Ante la polémica, totalmente falsa y politizada, que intenta evitar desde Cataluña la devolución de este conjunto mural a su propietario, el real monasterio de Sijena, en Aragón, recuerdo que ests regreso debe realizarse en veinte días hábiles, a contar desde el pasado 28 de mayo, cuando el Tribunal Supremo dictó la sentencia definitiva de este pleito, abierto desde hace más de veinte años. Un poco de historia. El real monasterio de Santa María de Sijena fue una fundación de la reina Sancha de Aragón, esposa de Alfonso II, en el año 1188. Sijena siempre ha sido una población aragonesa, desde la Reconquista hasta la actualidad. El monasterio fue desamortizado en 1835, pero al no ser vendido pasó a ser propiedad del Estado. En 1923, durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera, fue declarado monumento nacional, con el máximo nivel de protección del patrimonio existente. Los milicianos anarquistas llegados de Barcelona quemaron parte del monasterio y vejaron públicamente los cuerpos de la realeza aragonesa. La Universidad de Valencia ha demostrado que las pinturas murales de la sala capitular nunca se quemaron. En 1936 y en 1960 las pinturas fueron robadas, tras desmontar en 1936 la techumbre mudéjar, que nunca ha aparecido. Hasta el año 1961 estuvieron almacenadas en Barcelona en malas condiciones, y como consecuencia han perdido su colorido original. El MNAC las ha prestado en dos ocasiones para exposiciones en Londres y otras dos para Nueva York, por lo que pueden viajar a Sijena sin problema alguno. Además, se han desmontado en siete ocasiones de su ubicación actual, como en 1995, para trasladarlas a los fondos debido a unas obras.Juan José Barragán . ZaragozaGuerras justas y santasEn su Tercera del pasado viernes, el señor Marina, si no he entendido mal, pone la salvación del género humano en la ética, cuyas soluciones son las mejores que se nos han ocurrido para resolver los problemas, y en los justos, que ponen en práctica dichas soluciones. En eso consiste la bondad, máxima demostración de la inteligencia. Lo que deja claro el señor Marina es que el Salvador no es Jesucristo, el Verbo Encarnado, ni la Iglesia que fundó, pues prueba de ello son las guerras santas, las persecuciones y las inquisiciones.Da Marina por sentado y como evidente la malicia de estas cosas, pero si hay guerra justa y legítima defensa cuando se defiende lo justo injustamente atacado, también hay guerra santa cuando se defiende lo santo injustamente atacado.Francisco Suárez . ValenciaNecesidad y virtudSí, señor Sánchez, hay que «hacer de la necesidad virtud», pero también es verdad que no se puede sacar agua de un pozo seco. Aferrarse a un clavo ardiendo es la crónica de una caída anunciada. ‘Sánchez acorralado’ no es un título de película. Es una realidad.Beneharo Guijarro . La Laguna (Tenerife)

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