Las terapias dirigidas ya son una realidad en el tratamiento del cáncer . Se descubre un punto débil en las células tumorales y se busca si hay un fármaco o se desarolla uno que lo trate de manera efectiva. Pero igual de importante que saber qué va a funcionar es descartar lo que no va a hacer efecto y solo traerá efectos secundarios. En esta línea, un grupo de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha desarrollado un método que predice en qué pacientes no serán eficaces los tratamientos estándar con quimioterapias de uso frecuente, basados en los compuestos con platino, taxanos y antraciclinas. El trabajo se publica en ‘Nature Genetics’.La quimioterapia, que es desde hace décadas un tratamiento habitual contra el cáncer, busca acabar con las células tumorales mediante fármacos. Sin embargo, no siempre es efectiva. «Las quimioterapias son buenas para algunos pacientes, pero no son efectivas en todos los casos. Entre un 20% y un 50% de los enfermos de cáncer no responden a estos fármacos «, explica Geoff Macintyre, jefe del Grupo de Oncología Computacional del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). »Estos pacientes sufrirán efectos secundarios causados por la quimioterapia, sin ningún beneficio clínico«, añade.El equipo está liderado por Macintyre, en colaboración con la Universidad de Cambridge y la empresa spin off Tailor Bio. «Hemos hallado la manera de hacer medicina de precisión con quimioterapias estándar «, afirma Macintyre, que ha trabajado con los investigadores Joe Sneath Thompson y Bárbara Hernando, del CNIO, y Laura Madrid, de Tailor Bio, como primeros autores.«Es importante destacar que nuestro estudio introduce biomarcadores que permiten la estratificación de pacientes cuando se emplean múltiples quimioterapias no desarrolladas originalmente como terapias dirigidas», escriben en Nature Genetics.»Los biomarcadores que hemos desarrollado se basan en firmas de inestabilidad cromosómica, las cuales nos proporcionan información sobre el mecanismo biológico que da origen al tumor. Esta información puede utilizarse para predecir qué tipo de quimioterapia será más eficaz para eliminar las células tumorales. Hemos diseñado el biomarcador para identificar con alta precisión a los pacientes que no responderán al tratamiento, aunque es posible que algunos pacientes resistentes sean clasificados como sensibles. Nuestro principal objetivo es reducir al máximo los efectos secundarios innecesarios. Por eso, preferimos asumir un pequeño margen de error que permita a un paciente recibir un tratamiento del que podría beneficiarse, aunque ese beneficio sea limitado», asegura Bárbara Hernando, del Grupo de Oncología Computacional del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y primera co-autora del estudio, en declaraciones a ABC.«Hemos desarrollado un test genómico que permite que tres quimioterapias estándar se usen de forma dirigida, es decir, en pacientes que sabemos que pueden responder a ellas», explica Thompson. « Este test puede aplicarse a diferentes tipos de cáncer ; nuestros resultados pueden beneficiar a unos cientos de miles de pacientes al año«.El método desarrollado por el equipo del CNIO se basa en que muchos tumores acumulan alteraciones o cambios en el número de cromosomas de sus células. Una consecuencia, explica Laura Madrid, es que «las células cancerosas no tienen la cantidad de material genético adecuado».Estas alteraciones son diferentes en cada tumor, de manera que su conjunto conforma un patrón característico, una firma de inestabilidad cromosómica. El estudio ahora publicado desarrolla biomarcadores basados en estas firmas de inestabilidad cromosómica.Estos biomarcadores permiten «detectar con antelación qué pacientes son resistentes a estos tratamientos para poder elegir otros alternativos y más eficaces, con lo que se evitarían efectos secundarios innecesarios«, explica Macintyre.El uso preciso de la quimioterapia beneficia no solo a los pacientes, sino al sistema en su conjunto ya que al reducir el gasto en terapias ineficaces, y en tratar complicaciones relacionadas con los efectos secundarios de la terapia, disminuye el gasto sanitario.Ensayo emuladoUna vez desarrollados los biomarcadores, el equipo del CNIO los puso a prueba de manera innovadora: con un ensayo emulado, es decir, con datos ya existentes. Los autores recurrieron a gran cantidad de datos procedentes de pacientes con cáncer que ya habían sido tratados con las quimioterapias analizadas en el estudio.En concreto, el grupo trabajó con datos de 840 pacientes con diferentes tipos de cáncer . «Hemos utilizado datos de pacientes con cáncer de mama , próstata , ovario y sarcoma «, indica Hernando. Así han logrado demostrar la eficacia de los biomarcadores de resistencia que proponen ante alguno de los tres tipos de quimioterapia evaluados –basadas en los compuestos platino, taxanos y antraciclinas–.»Nuestro test está diseñado para que se pueda aplicar a todos los tipos de tumores, pero en el trabajo publicado lo hemos validado en pacientes con cáncer de ovario, mama, próstata y sarcoma. Nuestra objetivo es extenderlo a todos los pacientes con tumores agresivos y/o avanzados como pulmón, vejiga, páncreas, cérvix y gástricos», afirma Bárbara Hernando.Para llevar este conocimiento a la clínica, la tecnología desarrollada por los investigadores del CNIO debe ser ahora validada en un entorno hospitalario. «Hemos recibido financiación del programa NextGenerationEU para validar nuestro test en un entorno hospitalario. Concretamente se validará en el Hospital 12 de Octubre , y este proceso nos permitirá demostrar que la tecnología está lista para ser utilizada en ensayos clínicos a partir de 2026. El siguiente paso será contactar con las agencias reguladoras para definir el proceso de implementación del test en la práctica clínica, pero esperamos que los tiempos se acorten significativamente gracias al método innovador que hemos aplicado para validar el test en este estudio: utilizar datos ya existentes de pacientes para emular un ensayo clínico», señala Hernando.«Llevar un biomarcador de la fase de descubrimiento a la clínica no suele ser sencillo. Pero con persistencia y colaboración es posible convertir un proyecto de investigación en una tecnología realmente prometedora desde el punto de vista clínico«, afirma Macintyre.

Leave a Reply