo, que nos engaña, recurren personas muy dependientes a las que les cuesta actuar», reconoce. «El ascenso de la astrología es un rechazo a la autoayuda y, visto con distancia, un código cultural» Celia Díaz Catalán socióloga En opinión de la socióloga Celia Díaz Catalán, el ascenso de la astrología viene de la mano del rechazo de la superación personal. «La autoayuda, las frases motivacionales de Mr. Wonderful, han sido un importante agente culpabilizador y responsabilizador. Nos decían que todo, absolutamente todo, depende de la actitud que uno tiene en la vida. Sin embargo, hay factores que influyen en la evolución de los acontecimientos, más allá de la actitud. La sociedad, queriéndose liberar de la culpa, ha huido de la autoayuda buscando refugio en la astrología, que se basa en el principio contrario, es determinista. Un extremo que viene a decir que, hagas lo que hagas, existe un clima, un contexto astrológico que puede cambiar las cosas».«En la sociedad del conocimiento, cunde el pensamiento mágico entre personas con estudios» Luis Santamaría experto en sectas Esta socióloga reconoce que el zodiaco ha venido a ocupar el vacío que ha dejado la religión, que no ha sido sustituída por otros valores cívicos. En cualquier caso, cree que las astrología no compite con la ciencia, sino que convive con ella. «Este ascenso hay que tomarlo con distancia, puesto que es, por encima de todo, un código cultural que hablan individuos asustadizos e insatisfechos, cuyas necesidades emocionales no están cubiertas», zanja. Es más pesimista Luis Santamaría, de la Red Iberoamericana del estudio de las sectas, a quien le resulta paradójico que, en un mundo lleno de conocimiento y ciencia, y que supuestamente ha dejado atrás las supersticiones, «vemos cómo a vanza el pensamiento mágico , que gana puntos en los sucesivos estudios demográficos que estudian las creencias de la gente. Las tradiciones religiosas han sido sustituidas por las más diversas doctrinas irracionales y pseudociencias. Nuestra sociedad ha pasado de ser mayoritariamente creyente a ser preocupantemente crédula». «Los capricornios me caen mal. De los 45 que habré conocido en mi vida, sólo dos me han sido indiferentes, el resto, fatal»En su opinión, las redes sociales han traído de vuelta la ola ‘New Age’ , pero con una pátina de ciencia y psicología . Aunque, dice, lo interesante es que los estudios sociológicos nos muestran que estas creencias aumentan cuanto mayor es el nivel de estudios de las personas. «Así que no es un fenómeno relacionado con la ignorancia y la incultura, sino con la búsqueda espiritual y el ansia de encontrar el sentido a la propia vida», refiere este experto en sectas. «Mentiría si te dijera que no me condiciona, porque inconscientemente lo hace», dice Eva C. «Por ejemplo, a mí la experiencia me ha demostrado que los capricornios me caen mal. De los 45 que habré conocido en mi vida, sólo dos me han sido indiferentes, el resto, fatal», dice esta interiorista que reconoce que no hay que perder de vista que es un juego divertido. C. López, la más creyente de las entrevistadas, se afana en defender que la astrología no es ninguna ‘pseudociencia’: «Los planetas se mueven y cambian sus posiciones, eso nos sirve para saber cuál es la energía dominante en el cielo», expresa. Para ella, es « una ayuda, un bastón, una muleta que utilizar en el día a día sin abusar, sin volverse loco. ¿Teniendo toda esa información, por qué negarse a conocerla?», se pregunta.

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