La gran apuesta de RTVE, ‘La familia de la tele’, ha pasado, en apenas veinte programas emitidos , de acontecimiento único (festiva cabalgata de inicio incluida) a gran fracaso (con cifras de audiencia ínfimas). Del mismo modo, antes había pasado en unos años de contenido despreciado por progresistas a inesperado símbolo de la izquierda. Una izquierda que ha logrado que hasta el más mínimo gesto, como apretar un botón en un mando a distancia, tenga un cariz ideológico: no es lo mismo optar por el programa de David Broncano que por el de Pablo Motos, ni lo mismo ver el de Ana Rosa Quintana que el de Javier Ruiz.Noticia Relacionada estandar No «Todo falso»: ‘La Revuelta’ aclara todo el embrollo del supuesto concierto de Estopa cancelado María Robert Según difundieron algunos medios, el programa de TVE iba a despedir la temporada con un recital del dúo catalán en Callao, pero nada era ciertoAsí, la apuesta por un formato que emanaba directamente de aquel ‘Sálvame’ (que acabó de manera abrupta y, supuestamente, por ser «para rojos y maricones»), parecía deberse a una intención más política o propagandística que al debido servicio público que se le presupone a una televisión pública o a una demanda real de la audiencia. Y, de ser así, el indiscutible fracaso experimentado podría ser interpretado también en clave política.«La izquierda ha perdido la hegemonía cultural y ahora tiene que pagar por ella» Víctor Lenore Escritor y periodista culturalEn opinión de Víctor Lenore, escritor y periodista cultural, es fundamental para explicar estos movimientos el dominio cultural de la izquierda en los ochenta, recién salido el país de una dictadura y con una opinión mayoritaria muy favorable al cambio de paradigma cultural. «En los 80 –apunta– la hegemonía cultural del PSOE era natural. Recordemos formatos televisivos como ‘La Bola de cristal’ o ‘La Edad de Oro’. El primero, por ejemplo, era un programa infantil que lanzaba consignas contra el capitalismo mientras hacía entretenimiento, que identificaba abiertamente la izquierda con lectura y cultura y derecha con violencia y jerarquía. Y ‘La Edad de Oro’ era un programa con un montón de modernos borrachos ‘haciendo el cabra’ en la tele».Continúa el especialista: «Pero eso ahora ya no funciona, ahora ya no se identifica de manera orgánica a la izquierda con modernidad. Más bien al contrario, te remite más a un cantautor pesado hablándote de cualquier cosa. Así que tienen que tirar de chequera para tratar de replicar aquella fórmula. Tienen que pagar millonadas a las estrellitas de turno: a los Broncano , los Buenafuente, a los de ‘La familia de la tele’… Y cuando eso te está costando mucho dinero, si no obtienes los resultados necesarios, se cae el chiringuito».«Ese formato es un modelo de producto audiovisual ya agotado» Elena Neira Profesora de Comunicación de la UOCPara Elena Neira , profesora de Comunicación en la Universidad Abierta de Cataluña (en catalán, Universitat Oberta Catalunya, UOC) y experta en nuevos modelos de distribución audiovisual, la clave estaría en que se trata de un modelo agotado. «Más allá de la intención política que pudiese haber en la decisión de programar ‘La familia de la tele’ en una televisión pública –señala Neira–, lo que indica la falta de respaldo de la audiencia es que esa franja a la que se dirigía ya no está interesada en él, que se trata de un modelo agotado . Con el programa de Broncano , por ejemplo, no ha ocurrido. RTVE ha aumentado significativamente el porcentaje de espectadores en la franja de edad a la que se dirige, un espectro más joven de televidente. Y eso no se lo esperaba su competencia». «Por establecer un símil, es como si el programa de Pablo Motos fuese Instagram y el de Broncano fuese TikTok . Ha encontrado su espacio y su público. Funciona. Pero eso, sin embargo, no ha ocurrido con ‘La familia de la tele’». Influiría también, en opinión de Neira, el cambio de paradigma en cuanto a consumo de productos audiovisuales: si cuando ‘Sálvame’ se estrenó era la televisión el gran medio de consumo, ahora nos encontramos