El grupo B fue el primero del Mundial en quedar definido y concluyó con un triple empate en la cabeza con seis puntos, del que salen beneficiados PSG y Botafogo para desgracia del Atlético. Los rojiblancos, a pesar de sumar dos victorias, no fueron capaces de golear al conjunto brasileño y quedaron eliminados. «Estábamos en un grupo muy bueno, con el campeón de la Libertadores y de la Champions. Terminamos haciendo los mismos puntos que ellos», declaró Simeone, que compartió su «tristeza» por su temprana despedida del torneo. «No era el objetivo. Duele porque hicimos mucho esfuerzo para llegar, estuvimos los últimos cuatro años en Champions peleando para estar por delante de dos monstruos como Madrid y Barcelona. Nos da pena irnos ahora porque teníamos ilusión», continuó el argentino. Durante el encuentro fue notoria su indignación con el arbitraje, sobre todo tras el penalti no pitado sobre Julián por la acción previa de Sorloth -»una ación que no se sabe cuál fue»- , pero ni mucho menos quiso utilizarlo como excusa, si bien recalcó que no han tenido ninguna fortuna en este aspecto en el Mundial. «Es parte del fútbol. Hay veces que te favorecen y otras, como este torneo, que no nos favoreció ninguna decisión arbitral».Simeone elogió el partido de sus futbolistas, «el mas completo de los tres», pero lamentó la «falta de contundencia defensiva y ofensiva» que terminó por condenarle. Además de clamar por la «oportunidad perdida» de Atlético, al desperdiciar un Mundial cuya plaza en España está muy cotizada, y confiar en que sirva al club para «tener claras las necesidades viendo el juego del equipo», mensaje a la propiedad de cara al mercado de fichajes.Griezmann, por su parte, se llevó el premio al mejor partido más amargo gracias a su infructuoso gol, que no pudo evitar una eliminación cimentada sobre la goleada sufrida ante el PSG. «El primer partido no lo supimos manejar bien. Cuando pierdes con tanta diferencia en un torneo lo pagas. Lo dimos todo hasta el final y ahora toca descansar», estableció el galo, quien tampoco quiso excusarse en la labor arbitral. «No nos tenemos que concentrar en eso, sino en qué podemos mejorar. Este torneo ha ido más a favor del rival que de nosotros, pero otras veces nos favorece y no decimos nada. Es un problema más del equipo que de los árbitros», aseveró el francés, que se mostró muy autocrítico con su equipo. «Todo el mundo puede mejorar. Hay veces que no estamos al nivel y hay que resolver eso.Habrá pocos equipos con seis puntos fuera. Es nuestro caso y hay que asumirlo. Muchas cosas que trabajar y mirar», concluyó.Mientras que Oblak, uno de los pocos que mantuvo un nivel alto durante todo el torneo, reconoció su sentimiento de decepción y coincidió en el análisis de su compañero. «Dimos todo en el segundo y tercer partido. Pero en el primero no estuvimos bien y eso nos ha castigado. Con seis puntos no vamos a pasar. Pero es por el partido del PSG, en el que encajamos cuatros goles fáciles, algo que no debería pasar. Oportunidades así no las tienes todos los días e, infelizmente, no lo hemos conseguido». El esloveno resolvió la decisión más polémica del colegiado con un «las decisiones del árbitro son como son. Qué le vamos a hacer».

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