Segundo golpe de mando en la nueva estrategia de Criteria, el brazo inversor de la Fundación ‘la Caixa’, tras la salida del ex consejero delegado, Ángel Simón. Con la llegada de Francisco Reynés, presidente también de Naturgy, a la vicepresidencia ejecutiva de la compañía, como mano derecha y persona de máxima confianza del presidente, Isidro Fainé, las aguas vuelven a su cauce, y todas las últimas inversiones se pusieron en revisión. Así, tras la renuncia hace poco más de una semana a entrar en el capital de Celsa -una operación no consumada, si no que estaba en estudio-, Criteria Caixa ha abandonado definitivamente entrar en el capital de Europastry , compañía con la que en marzo había acordado invertir cerca de 300 millones de euros por el 20% del capital. Con la marcha atrás en ambas operaciones, Criteria vuelve a la estrategia marcada tradicionalmente por Fainé al frente del mundo Caixa: la de ajustar los planes del holding inversor a las necesidades y los propios planes de la Fundación, para lo que también nombró como nuevo número tres de Criteria a José María Méndez, que se encarga desde entonces del día a día y así Reynés quedarse más liberado de esa operativa para poder atender también sus funciones al frente de Naturgy. El presidente y el vicepresidente están, pues, para las grandes decisiones y el control de Criteria, mientras que Méndez es quien se ocupa de hacer que todo funcione en la rutina diaria.Noticia Relacionada Tras la salida de Simón estandar Si Sánchez insistió a la cúpula de Criteria Caixa que comprara el 20% de Celsa María Jesús Pérez El presidente del Gobierno intervino, como ya tratara de hacer con Talgo o Duro Felguera, para que no se desterrase la operación el mismo día que conoció la salida de Ángel Simón como CEO del holdingPor tanto, desde la llegada de ambos directivos a Criteria Caixa se planteó poner en revisión varias decisiones tomadas por Simón , y por tanto paralizar una y otra operación, la de Celsa primero, y la de Europastry (compañía con sede en Barcelona líder internacional en el sector de masas congeladas de panadería), después. Ambas operaciones en ningún momento fueron nunca del agrado de Fainé, ya que estaban muy alejadas de las inversiones que aportan recursos a la Fundación para sus objetivos y compromisos sociales como quiere el propio presidente.De hecho, fuentes consultadas por ABC explican que ambas inversiones eran sobre empresas que no están en los mercados bursátiles, un hecho que carece de sentido para el propio Fainé, que siempre busca compañías que aporten ganancias destinadas a cumplir con la obra social del grupo, prioridad absoluta para directivo.Europastry, finiquitadaEn el caso de Europastry, tras varias semanas en fase de estudio por ambas partes -Criteria y la propia compañía de alimentación-, la dirección del holding de La Caixa decidió dar por rota la inversión a pesar de que se dio por hecha en su momento. Incluso entonces se envió a los medios una foto de Fainé junto al del fabricante de los famosos manolitos, Jordi Gallés; algo que no se hizo con Celsa . Ambas partes finalmente tras varias semanas de reuniones para explorar posibles modificaciones en la operación, han decidido romper relaciones ya que Criteria centró sus condiciones en factores como el sector, la política de dividendos o el tamaño de la operación que no terminaba de cuadrarle.La entrada en Europastry era coherente con la estrategia de la Criteria Caixa de Simón -contraria a la de Fainé y ahora de Reynés y Méndez -, de invertir en empresas líderes en «sectores altamente atractivos, con capacidad de crecimiento y generación de valor», no necesariamente en Bolsa, en el marco del Plan Estratégico 2030 que anunció el año pasado. «Europastry encaja en la estrategia de Criteria Caixa de buscar opciones de inversión con un enfoque de largo plazo, que contribuya a desarrollar el tejido industrial», dijeron desde la compañía codirigida entonces por Ángel Simón.Estos días, precisamente, la Fundación ‘la Caixa’ ha presentado su Plan Estratégico 2025-2030, una hoja de ruta ambiciosa, con la ‘marca Fainé’, que prevé una inversión superior a 4.000 millones de euros hasta 2030 «para impulsar la transformación social y responder a los grandes retos de nuestro tiempo».

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