con muchísimas otras plataformas, desde las de ‘streaming’ a través de las cuales ver todo tipo de contenido audiovisual (películas, series, documentales…) hasta las redes sociales donde estos se comparten (fragmentados, seleccionados o comentados) y se producen otros, diferentes y especializados (X, Instagram, TikTok, YouTube…). Cambiar de canal«Tal y como comenzaba el programa, en ese momento el espectador cambiaba de canal», añade Neira. «No despertaba interés, no tenía demanda. Eso no ocurre con otros productos de la misma cadena, para los que el público espera el momento de la emisión, y el programa anterior registra ese aumento de audiencia o lo hereda el posterior. Eso es sintomático».Pedro Herrero, conductor del pódcast ‘Extremo Centro’ y especialista también en Estrategia y Comunicación, incide en lo que apunta la profesora Neira: que ‘La familia de la tele’, como producto que deviene de la órbita de ‘Sálvame’, era ya un producto en declive. «Era fichar a un futbolista retirado, pero pagándole mucho más que cuando estaba en activo», comenta. «No tenía, por lo tanto, ningún sentido ni el presupuesto del proyecto, ni el coste, ni la trayectoria de la que venía. Todo era desmesuradamente caro: el desfile de estreno, los sueldos, el estudio faraónico que se crea… Todo para un programa de nicho. No tenía ningún sentido dentro de la parrilla de contenidos de una televisión pública, se enmarca en la apuesta grandilocuente de José Pablo López de querer ganar en audiencia a las televisiones privadas. Pero una televisión pública no va de eso. Nunca ha ido de eso».«Giro brutal» en RTVE«Desde RTVE –tercia Lenore– se está gestionando la parrilla como si nos encontrásemos en un paradigma cultural que en realidad ya ha fenecido, que ya han amortizado. Ha habido un giro brutal a la derecha en, por ejemplo, la música popular, que ni siquiera han registrado. No lo contemplan, pero ahí está. Lo que sí han registrado es que es más influyente el mundo de la cultura y el cotilleo que el mundo de las tertulias, por llamarlo de alguna manera. Desde el entretenimiento llegan a gente más joven, y eso sí lo han sabido identificar». Refiere: « A Pedro Sánchez , por ejemplo, yo creo que le ha hecho más favor Jorge Javier Vázquez que Silvia Intxaurrondo . Porque ese hombre, mientras hablaba de infidelidades y de salseo rosa y escándalos del corazón, soltaba su consigna del PSOE y era más eficaz que la otra periodista ‘machacando’ todo el rato. Y de eso sí han sido capaces de darse cuenta. Y quieren repetir la fórmula de los 80, pero ni es la misma situación, ni es la misma composición social y, sobre todo, su prestigio ya no es el mismo. Entonces, en contraste con la dictadura, era hegemónico y natural. Y eso es lo que quieren recuperar con el ‘año Franco’ o con eso de ‘que vienen los fachas’».«Ese programa no tenía ningún sentido en la parrilla de una televisión pública» Pedro Herrero Conductor del pódcast ‘Extremo Centro; experto en Estrategia y Comunicación« No entiendo muy bien a qué intereses responde la estrategia de contenidos de José Pablo López », confiesa Herrero. «Más allá del interés de las productoras catalanas de esquilmar los recursos de producción externa de RTVE, y de su interés egocéntrico y narcisista como ejecutivo queriendo, quizá, demostrar que puede reventar el audímetro de la televisión pública. Creo que se trata de una mezcla de intereses espurios, intereses personales e intereses políticos sufragados a costa de los españolitos de a pie». Y acaba: «¿Qué hace una televisión pública compitiendo en entretenimiento con las privadas? Y no solo compitiendo: metiéndose en una guerra con insultos de por medio a otros profesionales. ¿Eso a qué responde? ¿Se trata de ganar en audiencia a las privadas? En el caso de las productoras que se benefician y que extraen beneficios para otros productos, puedo llegar a entender el interés. No sé si es algo narcisista, constantemente publicando además las audiencias, en muchos casos mintiendo sobre ellas o falseándolas».

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